Tentaciones Ocultas (Mi Amuleto #3)

Capítulo Siete

Ella comenzó a agitarse. Estaba teniendo una terrible pesadilla. Una en la cual ella sabía que había sido tan real como lo era la vida.
Anne veía en esa pesadilla como Demir quería llevársela y como su hombre apuntaba a su padre para conseguir su propósito. Que Demir lo conseguía sin dudar con una sonrisa malvada. Sin embargo, vio como su hombre de confianza ejecutaba a su padre. Y al ver que Kilian entraba en segundos y como Demir también lo ejecutaba, todo comenzó a tornarse oscuro para ella.
―Nena ―escuchó ella.
Anne se despertó y notó enseguida el collar en el cuello. El cual buscó la forma de quitárselo.
―Espera ―dijo Kilian ayudándole a quitarle el collar.
Anne se liberó del collar y se levantó de donde estaba. Kilian la siguió por que la veía demasiado agitada.
Cuando ella se sentó en la cama, comenzó a darle vueltas a ese terrible sueño y comenzó a pensar en que pasaría si todo se volviera real.
Kilian se sentó a su lado y cogiéndole de la mano, se la acarició para relajar a Anne.
―Tranquila. Ha sido una pesadilla.
Anne continuó respirando entrecortadamente.
―La pesadilla es la misma. El día en que mataron a tu padre.
Ella asintió. Pero dudo en contarle lo otro que había visto.
―Tranquila ―volvió a decirle―. Esperemos que todo esto se solucione pronto.
―Siento haberte despertado.
―Ya estaba despierto. Te estaba observando mientras que pensaba en como dominarte. Pero visto lo que ha pasado, no hare nada.
Ambos hicieron una pausa.
―Voy a hacer los desayunos.
―Tranquilo, Kilian. No tengo prisa por desayunar. Se me ha pasado el apetito.
―Pues me da igual que no tengas ganas de comer. Él bebe tiene que alimentarse.
Anne miró a Kilian y no le dijo nada. Ya que sabía que podía castigarle.
―Vamos a desayunar. Espero que comas algo.
Anne asintió.
Después ambos fueron hasta la cocina.
Ahí, estuvieron desayunando y estuvieron hablando de salir a cenar esa noche y a pasear.
Después de recoger la cocina, Anne se marchó al estudio para ponerse a estudiar y Kilian salió hasta el supermercado para hacer unas compras para la despensa de la cocina.

Él despertaba en su despacho tras haber estado planeando como entrar con un cargamento de drogas en el país.
Se preguntaba si Walter estaría cometiendo el propósito que le ordenó.
Cuando fue hasta su habitación, se encontró a una mujer desconocida que iba vestida del servicio de la servidumbre.
―Oye tú ―le dijo―. ¿Quién eres?
―Su nueva sirvienta.
Demir la miró ansioso de placer y le preguntó:
―¿Cómo te llamas?
―Alisa, señor.
―Bien, Alisa. Entra en mi habitación y sin nada en las manos. Yo te indicaré lo que vas a hacer después.
Ella asintió y obedeció.
Alisa dejó la bandeja que tenía en sus manos y fue hasta la habitación de Demir.
Él fue con el fuego encendido en su cuerpo y cuando ambos estuvieron juntos, Demir la volvió a mirar de arriba abajo y le dijo:
―Quítate la ropa que tienes puesta y ponte a cuatro patas.
Y ella sin decir nada, le obedeció.
Cuando Demir la tuvo a su alcance, la penetró tan fuerte que no tuvo piedad de ella. Más aún cuando la estaba dominando tan cruelmente.

Él caminaba por los pasillos de la facultad en busca de ella. Pues tenía que comunicarle que se marchaba durante una temporada.
Cuando Osman encontró a Aysel al final de la escalera, él fue con otra cara distinta, mientras que ella le sonreía.
Ambos cara a cara, Aysel se percató de la cara que tenía y le preguntó:
―¿Qué ocurre?
―Nena, tenemos que hablar.
―Te escuchó.
―Aysel tengo que ausentarme durante unos días.
―¡Qué!
―Lo siento. Mi padre me llamó y me dijo que mi madre está muy enferma ―le mintió―. Tengo que ir a verla.
―No sabía que tu madre estaba enferma.
―Ni yo. Mi padre ha llamado hace cinco minutos mientras que venía en el coche.
―¿Cuánto tiempo vas a estar fuera?
―No lo sé. Pero te llamaré desde Gales.
―¡Gales! Desde tan lejos.
―Si. Ellos se jubilaron y se marcharon a Gales a una casita al norte.
―Vale. Pues entonces buen viaje y que tu madre se cure.
Antes de que ella se marchara, Osman la empujó hacia a él y la beso. Pero ella se apartó enseguida.
Cuando terminaron de mirarse a los ojos por última vez, ella se marchó y Osman se quedó ahí parado sin saber que hacer. Pensativo en la mentira que le acababa de echar a la mujer que tanto le apasionaba.

Un poco más tarde, Anne salió al balcón del departamento porque había estado estudiando toda la mañana y leyendo un libro toda la tarde, mientras que Kilian trabajaba a su lado con asuntos de la empresa.
Ella comenzó a pensar, mientras llevaba sus manos hacia su estómago. Pensando en él bebe como también el pasado.
Kilian salió al balcón en pocos minutos y se percató de la figura perfecta que tenía Anne.
Él se acercó a ella y abrazándola en breve, le dijo:
―¿En qué piensas, nena?
―Pensaba en el pasado. Pero también en él bebe.
―¿Por qué en él bebe?
―Pienso en si es buena idea que nazca en estos momentos duros. Para mí es una bendición, pero con todo esto que está pasando, sigo dudando si es buena idea que nazca ahora.
―Lo sé. Pero si Katherine hubiera escuchado decir estas palabras, te hubiera castigado.
Pero Anne no dijo nada. Solo se giró y ambos se miraron a los ojos.
Kilian llevó a sus manos al estómago de Anne y le dijo:
―Vamos a recibir al bebe con mucha ilusión y le daremos mucho amor. No voy a dejar que nada os pase. Incluso a Alessandro. Que no pienso dejar que sea un malcriado.
―¡Alessandro! Mi hijo no tendrá ese nombre.
―Es el nombre de mi padre. Un nombre original.
―Ya veremos que nombre le pondremos al bebe. Y si fuera varón se llamaría como mi padre. No como el tuyo.
Kilian refunfuño.
―Acuérdate que puede ser niña.
―Por Dios, tener que aguantar a otra mujer más.
―¿Qué problemas tienes con las mujeres?
―Que sois demasiados consentidas. Katherine también lo fue y la muerte de mis padres la cambio. Por eso detesta a las niñatas.
―Pues acuérdate que no podría ser varón, si no, una mujer.
Kilian un resoplido y después la miró.
Él le sonrió y después le dio un beso. Uno del cual le llevó hasta dentro del departamento.
Cuando llegaron a la habitación, Kilian le hizo de nuevo el amor a ella. Fue cuando ella se dio cuenta cuales eran esas sensaciones cuando ambos se entraban mutuamente a esa pasión al estar a solas entre cuatro paredes de una habitación.