Tentaciones Ocultas (Mi Amuleto #3)

Capítulo Cinco

Él despertó de pronto de un largo sueño.
Cuando miró hacia la puerta, Demir vio a Walter. Que acababa de entrar por la puerta de la habitación del hotel.
―Parece un demonio parado ante la puerta.
―Lo siento, señor ―le dijo―. Pensé que estaba despierto.
―Pues ya ves que no ―respondió―. ¿Qué es lo que quieres?
―He venido a decirle que el desayuno ya está listo.
―Ya me lo has dicho.
―Y también para informarle de todo lo que me pidió.
―Te escuchó.
Walter respiró profundamente y después comenzó a decir:
―La señorita Fermosel sigue su rutina de ir a la universidad y el señor Riaza su rutina de trabajo.
―Eso no me dice nada.
―Hay algo que tiene que saber, señor.
―¿Qué cosa?
―La señorita Fermosel fue al doctor hace pocos días.
―¿Has estado enferma?
―No. Por lo que averigüé, ella está embarazada.
―¡Qué! ―exclamé Demir furioso.
―Lo siento, señor. Quiere de dejemos sus planes para cuando ella de a luz.
―No digas tonterías, Walter. Mis planes siguen hacia adelante.
Pero él no digo nada.
―Retírate.
Walter se marchó sin decir nada. Pero el sabía que actuar mientras ella estaba embarazada, sería muy arriesgado.
En cambio, Demir comenzó a pensar en cómo deshacer del bebe que ahora quería interrumpir sus planes.

Él se despertó y vio que Anne no estaba a su lado. En su lugar de la almohada había una nota que decía: Me he ido antes a la universidad. Tengo un exactamente. Te he dejado café y tortitas hechas. Anne
Kilian se levantó de la cama y caminó para salir de la habitación.
Cuando llegó a la zona donde estaba la cocina, notó el olor a café.
El timbre sonó y el caminó hasta la puerta.
Cuando la abrió en segundo, vio que era Katherine.
―Aun dormías.
―Me acabo de despertar. ¿Qué ocurre Katherine?
―Venía a hablar contigo y también a desayunar.
Katherine entró en breve y Kilian cerró la puerta.
―¿Dónde está tu mujer? ―le preguntó ella mientras se dirigía hacia la cocina.
―En la universidad. Hoy se ha marchado antes porque tenía un examen.
―Nunca pensé que Anne Fermosel cambiaria de la noche a la mañana.
―Lo ha hecho. Pero solo un poco en el fondo sigue siendo la mujer caprichosa que fue cuando empecé a domarla y darle la educación que tenía cuando era niña.
―Y eso te gusta, ¿verdad?
―Sabes que sí.
Kilian comenzó a servir los desayunos que Anne había preparado, mientras le preguntaba:
―¿Y Elizabeth?
―Ha ido a hacer unas compras para el departamento.
―¿Has alquilado un departamento en Gales?
―Sí. Solo es temporal. Pasaremos el tiempo que estéis vosotros aquí.
―Digamos que dos meses, pero quizás nos quedemos un poco más.
―¿Por qué ese cambio?
―Ese hombre sigue sin aparecer y la vida de mi mujer e hijo están en juego. No pienso arriesgándolos.
―Ya veo.
Ambos continuaron la conversación mientras que disfrutaban de un buen desayuno.

Ella salía de clases y se dirigió hacia la cafetería. Anne quería desayunar mientras que estudiaba para el examen que tenía.
Cuando entró en la cafetería en pocos segundos y en una mesa vio a James.
Anne se acercó a él y en la mesa en breve, esta le dijo:
―Pensé que estarías en clase.
―No tuve la anterior. Aproveché para desayunar y estudiar el examen que tenemos ahora.
Anne sentó junto a él y también sacó sus apuntes, mientras que un camarero se le acercaba y ella pedía algo de comer.
―¿Qué tal la visita de tu cuñada? No he tenido oportunidad de preguntarle.
―Solo estuvo una noche en el departamento. Y en realidad todo estuvo bien.
―Tengo que conocerla. Quizás que con un buen meneo se le pase todo lo que tenga.
―Mejor que no te atrevas.
―¿Por qué?
―Yo me entiendo. El carácter de Katherine es un poco difícil. Mas aun cuando su forma sexual es muy diferente al tuyo y al mio.
Pero James no dijo nada. Solo puso sus ojos en los folios del examen.
En cambio, Anne comenzó a desayunar mientras que también leía los apuntes que había sacado de su portafolios.

Ella paseaba, mientras que se dirigía a su última clase.
En la esquina, Aysel se encontró con Osman. Que le sonreía de oreja a oreja.
Cuando estuvieron frente a frente, Osman le dio un beso en los labios muy breve y le dijo:
―Espérame en los aparcamientos. Quiero quedarme a solas contigo esta noche.
―Vale.
―Por cierto, estas muy guapa.
Osman se había fijado que Aysel llevaba un vestido rojo con lunares y se había maquillado. Algo que en ella solo había hecho una vez en la universidad y cuando salía con sus amigas.
―Gracias ―le respondió ella.
Pero Osman no le dijo nada del viaje que tenía planeado en los próximos días. Se lo quería decir cuando estuviera listo para hacerlo.
―Te veo más tarde ―le dijo él.
Aysel asintió.
Ambos continuaron su caminó y ella pensó en lo que iba a suceder cuando estuvieran a solas en su departamento.
En cambio, Osman pensó en otras cosas que tenía en mente.

Un poco más tarde, Anne llegó a casa y lo primero que se percató que el departamento estaba ambientado con poca luz y lo segundo, de un olor exquisito.
Ella se acercó hasta la cocina y vio que también había poca luz. Pero cuando vio la luz de las dos velas encima de la mesa, se quedó sin palabras.
En segundos, Kilian apareció detrás de ella y le dijo:
―Espero que te haya gustado la sorpresa.
―No me la esperaba. Gracias, Kilian.
―De nada.
Kilian le sirvió un jugo de naranja y ella se sentó.
―¿Qué tal el examen?
―Bien. Para ser el primero que hago, todo bien.
―Me alegra escuchar eso.
Después le entregó el vaso y en segundos, él fue hasta el horno y sacó la cena.
―Huele bien, Kilian. ¿Qué has cocinado?
―Pollo al horno con pimientos rellenos con queso.
―Suena delicioso.
―La verdad, es una vieja receta de mi abuela. Es una de las cajas esta un viejo cuaderno y ni siquiera lo recordaba. Y ahí estaba cuando empecé a mirar.
―Vale. En ese caso, vamos a probar tu receta familiar.
Y Kilian comenzó a servir la cena.
Cuando terminaron de cenar, ambos recogieron los platos y decidieron poner el lavavajillas.
Después se marcharon a la habitación.
Ambos se cambiaron de ropa y en pocos minutos se acostaron.
Kilian apagó la luz y se abrazó a Anne. Ella se dejó llevar por ese abrazo, quedándose dormida.