La verdad, ya no debería de prometer algo sobre los especiales, porque siempre que lo hago vuelvo a desaparecer, cada fin de semana pasaba algo y es luego el tiempo que tomo para escribir, las personas que me siguen les habrá llegado el aviso que publique en mi perfil; no prometo publicar seguido, especialmente porque estoy buscando beca y salir de mi país. Así que tal vez vuelva a desaparecer por un tiempo por estar checando todo eso, pero regresaré tantito para darles el especial, especialmente porque fue el cumpleaños de Satoru.
Aunque hoy no subiré todos los one shots incompletos que tengo, tal vez me llegue a tardar en subirlos, pero los subiré lo más pronto que pueda.
Advertencia: Esta larga la historia, son más de 6,000 palabras.
Arte: 708Thousands
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Una pequeña azabache se encontraba sentada en una enorme piedra en medio del bosque, se había perdido, no sabía si estaba cerca de su casa o se había alejado cada vez más. Lo único que pudo hacer fue sentarse y aguantar sus lagrimas, ya que era algo que su padre le había enseñado.
"No pierdas la calma, porque nunca pensaras en una buena solución"
Así que con pequeñas lagrimas amenazando salir y haciendo un ligero puchero para no soltar en llantos, la pequeña Kyoko pensaba en una solución para volver con su familia. Pasaban los minutos y no se le ocurría nada, además de que su familia todavía no la encontraba, su panza comenzó a gruñir por la falta de energía. Soltó un pequeño quejido mientras veía alguna solución a ese problema y vio un gran árbol de manzanas, se acerco a él y trato de escalarlo, pero a la mitad una pequeña ardilla bajo rápidamente de este y salto sobre su cara para impulsarse, cayendo al piso sin ningún problema, mientras que la pequeña se golpeo la cabeza. Se quejo por el fuerte dolor, se acariciaba atrás de su cabeza donde, imaginaba, se inflamaría; aun con eso no se soltaba a llorar.
Respiro profundamente y los pocos segundos saco todo el aire con fuerza, levanto la cabeza, pero apenas la levanto sintió un golpe en su frente. Cubrió con sus manos el golpe y se agacho mientras se aguantaba el dolor, levanto la mirada furiosa para ver quien era el causante de su dolor, pero no vio a nadie; dirigió su vista al suelo y vio una manzana roja, un color muy vivo y brillante, se veía jugosa. Sus ojos se iluminaron y la tomaron de inmediato para comenzar a comerla, al dar la primera mordida se escucho el crujido de la manzana y sintió un jugoso y dulce liquido invadir su paladar y recorrer sus labios. Al terminar de comer decidió buscar una forma de salir de ahí, trataba de recordar por donde había llegado.
-Creo que era por aquí- iba a caminar hacia la derecha, pero escucho un ruido en uno de los árboles que se encontraban atrás de ella. Volteo a ver y unas hojas caían de esta, al alzar la mirada pudo ver que algo se movía pero no sabia lo que era-. ¿Qué eres?
Su voz trato de sonar firme para no demostrar miedo a lo que fuera que sea que se encontraba ahí, la única respuesta que recibió fue otro movimiento y que las hojas del árbol se cayeran, se vio que lo que se encontraba ahí dio un salto al siguiente árbol, dejando otra vez que unas pocas hojas cayeran. La azabache entendió lo que estaba haciendo, por lo que caminaba a la dirección donde caían las hojas, lo que se encontraba en los árboles saltaba árbol tras árbol, mostrando el camino a la pequeña que comenzaba a recordar algunas cosas del camino. La niña se reía al tratar de alcanzar a quien la estaba ayudando, sin darse cuenta había llegado al final del bosque, donde podía ver claramente el pueblo donde ella vivía, su sonrisa se agrando.
