30: "Normal"

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Jared:

No, no puede ser así... Ivy hubiera insistido más y hubiera intentado advertirme...

Bueno, si mi destino termina aquí... entonces haré que valga la pena

—Sígueme maldito hijo de perra... —dije mirando el retrovisor, lo dirigiría hacia un accidente seguro de ambos autos, él y yo...

Pero había otro auto siguiéndome, seguro alguien acompañándolo y tratan de acorralarme

—Madre salta del auto cuando te diga —la tomé de la mano sin apartar la mirada del frente

—No...

—Tienes que hacerlo... —Insistí— saltarás cuando te diga —ordené

—No, no te dejaré solo... nunca lo haré... y si nuestro destino termina aquí me alegro que sea juntos... te amo hijo

Sabíamos que de alguna manera nuestro destino dependía de esto, si chocábamos, a la velocidad que voy y en carretera, es una muerte segura, pero si él nos atrapa es una muerte segura igual... quizá no hoy pues esperará para torturarnos o asesinarnos frente a miles de personas relacionadas con la iglesia... no tenemos otra opción.

Ivy:

—Estás preocupada... —Paix me susurró al oído provocándome un salto de sorpresa

—No es cierto... —mentí y continué limpiando los vasos

—Jared está bien, es fuerte y soportará cerrar su establecimiento, por supuesto que será difícil pues era su principal modo de hacer dinero y ahí se sentía cómodo siendo un vidente pero... no es para tanto, a quien creo que le dolerá es a Sarah, ella lleva 10 años en eso...

—Quizá debamos invitarles algo delicioso para comer

—No podemos gastar más de lo designado al día —me recordó— mientras antes nos vayamos de aquí... mejor

—De todos modos comenzamos a gastar más teniendo a tres videntes más... —terminé de lavar los vasos y sequé mis manos— los invitaremos a beber

—No quiero a Jared bebiendo... tiene un problema con el alcohol

—Como muchos otros

—No me gusta ver a Jared ebrio... —Paix encogió los hombros

—Bien, entonces no haremos nada —puse los ojos en blanco

—Alguien luce de mal humor... —Paix se burló— debes tranquilizarte, las malas vibras sólo atraerán más cosas malas

—Ese es el problema Paix, estoy nerviosa y no sé porqué

—quizá sólo estás estresada... puedes pedir el día, yo te cubriré

—No, hoy es viernes... y se llena mucho el bar... tendré tiempo de descanso más tarde

Jared:

Le pedí a mi madre que se pusiera el cinturón de seguridad y aceleré el auto, tomé camino por el desierto donde estaba libre de autos, por supuesto los dos autos me siguieron, la intención era acelerar lo más rápido y pisar el freno cuando su auto esté alineado con el mío y en la misma velocidad que el mío, no le daría tiempo de frenar, y colapsaría conmigo.

Miré al retrovisor de nuevo para verificar que me siguieran, el segundo auto estaba alcanzando al blanco.

—Jared... el auto rojo —mi madre señaló por el espejo retrovisor de su lado

—¿Qué? —pregunté con frustración

—Es una vidente

—¿qué? —esta vez mi pregunta fue de sorpresa, miré de nuevo al retrovisor, el auto rojo se niveló al blanco.

Los Videntes [En edicion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora