Capítulo 25: Escondido a plena vista

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Era inevitable. Por más que quisiera escapar del tiempo que compartía con él, tenía que asistir a clases. Además, era él quien había propuesto tocar juntos. A-Cheng había aprendido que en una semana una persona podía ponerse en una situación incómoda muchas veces seguidas de diferentes formas. Era una habilidad nueva que no estaba feliz de obtener.

Lo que recibió la siguiente lección fueron un montón de páginas. -¿Qué es esto? -Le preguntó a XiCheng confundido.

-La partitura de Autumn. -El mayor se rió suavemente. -No te preocupes, puede parecer abrumador a primera vista pero muchas partes se repiten a lo largo de la partitura así que... buena suerte.

Jiang Cheng miró hacia abajo sorprendido. Luego de contarla, habían quince páginas. Sus hombros se hundieron y de repente no parecía una buena idea. Sin embargo, por más de que quisiera cambiarla, su tiempo se estaba acabando y sería un dolor en el culo sacar escoger otra pieza que no conocía para nada.

¿Qué más podía decir? Arrastró los pies hacia el piano más cercano. Comenzaba calmadamente, así que pudo hacer los primeros dieciséis compases con facilidad. Legato. Eso significaba que las notas tenían que ser suaves y contínuas. Por lo menos sabía eso.

Sólo tocaba tres notas con la mano derecha, la, mi, fa... y luego la, re, mi... No era muy difícil. Quería tener una idea masomenos completa de toda la pieza antes de intentar incluir el pedal. Se puso algo nervioso así que comenzó lento. -Jiang Cheng, no te olvides tu postura. -Su voz le asaltó por detrás en un susurró muy suave. La mano de A-Cheng voló a su oído y su espalda encorvada se puso recta del susto.

-Sí... lo siento. -Se acomodó en la posición en la que debía estar.

-Estás muy tenso y así el legato no va a salir como lo necesitas. -Incluso a través de capaz de ropa, sus manos le podía hacer estremecerse por el frío. -Relaja tus hombros como sabes y serás capaz de hacerlo.

Jiang Cheng asintió y siguió su consejo. Cuando su aroma dulce se alejó de su nariz, supo que se había ido. Por un momento, en contra de su voluntad, sus ojos le siguieron mientras le instruía a otros con consejos similares en postura y tensión. Los flautistas parecían tenerla más difícil que él.

Su compañero anterior estaba sentandose relajado junto a Su Shit (Su She, shit = mierda) quien batallaba en el piano y Ben Chao (超 笨 - ultra estúpido) -en realidad llamado Wen Chao, -que tocaba un violín de una forma dolorosa de escuchar, como si este hubiese deshonrado a sus ancestros. Ni bien vio al Wen, desvió la mirada, ya no queriendo ver más.

Para el final de la clase, había podido tocar cuarenta y ocho compases de forma lenta con un par de errores. Apenas si era un poco de la pieza. Había conseguido tocar alrededor de un quinto de ella, pero lo que venía era la parte que más le asustaba. La batalla intensa que había descrito luego de escucharla estaba llena de subidas y bajadas y giros y aún no se sentía cómodo tocándola de forma correcta.

-Jiang Cheng. ¿Podrías darme un minuto de tu tiempo para hablar? -Sus ojos dorados le miraron con gentileza. El pecho de A-Cheng dolía y sentía su corazón latiendo en la garganta.

Sin palabras, se movió hacia su escritorio. -Seré rápido porque sé que tienes un horario apretado. Estaba preguntándome si hice algo mal.

-¿Mal? -Estaba perplejo por lo que decía, pestañeó intentando aclarar sus ideas. -¿A qué te refieres?

-Creo que hay una razón por la cual me estás ignorando a propósito.

Así que se había dado cuenta. Hasta ese punto, no había pensado en una razón lógica y válida para hacerlo más que... miedo. A-Cheng tenía miedo. Estaba aterrorizado. -No... no hiciste nada malo. -Su tono apenas era escuchable.

-Entonces... ¿qué está pasando? -Incluso mostrando su expresión de preocupación, su forma de hablar sonaba más confundida que demandante. Era compasivo incluso sin intentarlo. El silencio que el estudiante le dio como respuesta le hizo hablar de nuevo. Con un suspiro pequeño escapando sus labios se paró de su lugar para terminar apoyándose contra su escritorio, en frente de Jiang Cheng. -¿Es esto por lo que pasó en la oficina de mi tío? ¿Acaso estas avergonzado de ese día? ¿De que yo sepa todo lo que pasó? ¿De dónde vinieron tus cicatrices?

XiChen bajó su mirada, intentando que sus ojos se encontraran. -¿Es eso? -Su mano se acercó a la mejilla de A-Cheng, con la intención de levantar su rostro para verse cara a cara; sin embargo, a medio camino, él se alejó un paso.

-Soy patético. Me detesto a mi mismo por haberte mostrado esa parte de mí. Tienes razón... es eso. -La sonrisa de A-Cheng estaba torcida. Hizo que XiChen se sintiera incómodo. -Me tiré en frente de un auto por un gato. ¿Acaso no es estúpido? Tan loco... ¿cómo no estar avergonzado por mostrarte ese lado de mi?

XiChen le miró a la cara. Era claro que estaba mintiendo pero no podía entender por qué. Sólo quería que él estuviera tan feliz como se había mostrado cuando había escuchado Autumn por primera vez. -A-Cheng...

-Creo que ya no quiero que seas mi tutor. No quiero hacerte perder el tiempo. -Eso fue como una cachetada en la cara. XiChen no podía hablar mientras él divagaba. -Haré lo mejor que puedo para aprender esta pieza si estás dispuesto a tocarla conmigo. Si no, no te preocupes creo que aún puedo preguntarle a mi hermano, si es que eso está permitido. Te he estado dejando esperando por mi ya dos veces y cada vez que estamos juntos te ves arrastrado a mi mierda. No quiero eso. Terminemos con esto, no quiero ser más tu amigo, XiChen... Lo siento. No puedo. En verdad lo siento, XiChen. Espero que puedas perdonarme. -Lentamente, comenzó a caminar hacia atrás mientras hablaba, pero terminó dándose la vuelta y corriendo lejos.

Sin saber que decir, el profesor de música se paró allí. Sólo salió del aula cuando el próximo profesor apareció. Dentro de su auto, ni siquiera puso música. Sólo podía hablar con una persona. Ming-ge, ¿estás disponible mañana a la noche?

Mi fantasía azul | XiChengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora