Extras 1

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Madonna

Jiang Cheng rodó sus ojos y se cruzó de brazos. -¿Por qué no puedo no ser gay si me gusta Madonna?

-A mí me gusta Madonna y soy gay. -Wei WuXian se encogió de hombros.

-Eso es una falacia.

-Desde que tomaste esa clase de lógica no es divertido estar contigo, Jiang Cheng.

Al niño

-Jiang Cheng, no te enojes tanto. Lastimará al niño. -Wei WuXian dijo sentándose junto a su hermano.

-¿De qué mierdas estás hablando? -Frunció el ceño girándose a verlo, el brazo de XiChen deslizandose de su hombro.

-A XiChen le entristecería. -Su hermano tuvo la audacia de tocar su estómago.

A-Cheng se sonrojó violentamente, al borde de enrabiar. -¿Quieres morir? -Escupió. Junto a él, Lan Huan ahogó una risa. -¿Tú también? -Jiang Cheng se giró, sintiéndose traicionado.

-El bebé, el bebé. -Wei WuXian dijo riendose de él.

-Se puso un condón, ¡¿cómo voy estar embarazado?! ¡Imbécil! Además, ¡somos dos hombres! -Se quitó la mano de su hermano de encima.

-¿Se puso un condón? -Wei Ying le sonrió divertido. -Mi hermanito perdió su flor aww.

-Te voy a asesinar, idiota. -Se paró corriendo detrás de su hermano con la intención de golpearle violentamente con un almohadón del sofá.

Noche de pizza

Los hermanos Lan habían sido invitados a una noche de pizza en la casa de Jiang Yanli. Nunca habían hecho masa de pizza desde cero antes, así que Wei WuXian y Jiang Cheng decidieron que sería divertido enseñarles mientras su jiejie y su esposo descansaban en el sofá. Wei Ying y A-Cheng la habían arrastrado, casi, para que se sentase y descansase.

Cuando fue tiempo de estirar la masa, los hermanos de Yuneng les enseñaron a sus novios a estirar la masa en un lindo círculo. El que entendió más rápido era Lan XiChen y Jiang Cheng le sonrió con sorna a su hermano con orgullo.

Wei WuXian le sonrió de la misma forma antes de ver al Lan más grande. -Eres bastante habilidoso con esas manos, XiChen-ge.

-Oh, gracias. -XiChen le sonrió complacido.

Sin embargo, Wei WuXian no había terminado de hablarle. -Que afortunada tu pareja.

...

Wei WuXian salió corriendo de la cocina para salvar su vida. -JIEJIE SACALE EL PALO DE AMASAR A JIANG CHENG.

Aroma

Había pasado un tiempo desde que estaban saliendo, y a veces, más veces que no, A-Cheng se había encontrado disfrutando del aroma de XiChen. Así que un día le preguntó mientras se acostaba en su cama a su lado. -¿Qué perfume usas?

-Um... no uso perfume, solo uso desodorante.

-¿Cuál? -Jiang Cheng se movió para verle la cara.

-Este. -Se movió de debajo de él un poco y tomó la lata junto a su cama. A-Cheng conocía la marca pero eso no era.

-No, eso no es.

-Entonces no sé a cuál te refieres.

-Ya sé, espera. -Se paró tras ponerse los bóxers, y casi se cae de cara al piso.

-Ten cuidado, siéntate. ¿Qué es lo que quieres que te traiga? -XiChen dijo, acercándose. A-Cheng no estaba acostumbrado a que sus piernas temblasen después de eso.

Apuntó con vergüenza al saco de XiChen. En este pudo sentirlo pero Lan Huan no podía. No sería hasta unos días más tarde cuando lel acompañó a su vieja casa para recoger un libro que encontró que era lo que olía. Gencianas. Dulces, cautivadoras, hermosas. Esas eran las flores que la madre de XiChen tenía, y él las cuidaba de vez en cuando. Jiang Cheng estaba complacido de saberlo, eran preciosas como su Lan Huan.

Mi fantasía azul | XiChengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora