Los dedos de Wilhelm pasaron por sus cabellos por quinta vez desde que se había subido al auto, se miró con la cámara frontal del celular y respiro molesto y sonoro con el reflejo que la pantalla le daba. Sus rubios cabellos ya tenían apariencia de sucio, su madre le había dicho que tenía que intentar no hacer eso tan seguido. "Eso" pensó Wille, era inevitable de frenar y el camino a Hillerska era largo y silencioso.
Lo positivo de escapar antes del palacio y la excusa perfecta fue que Felice le envió un mensaje, estaban con Madison ya en la escuela y lo invitaba a ir a los establos a cabalgar un rato. Wihelm sonrió ante la idea y aceptó la invitación.
La directora lo esperaba en la puerta como si él fuera el príncipe heredero al trono. Dejó caer sus párpados para no rodar los ojos con tanta fuerza que probablemente tendría un ACV porque si, lo ameritaba. Era el heredero. Espero a que le abrieran la puerta del auto, como su mamá le dijo que tenía que hacer siempre y saludo a todos como correspondía, con un fuerte apretón de manos y una sonrisa, no muy amplia, de cortesía. Wille les había pedido por favor discreción, nadie debía saber que estaba ahí. Quería estar solo por ahora, y cuando se refería a "sólo" quería decir "no con ellos".
Ya en la habitación, en la soledad mental que la oscuridad le permitía, terminó de ponerse el buzo y apareció el dolor de nuevo. Era la quinta vez que le ocurría en un mes, un terrible dolor en su garganta y luego le recorría hasta la punta de la lengua y cuando pasaba se le iba al oído. Espasmos por el estrés y la ansiedad de mantener la postura firme cada vez que tenía que hacer presentaciones. No estaba acostumbrado.
Se sentó en la cama tomándose el rostro hasta que el dolor pasó y miró por la ventana. La misma que...
- Mierda. - Dijo con dolor, dado que no podía hablar. Se levantó rápido y cerró las cortinas. Miro su habitación, suya y de nadie más, su único lugar de control. Respiró profundo y se encaminó a salir para los establos donde lo esperaba Felice y su amiga norteamericana.
- ¿Todo bien señor? - preguntó Malin al verlo tomarse el cuello.
- Si, me estoy acomodando la bufanda... - Disimulo torpemente. Wille no lo podía ver pero sabía que su guardaespaldas había rodado sus ojos con esa respuesta. Después de todo ella lo había calmado la primera vez y ya lo conocía a la perfección.
×
El viento en su rostro que anunciaba la primavera le hizo sonreír por primera vez desde que había llegado al internado, aún faltaba pero ya se sentía en el aire o al menos eso deseaba Wilhelm. Su amiga de la infancia Felice se reía ante los movimientos de Madison, claramente le divertía que alguien cabalgara tan mal o peor que ella.
- No se de que te reís si vos eras igual a hace no mucho... - Dijo Wille dejando salir una leve tos.
- ¿De qué lado estás? - Le acusó su amiga.
- Del lado de los débiles claramente. - Madison empezó a reírse contagiando a ambos.
Cuando llegaron al establo Willie no pudo contenerse y le preguntó a su amiga por lo obvio y más que nada por la verdadera razón que había accedido a ir a ese paseo.
- ¿Y Sara? Pensé que iba a estar con ustedes.. - Bien disimulado Wilhelm.
- Ah no sé, creo que se estará ajustando al cambio de horario y de temperatura.
- ¿Simon también va a ser residente? - Preguntó Madison.
- No creo, no quiere dejar a su mama.
- ¿De qué hablan? - El corazón de Wille se aceleró ¿Simon no sería más externo?
ESTÁS LEYENDO
💖 You are in love ✨
FanfictionWilhelm, el ahora único heredero al trono, hace una promesa en año nuevo que se ve interrumpida por una notificación y una foto le hacen dudar de todo. Una historia de mala comunicación, enredos y hormonas revueltas, • El titulo es por este video: h...