Mil Veces Tu

La Cita

La noche anterior apenas pudo dormir pensando en la cita con Venus, quería que todo saliera perfecto y sorprenderla como nunca, esta podía ser la única oportunidad que la vida le daría para demostrarle que aun la amaba y convencerla de que se quedara junto a él en NY.

Luego de dejar a Mia en la Escuela se dirigió al centro comercial para comprar todo lo necesario para esta noche. En un principio iba a llevar a Venus a un restaurante nuevo que tenía muy buena crítica, pero luego rechazó la idea, esta no era cualquier cita, era una cita con la mujer de su vida y quería tener algo especial que fuera más íntimo entre ellos. Camino para comprar llamo a su padre

- ¿Diga? - contestó el hombre de sesenta años
- Hola papá ¿cómo va todo?
-Bien hijo, no me quejo, dime ¿en qué te puedo ayudar?
-Bueno.... es que esta noche tengo una cita y quería saber si Mia se podía quedar contigo

Hubo un silencio de cinco segundos antes de que respondiera

-Vaya esto si en una novedad y se puede saber quién es la afortunada
-Mmm... bueno es.... es Venus
- ¡Venus! ¿Venus? ¿La misma Venus?
-Si papá la misma Venus ¿quién si no?
-Ella no se había ido a otro país
-Vino al matrimonio de Hanna y nos hemos visto durante estas semanas -hizo una pausa antes de soltar las siguiente palabras- no la puedo dejar ir papá, no otra vez
-Esta bien hijo, haz lo que tengas que hacer y no te preocupes por Mia que yo la voy a buscar a la escuela y se queda conmigo
-Gracias papá
-suerte, campeón

Una vez en el centro compró todo para cocinar, si bien él no era un experto como Venus esperaba dar su mejor esfuerzo para sorprenderla, también compró un par de cosas para decorar el jardín de su casa, donde sería la velada, quería que se viera romántico y acogedor.

Durante la tarde se dedicó a decorar todo el lugar y posteriormente a cocinar, siguió cuidadosamente cada paso que indicaba el tutorial que había buscado por YouTube sobre cómo hacer pasta casera, quería preparar ravioles de ricota con salsa blanca, el plato favorito de Venus.

Una vez que estuvo todo listo fue a tomar una ducha y arreglarse para ir a buscar a Venus.

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La mitad de la ropa que había traído en su maleta se encontraba sobre la cama, Thomas ya iba a llegar y ella aun no sabía que usar para esa noche, en los planes originales no se encontraba la idea de una cita para esas semanas, y menos con Thomas.

Luego de unos diez intentos finalmente se decidió por un vestido blanco que le llegaba sobre la rodilla, tenía tirantes y un pequeño lazo en su espalda, lo acompaño con una chaqueta denim y un collar y aros a juego. Terminó si maquillaje y a los quince minutos Thomas le envió un WhatsApp avisando que se encontraba abajo de su hotel esperando. El estómago se le hizo un nudo de nervios esperando que la noche saliera bien.

Cuando salió por la puerta del hotel, Thomas sintió que el corazón se le paraba, se veía hermosa, el vestido hacía resaltar su pelo y su piel, su sonrisa iluminó por completo su día.

- ¡Hola!
- ¡Hola! Debo decir que luces preciosa

Venus rio ante el cumplido y depositó un beso en su mejilla. Thomas le abrió la puerta del auto y luego subió por su lado.

- ¿Qué tal tu día de ayer? - preguntó Venus tratando de poner sus nervios de lado
- La mañana fue increíble- respondió mirándola y tomando su mano, ella le sonrió y podía ver el rubor avanzando por sus mejillas lo cual le pareció tierno - El resto del día fue tranquilo ¿Y el tuyo qué tal?
-tranquilo, aproveché de descansar un poco luego de la última semana y avancé en algunos temas de trabajo - como renunciar y buscar uno en NY pensó para ella.

Una vez que llegaron a la casa de Thomas bajaron del auto y antes de entrar él se puso frente a ella

-Necesito que te pongas esto - dijo señalando una venda de ojos negra, Venus lo miro extrañada - Es parte de la sorpresa, confía en mi