☔︎ 𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒐𝒏𝒄𝒆 ☔︎

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Después de que Tadashi se marchara, Reki recogió la mesa y lavo los trastes que ocuparon. Miro un rato la televisión, en realidad solo estaba perdida de adorno por qué no prestaba nada de atención. Su mente estaba en otras cosas. 

La hora de salir al hospital se acercaba, apago el televisor y se colocó de nuevo sus sudadera cuando escucho unos golpes fuertes en la puerta, imagino que no era Tadashi así que se acerco temeroso y abrió la puerta.

Reki lo mira asombrado, Ainosuke está con la respiración agitada y sus ojeras de muestran que lleve noches sin dormir. Quiere escapar de ese lugar o cerrarle la puerta en la cara… pero nada de eso servirá, llego el momento de hacer frente a sus problemas.

—Pensé que no volverías….

Sus cejas estaban elevadas de una forma melancólica, sus ojos parecían solitarios y su rostro estaba inmensamente pálido. La memoria de Ainosuke siempre ha sido buena y de repente recuerda que Reki dijo una vez que él se enfermaba mucho cuando era niño. Si ese era el caso, ¿eso significa que estará enfermo?

Ainosuke se siente ridículo. Esta es la primera vez que se enfrenta con algo así. Él es un hombre de negocios, un hombre que hace cálculos claros e interpreta los valores que se pueden intercambiar en el mercado, como si fueran fichas de dominó. No sabe demasiado de las relaciones humanas y no entiende qué beneficios puede aportarle a Reki un amorío como este.

—Reki…

—Hubiera preferido que así fuera…

La voz de Reki salió tan áspera y fría, su rostro serio, ojos amenazante. No parecía el mismo joven con el que estuvo los últimos días, mirada cálida y una sonrisa infantil.

¿Dónde está su Reki? Devuelvan le a su pequeño sol. 

—Reki debemos hablar…

—No tengo nada que hablar con usted señor Shindo.

La indiferencia de Reki lastimaba el orgullo de Ainosuke. Apretó sus puños para controlarse, lo menos que quería era volver asustar al niño.

—¡No! Tú y yo, tenemos mucho de qué hablar, nos debemos varias explicaciones.

Reki dio un paso hacia atrás al escuchar la voz gruesa de Shindo, parecía molesto. 

—Yo no le debo ninguna explicación. —frunció el entrecejo. —Ese fue el acuerdo desde un principio. Usted me trataba bien y yo me acostaría contigo, No tengo por qué buscarte y ni usted a mí.

Reki no esperará la respuesta del mayor, intento cerrar la puerta pero Shindo lo detuvo.

—¡No! Reki... —entro en la casa cerrando la puerta. —¡Por favor Reki, deja de actuar como un niño! ¡Te estuve buscando como loco durante estos dos días! —lo tomo de las muñecas y lo acorraló contra la pared.

—¡Basta! ¡Suéltame! —intento apartarlo pero era casi imposible el mayor era más fuerte. —¡Sal de este departamento! ¡Tadashi se molestara que entres…!

Poco le importo las quejas del menor.

—¡No contestas mi llamada ni mensajes pero estas aquí! ¡En el departamento de Tadashi y no parece ser la primera vez que estés con él! ¡Maldita sea porque él! ¿¡Por qué con Tadashi!?

Reki se estaba asustando por la manera en que se daba la “conversación” a este paso metería en un inmenso problema a Tadashi.

—¡Suéltame! ¡No sé qué es lo que te estás imaginando pero no es nada de eso! ¡Tadashi es solo mi amigo! ¡Basta Ainosuke, vete ya!

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