nueve

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Louis: 20
Harry: 19

—Nos vemos, Styles— Se despidió Zayn y salió del baño.

—¡Zayn!— escuchó la voz de Louis llamarlo.

L.

¿Si?

Acércate a Zayn.

No. Su aroma quedará en nosotros y no quiero eso.

Hazlo.

—Louis.— dijo en modo de saludo —¿Pasa algo?— preguntó el omega un poco preocupado.

Louis inhaló profundamente el aire que estaba entre el y Zayn.

Omega.

¿Qué?

Su olor. Omega.

Si, Zayn es un omega, pero eso ya lo sabíamos-

No. Mi omega.

—¿Louis?

¿Zayn? ¿Nuestro omega? No. Él no es nuestro omega.

No, no lo es. Pero huele a él.

—¿Dónde estabas?— preguntó el alfa confundido sin entender que estaba pasando por su cabeza.

—En el baño. Yo-

Louis respiró el aroma que estaba impregnado en su amigo un poco más profundo. Sintió algo diferente en él.

Sintió algo... nuevo.

Y también sintió como sus colmillos se expandían poco a poco.

Protección.

Protección, protección, protección. Eso era lo único que escuchaba en su cabeza.

Sus ojos empezaron a tornarse blancos.

Máximo estaba al mando.

•••

"Respira" Harry se decía a si mismo.

"Tienes que respirar" trataba de ayudarse.

"Solo fue Malik. Solo...Malik." Respiró hondo.

"Tienes que salir de aquí. El aroma quedará en ti. Tienes que salir. El aroma quedará en ti. El aroma.. quedará en mi... Tengo... tengo que salir."

Sus pensamientos gritaban dentro de el, lo mareaban, lo atormentaban.
Igual que cada noche.

Salió rápidamente del baño, un poco desorientado por lo que acababa de pasar, rogando por que no vomitara el supresor otra vez. Olió su ropa y gracias a la Luna su aroma no se había impregnado en el.

Sonrió y siguió con su camino.

Y como siempre, sobre pensó los últimos diez minutos.

Pensó en que él no tenia su aroma impregnado porque él lo había había emitido. Pensó en que si hubiera estado justo en donde su aroma
inundó todo el baño, lo tendría encima. Pero agradece que eso no pasó, solo estaba Zayn ahí...

Zayn.

—Mierda.

Corrió en busca de Zayn, pensando en pedirle que vaya a tomar aire fresco para que su aroma se vaya de él. Lo buscó y buscó, hasta que lo encontró parado en medio del pasillo. Suspiró y sintió alivio.

Vió con quien estaba hablando.

Louis.

—No. No, no, no, no.— llevó sus manos a sus ojos en un intentó de evitar que las lágrimas salieran de ellos. Sus manos después se fueron a su cabello. Estaba pensando en que hacer.

Corrió.

Corrió lejos.

Probablemente Louis ya había sentido su aroma en Malik. Tenía que correr. Correr y evitarlo.

•••

—Woah, Louis, ¿estás bien?— cuestionó Zayn al ver que los ojos azules de su amigo ya no eran azules, sino blancos. Eran fríos, no había ese calor que uno encontraba en los ojos zafiro de Louis. Un escalofrío recorrió su espalda. —Yo- yo me voy a ir.— dijo, y después, con miedo, se alejó del alfa.

¡Oye!

¿Por qué estaba con él?. ¿Por qué olía a nervios?, a miedo. Me necesita.

El alfa caminó rápidamente hasta la cancha de fútbol, en la cual no había nadie. Dispuesto a buscar a su omega, se puso bajo la sombra de un árbol y se preparó para sentir aromas y correr. Incluso convertirse a su forma lobuna si era necesario.

¡Pero no puedes tomar el control como si fueras el único habitando este cuerpo!

Pues ya lo hice.

Max-

Omega.

Sí, lo sé, ya lo dijiste. Pero-

Tengo que encontrarlo.

¿Y cómo planeas hacer eso?

¿Que no te importa nuestro omega?

Sí. Pero hay muchos omegas aquí, te será imposible encontrarlo si ni si quiera lo conoces.

Me guiaré por su aroma. Ya se como es. Solo tengo que seguirlo. Luna... ¿Lo sentiste?

Sí, es...

Perfecto.

Adictivo, calmante.

Cómodo.

¿Cómo un aroma puede ser cómodo?

No lo sé. Pero el de él lo es.

¿Cómo sabes que es hombre?

¿Cómo tú no sabes que es hombre? Además, ¿si quiera te gustan las mujeres?

N-no, pero-

Tengo que encontrarlo.

No, Máximo. Tu no tienes control sobre ti mismo.

En este momento, lo tengo sobre ti.

Basta.

Tengo que encontrarlo.

Max. Esto no está bien.

Louis, con todas sus fuerzas, trató de tomar el control. Sintió como su alfa se resistía, pero no planeaba rendirse ante él. Pocos segundos después, sintió como recuperaba el control sobre si mismo.

Cayó de rodillas al piso y soltó un suspiro tembloroso.

—Lo siento, Max— sus manos temblaban mientras se acercaba a sus bolsillos para sacar su caja de cigarros y encendedor.

Con sus manos aún temblorosas, metió un cigarro a su boca y lo encendió.

Respiró y sintió como la calma inundaba su cuerpo.

Su omega estaba cerca.

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DESTINADOS [ls/omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora