DESTINADOS [ls/omegaverse]

veintinueve

Hola, en este capítulo, así como en los anteriores. Todos los diálogos que estén en itálica, quieren decir que los personajes están hablando en francés.

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Louis: 20
Harry: 19

Temprano por la mañana, Harry despertó un tanto aturdido. Estaba claro que se encontraba dentro un cuadro de lucidez.

No sintió el calor de Louis, así que se sentó, respiró hondo y talló sus ojos para poder despertarse por completo de una vez por todas.

Volteó a su derecha y con sorpresa observó una gigante bola de pelos en la esquina del nido.

Máximo.

El lobo estaba hecho bolita, y Harry no quería molestarlo.

El omega se acercó ligeramente, tratando de no hacer ruido ni mucho movimiento para así evitar despertar a Máximo. Aún así, el lobo abrió sus ojos de golpe. Seguro sintió la proximidad del rizado.

Harry se alejó un poco y abrió sus ojos con sorpresa.

Los ojos del lobo eran casi tan blancos como la nieve, pero definitivamente igual de fríos. Sin embargo, Harry los sentía tan cálidos como el hogar que tanto soñó tener en algún punto de su vida.

Máximo levantó su cabeza, y con lo que pareció vergüenza, se puso de pie y se acercó al omega.

Va a salir corriendo, Max.

Louis-

Somos un lobo gigante. Lo vamos a asustar. Mis ojos son muy blancos y mi pelo es muy negro. No le encuentro algún tipo de armonía.

Dejemos que él nos diga que piensa, ¿de acuerdo? Sé que tendemos a espantar a la gente, pero tal vez esta vez sea diferente.

Esto fue una mala-

—Eres hermoso.— habló Harry mientras veía fijamente al alfa.

Máximo se sentó frente a él.

El rizado extendió su mano y el lobo recargó por completo su cabeza en esta. Harry rio un poco mientras acariciaba su barbilla.

El omega se encontraba admirando al lobo mientras este parecía que lo admiraba a él.

—Eres un lobo muy grande. Es porque eres puro, ¿cierto?— habló Harry. El lobo asintió con la cabeza.

Es un jodido genio, no lo puedo creer.

Louis, no seas así de sarcástico.

—Apuesto a que Tomlinson está disfrutando esto.— dijo burlón, mientras seguía con su mano sobre el pelaje de Máximo.

Idiota.

No le dimos miedo, L.

Lo noté.

—¿Qué haces aquí, Máximo?— cuestionó Harry antes de marearse un poco y acostarse en el nido, viendo al techo.

Máximo se acostó junto a él y recargó su cabeza en el pecho del omega. El menor entendió este gesto como un "para cuidarte a ti."

Pasaron unos momentos en esa misma posición, Harry cerró los ojos y respiró profundamente.

—Voy a estar bien. Al menos eso espero. Ya pasó un día, solo faltan dos.— aseguró el omega, con la garganta completamente seca.

Máximo lo notó y se puso de pie, para después salir del nido. Le dedicó una última mirada a Harry y este le sonrió como respuesta. El rizado había disfrutado tener la compañía del lobo, incluso había sentido un alivio diferente, un alivio que necesitaba. Pero entendía que en ese momento Louis era quien tenía que estar presente.