DESTINADOS [ls/omegaverse]

veintisiete

Louis: 20
Harry: 19

Afortunadamente, el doctor con el que Louis hizo la cita, fue el mismo que lo atendió cuando su celo se adelantó. Así que conocía un poco sobre la gravedad de la situación, y para la suerte del ojiazul, tenía espacio en su agenda para una cita ese mismo día por la tarde

Le escribió un mensaje a Harry para hacerle saber la hora de la cita con el médico.

de: louis
para: +447809281623
hoy a las 15:30

+447809281623
??

louis
doctor

+447809281623
Ok.

Le mandó también la ubicación del hospital en donde se encontraba el consultorio del especialista.

Una vez en el hospital, esperó a Harry en la entrada de este.

—¿Qué haces ahí parado?— preguntó el omega cuando llegó. Louis no pudo evitar notar que su aroma estaba libre.

—Eres despistado. Si tratabas de llegar solo al consultorio, hubieras llegado tarde.— contestó empezando a caminar hacia el elevador. —Vamos.

Cuando se encontraban dentro del elevador, en camino al piso en donde estaba el consultorio, el mayor dirigió su mirada a Harry, el cual estaba con la vista hacia el frente. Lo observó detenidamente y notó una inflamación en su labio inferior. El área estaba roja.

Frunció el ceño.

—Te vas a arrugar.— advirtió Harry, aún con la mirada fija en las puertas del elevador.

Estas mismas puertas se abrieron y ambos caminaron hacia el consultorio del doctor.

Una vez dentro, el médico se puso de pie para recibirlos. El omega estaba a punto de saludar, cuando el doctor hizo un gesto que no se esperaba.

Inclinó la cabeza hacia Louis.

El ojiazul mantuvo la cabeza en alto. Y unos momentos después habló. —Puede levantarse. Gracias.

"Es purasangre" recordó Harry.

El doctor se enderezó y sonrió hacia ellos. —Muchachos, tomen asiento.— indicó hacia las dos sillas que estaban frente a su escritorio.

Alfa y omega caminaron hacia los asientos, Harry le habló en voz baja a Louis, cerca de su oído. —Seguro disfrutaste eso.— habló burlón.

—Idiota.— contestó Louis.

—Me alegro que hayan venido.— dijo el doctor una vez que todos se encontraban sentados. —Tu nombre es Harry, ¿cierto?— le preguntó al rizado.

Harry asintió con la cabeza. —Sí.

—De acuerdo, cuéntenme todo.— pidió el médico.

—¿Contarle?— cuestionó Harry.

—Quiere escuchar todo de nosotros. De acuerdo a nuestras perspectivas.— le dijo Louis a su oído.

—Está bien. Um... No sé cómo... — el omega trató de empezar.

—Bien. Si quieres, o si no sabes como empezar, te puedo proponer empezar por lo que yo sé.— dijo delicadamente, pues notó que este era un tema difícil para el rizado. Tal vez era más grave de lo que imaginaba.