CAPITULO 9 ( DEMASIADO LEJOS )

65 4 17
                                    

Isabela notó que Paula estaba distraída y le preguntó con preocupación. "¿Estás bien?"

—Sí, solo estaba recordando algunas cosas —respondió Paula, su mirada perdida en un punto distante.

—Ya veo —dijo Isabela, inclinándose hacia ella con curiosidad.

—Sí, bésame —murmuró Paula, un destello de vulnerabilidad en sus ojos.

—No —replicó Isabela con firmeza, aunque su expresión se suavizó.

—¡Fuck! No quiero perder —se quejó Paula, con un gesto de frustración en el rostro.

—Tuviste que pensarlo antes de aceptar. A decir verdad, tú no tienes la capacidad de pensar —dijo Isabela con una sonrisa traviesa.

—¿Cómo? —inquirió Paula, frunciendo el ceño.

—Repite eso —exigió Paula, sus ojos entrecerrados en un desafío juguetón.

—Dije que eres muy inteligente —murmuró Isabela, con una sonrisa irónica.

—Ajá —respondió Paula, sin dejar de mirar a Isabela.

—Y hermosa —añadió Isabela, con un toque de sinceridad en la voz.

—¿Crees que con eso me puedes comprar? Pues estás en lo correcto —dijo Paula con una sonrisa 

—Menos mal —respondió Isabela con una risa ligera.

—Bien, ¿y ahora qué hacemos? —preguntó Paula, mirando alrededor con desinterés.

—No sé. ¿Por qué no me cuentas en qué pensabas? —sugirió Isabela, acomodándose en el césped.

—En ti —admitió Paula, con una mirada que escondía mucho más de lo que decía.

—Sí, claro —murmuró Isabela, dudosa pero intrigada.

—Bueno, te contaré una pequeña historia —dijo Paula, levantando una ceja con misterio.

—Nice —respondió Isabela, interesada.

—Empezó hace mucho, en el frente de la Gran Guerra. Dos científicos alemanes quisieron dominar fuerzas oscuras y misteriosas, ocultas durante siglos. Pensaban que sus descubrimientos garantizarían la victoria final de Alemania —comenzó Paula.

—Ay, esa no era —dijo Paula, dándose cuenta de su error con una risa nerviosa.

—No es gracioso —replicó Isabela, con una expresión seria.

—Perdón, perdón —se disculpó Paula, ruborizándose ligeramente.

—Ahora sí te contaré —añadió Paula, con una sonrisa más sincera.

Paula le contó a Isabela todo lo ocurrido con Misty y cómo había logrado que la expulsaran. Isabela escuchó con atención, sus ojos reflejando preocupación y admiración.

—No quisiera ser tu enemiga —comentó Isabela, su tono cargado de respeto.

—Tú eres todo lo que quiero —respondió Paula, con un toque de sinceridad en su voz.

—Cuando gane la apuesta, no dejaré que me coquetees —dijo Isabela, con una sonrisa desafiante.

—¿Pero? —insistió Paula, mirando a Isabela con una mezcla de esperanza y desilusión.

—O tal vez no, quién sabe —respondió Isabela, con un guiño.

—¡Ahhg! —exclamó Paula, frustrada.

Isabela se rió de su amiga mientras le acariciaba el cabello, como si fuera un perro —De hecho lo es —añadió con una risa ligera.

—Te odio —murmuró Paula, con un tono juguetón pero resentido.

The ReasonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora