Capitulo 24 - Amistad (No irónicamente Paula y Samara no son las mejores amigas que puedan tener.)
—Te extrañé tanto —dije mientras abrazaba a Samara con fuerza, sintiendo un alivio que no esperaba.
—Yo también —respondió ella, devolviéndome el abrazo con una sonrisa tranquila, aunque sus ojos parecían cansados.
Después de unos momentos de silencio, empecé a contarle a Samara toda la situación con Isabela, sintiendo cómo las palabras se deslizaban con dificultad.
—Ya veo —murmuró ella, frunciendo el ceño con una expresión de genuina preocupación mientras me escuchaba. Apretó los labios, como si procesara todo lo que le acababa de contar.
—Entonces, ¿tienes su número? —pregunté, intentando sonar tranquila, pero mi voz traicionó un toque de ansiedad.
—No, pero puedo pedírselo —respondió ella, inclinándose un poco hacia adelante.
—Okay, esperemos que funcione.
—Sí —dijo ella, asintiendo con una leve sonrisa.
Hubo una pausa breve antes de que me animara a preguntar algo más personal:
—¿Quieres venir a mi casa? —dije, esperando no sonar apresurada.
Samara arqueó una ceja, sorprendida. —¿No es demasiado pronto?
—No —respondí con convicción, sintiendo que necesitaba más tiempo con ella, como si esa compañía fuera un bálsamo para mi mente.
—Está bien, vamos —aceptó finalmente, y ambas caminamos juntas, charlando y recuperando el tiempo perdido, entre risas y comentarios sobre cosas cotidianas.
Al llegar a casa, Jennie nos recibió en la puerta con una sonrisa cálida que casi se sentía maternal.
—Hola —saludó Samara, un poco tímida pero manteniendo la compostura.
—Hola. Tú debes ser Samara, ¿verdad? —preguntó Jennie, observándola de arriba abajo con un brillo de curiosidad en los ojos.
—Sí, un placer conocerte.
—El placer es mío —dijo Jennie, ampliando su sonrisa mientras hacía un gesto para que entráramos.
Subimos a mi habitación, donde el tiempo pareció detenerse. Hablamos tanto que, cuando miramos el reloj, ya era muy tarde. Sin pensarlo demasiado, le sugerí:
—¿Te quieres quedar a dormir? No es problema, si quieres.
Samara asintió, agotada pero agradecida. —Me encantaría, gracias.
Antes de dormir, bajamos a cenar con Jennie, quien ya estaba acomodando los platos en la mesa. Mientras comíamos, Jennie rompió el silencio.
—Gracias por perdonar a esta tonta —dijo ella,
—¡Oye! —protesté, fingiendo indignación mientras ponía los ojos en blanco.
—Es verdad, es bastante tonta —añadió Samara con una risa contenida, claramente disfrutando de la broma.
—¡Pero...! —intenté defenderme, aunque las palabras se me escapaban en medio de las risas.
Ambas estallaron en carcajadas, y yo no pude evitar unirme, sintiendo cómo el ambiente se volvía más ligero, más cálido.
—Creo que las dos se van a llevar muy bien —dije entre risas.
—¡Sí! —confirmó Jennie, sonriendo ampliamente.
Fin del capítulo, si muy corto, pero pronto subiré más.
Recuerda que eres amado.
25/Mayo(El peor mes)/2023
después de tanto llegue a una conclusión. no puedo dejarla ir
ESTÁS LEYENDO
The Reason
Roman pour AdolescentsEsta historia no debería de existir para empezar, en fin paula chingue su madre, Y Isabela haga tareas Losodio. Y ojala este ship se haga realidad. 1% de probabilidad 99% de fe Recuerden que todos son amados