Escuchar mientras leen, gracias
Actué por impulso y, antes de que se fuera, le agarré la mano. Paula se volteó, algo confundida, y me miró directamente.¿Por qué hice eso? -Pensé
—Espera —le dije, intentando calmar la inquietud en mi voz.
Ella me miró expectante, esperando mis palabras.
—Espero no arrepentirme por esto...
—¿Issa? —susurró, algo insegura.
Tomé una respiración profunda antes de hablar.
—¿Me puedo quedar contigo?
Paula se quedó en silencio, como si no estuviera segura de haber escuchado bien. Su expresión estaba congelada, pero había un leve brillo en sus ojos.
—Di algo —le pedí, mi voz saliendo más suave de lo que esperaba.
—¿Lo dices en serio? —preguntó, incrédula, como si temiera que todo fuese una broma.
—Sí.
Ella parpadeó lentamente, procesando lo que acababa de decir.
—Claro que puedes —respondió al fin.
—Espérame aquí, voy a ir por las llaves —dije, mientras subía las escaleras
—Okay —murmuró Paula, aún en estado de asombro, como si no pudiera creer lo que estaba sucediendo.
Mientras subía, mis pensamientos comenzaron a agolparse en mi mente. ¿Qué acababa de hacer? ¿Por qué decidí quedarme? Pero antes de poder encontrar respuestas, ya estaba bajando las escaleras de nuevo, las llaves en la mano.
—Vamos —le dije, abriendo la puerta y haciéndole una señal para que saliera primero. Tras unos momentos, cerré la casa con llave.
El silencio entre nosotras pesaba mientras caminábamos juntas hacia su casa. Paula fue la primera en romperlo.
—Entonces... ¿te quedarás conmigo? —preguntó en un tono cauteloso, como si todavía no pudiera creérselo.
—Sí, ¿no es lo que querías? —respondí, tratando de sonar despreocupada, aunque por dentro sentía que me hundía en un mar de emociones.
—Sí, sí lo es. Solo... no pensé que fueras a hacerlo
—Si quieres, puedo volver a entrar en mi casa —dije en tono de broma, queriendo aliviar la tensión.
Paula me agarró de la mano con firmeza.
—No. No hay necesidad de eso. No te voy a dejar ir... otra vez.
La miré, con una mezcla de sorpresa y confusión.
—Todavía no me tienes —respondí con una leve sonrisa.
—Siento que esto ya ha pasado antes... —dijo ella, con una expresión pensativa.
—¿De qué hablas? —pregunté, confundida.
—No sé, es una sensación extraña —respondió mientras bajaba la mirada.
—¿Te sientes bien? —le pregunté, preocupada.
Paula levantó la vista y me miró directamente, sus ojos llenos de una emoción que no podía descifrar.
—Ahora que estas conmigo, sí.
ESTÁS LEYENDO
The Reason
Genç KurguEsta historia no debería de existir para empezar, en fin paula chingue su madre, Y Isabela haga tareas Losodio. Y ojala este ship se haga realidad. 1% de probabilidad 99% de fe Recuerden que todos son amados