17

555 72 12
                                    


Du-geun. Du-geun. Du-geun. Dugeun. Dugeun. Dugeun. Dugeun Dugeun Dugeun.


Definitivamente, esto es mejor que dibujar a una chica que no sabe que la estás dibujando. Mucho mejor. Clarke no se dio cuenta, de cuánto extrañaba dibujar a Lexa hasta ahora. Los ojos verdes, la nariz y los labios gruesos de la castaña. La forma en como su cabello cae alrededor de su rostro.


Nunca habría tenido la oportunidad de dibujarla en el café, de esta manera.


Y mucho menos en una cama.


Espalda contra las almohadas. Buceando a través de su cuaderno de bocetos. Rodillas arriba.Relajada.Esto es una maravilla. Pero es jodidamente extraño, el cómo le resulta difícil dibujar a Lexa ahora. Ella no se mueve mucho, aparte del ocasional cambio de página. La inactividad de la modelo debería ayudarla, pero le encuentra demasiado hipnotizador para poder concentrarse.

¿Es por la inactividad?

¿O el tema?

¿Quizás la locación?


Tener a Lexa en su cama es una maldita distracción. Sus pensamientos se habían desviado. Había demasiadas líneas y curvas para admirar. Las pantorrillas, los muslos, la cintura, los pechos. Había tanto que de repente se sintió perdida. ¿Por dónde debería empezar?

Lexa levantó la cabeza y la miró. ―¿Ya empezaste?―

―Ah sí, ya casi. Solo estoy entendiendo la composición ―.

―Oh, ya veo.― Lexa sonrió y reanudó su revisión.

La rubia frunció el ceño.

¡Empieza a dibujar, Clarke!



Había una emoción en su corazón que Lexa nunca antes había sentido. Era como si estuviera en exhibición exclusiva, solo para Clarke. Algo parecido, a la gente que posa para artistas en las clases de arte. Solo que aquí, en la habitación de Clarke, esta artista, es suya y solo suya.


La cantante se veía muy concentrada. Se dio cuenta por la forma en como frunció el ceño. La forma en que sus ojos se enfocaban. Y ese lápiz, moviéndose sobre el papel, rápido y afilado. Por un tiempo, la mente de Lexa se apartó de los bocetos. Hasta que con el pasar de lo minutos noto algo en ellos


Después de revisar la mitad del cuaderno, no pudo evitar notar cómo los dibujos se acercaban progresivamente a partes únicas de su cuerpo. Su cara, su trasero. . . y su torso. Y por torso se refería a pecho. Era por las curvas, se dijo a sí misma. Pero no pudo evitar preguntarse, si Clarke la encontraba sexy, cuando dibujó una página completa de su escote.


Sin embargo, todos los bocetos eran hermosos. La admiración de Lexa por el talento de la cantante, se multiplicó por diez después de verlos. Dejando de lado el enfoque de las partes de su cuerpo, la habilidad requerida no era una broma, así que Lexa no se sintió ofendida de ninguna manera. Ahora, estaba impaciente por ver el resultado del boceto actual.

LA ESTRELLA DE ROCK Y LA GERENTE  (CLEXA/LEXARKE AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora