UNA ASESINA EN BUCKINGHAM (CAP.26)

6 0 0
                                    

Cuando Philips se fue a dormir a la habitación que era Araceli... al entrar ahí sintió tanta nostalgia y se sentó en aquella silla que estaba aun lado de la puerta donde siempre se sentaba a esperar a su princesa.

Al sentarse sintió algo en la silla... prendió la luz y en la silla estaba ropa sucia y llena de sangre... esa ropa era de Araceli.

- ella estuvo aquí... yo sabía que no estabas muerta mí amor. - dijo.

Entró al closet y la caja fuerte que estaba detrás del espejo estaba abierta pero ahora estaba vacía... antes de salir a buscarla por todo el Palacio miro la nota que Araceli había dejado para el.

- te voy a esperar mi princesa. - dijo al leer esas palabras... - me convertiré en Rey te lo prometo.

Philips durmió en la habitación de Araceli a hora ya sabía que ella estaba viva y que algún día volvería para cumplir su promesa.

Al día siguiente el Rey encontró la nota que Araceli Montoya le dejo...- mi hijo se convertirá en Rey Araceli. - dijo el Rey Maximiliano.

Philips se empezó a preparar cada día más para convertirse en algunos años en el Rey que Araceli quería.

Cuando Araceli llegó a México se fue a las costas de Veracruz, al lugar donde vivían sus padres... esas personas eran humildes y con el dinero que les había mandado el Rey Maximiliano cuando ella escapó de prisión ellos pusieron un pequeño negoció... el cual era un restaurante cercas de la playa.

Araceli estaba frente de ese restaurante llamado *El camaronero* el cual estaba lleno de comensales y dos jóvenes de unos 15 o 16 años estaban atendiendo la mesa y una mujer de unos 40 años estaba detrás de un mostrador.

Ella entró y se sentó en una mesa vacía y uno de los jóvenes se acercó a ella. - que va a ordenar señorita? . - le pregunto en español , Araceli apenas y entendía y hablaba el español.

- que me recomienda - le dice en un español muy poco entendible por su acento inglés.

Ese joven de ojos negros y pelo azabache le sonrió. - le recomiendo los camarones a la diabla. - le dijo en inglés al darse cuenta que Araceli hablaba muy poco español.

- entonces quiero camarones a la diabla. -? - respondió Araceli en su idioma.

A los pocos minutos le llevaron los camarones,  Araceli no dejaba de ver a esos dos jóvenes que tenían mucho parecido a la mujer detrás del mostrador.

Detrás del mostrador estaba un altar  con una foto de una niña de unos tres años,  Araceli la miro y la niña de esa foto era ella.

El restaurante poco a poco se fue quedando sólo... ella seguía sentada mirando a los dueños del restaurante... de la cocina salió un hombre y le dio un beso en la mejilla a la mujer y un abrazo a cada joven los cuales eran sus hijos.

Araceli se puso de pie y se acercó a ellos con su mochila en su espaldas.

UNA ASESINA EN BUCKINGHAMWhere stories live. Discover now