Epilogo.

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Un año después

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Un año después.

Kim Young Mi.

JiMin tenía razón. Entre los dos sanaríamos, porque solos no podríamos y así fue. 

Me fui de Seúl por un años, tratando de sanar, de olvidar, de perdonar y aceptar. 

Pero fue tan difícil que mi cuerpo añoraba a JiMin cada maldito segundo de mi existencia. No volvía a escuchar nada de JiMin. Solo sabía que seguía en Seúl y había puesto en pausa sus estudios, mientras que yo me había graduado de la preparatoria con una notas horribles pero lo había logrado. 

Ahora estaba de regreso a Seúl en búsqueda del chico que amaba. Porque estaba completamente segura de que nosotros merecíamos nuestro final feliz independientemente de la historia que habíamos escrito.   

Y aquí me encontraba. Sintiéndome nerviosa, con las manos sudorosas frente a la casa de Taehyung el cual había contactado y me había dicho que JiMin se encontraba con él. 

Al principio había intentado en contactar a Jungkook, pero su teléfono siempre se mantuvo apagado. 

Las cosas con Jungkook no mejoraron pero tampoco empeoraron, después de que se fuera ese día del hospital jamás volví a verlo y ya había pasado un largo año y el no daba señales.

Soltando un suspiro toque el timbre de la puerta esperando con ansias a que Taehyung me abriera y me indicara donde se encontraba JiMin. 

No sabía como el se tomaría mi regreso, no sabia si le sentaría bien, o le sentaría mal. Pero yo estaba expectante para cualquiera de las alternativas.  

Después de unos cuantos segundos que me parecieron eternos la puerta fue abierta y mis ojos se llenaron de lágrimas. 

Ahí estaba él, luciendo un rostro inexpresivo. Sus parpados parecían cansados ya que parpadeaba con lentitud, su cabello negro como el azabache estaba más largo de lo normal, incluso lucía más delgado y pálido. Sus labios gruesos como siempre estaban un poco partidos.

Ahora su rostro ya no estaba mallugado, ahora estaba sanado y no había rastro de ninguna cicatriz.  

Después de un largo año por fin estábamos frente a frente. 

Cuando sus ojos se encontraron con los míos, un brillo que había desaparecido volvió a hacer acto de presencia. Sus ojos brillaron con admiración y los mismos se cristalizaron al igual que los míos. 

Así frente a frente otra vez, después de haber tratando de sanar y fallado un sin fin de veces estábamos nuevamente juntos y se sentía aquella conexión en el aire.    

Una lágrima rodo a mi mejilla al mismo tiempo que bajo una a la mejilla de JiMin pero este la limpio enseguida. Parecía no creerse que estaba aquí. 

—Regrese... —susurre y otra lágrima bajo de los ojos de JiMin—. Regrese porque... Porque yo también te amo, te amo como nunca antes lo había hecho. 

Y sin esperarlo di un paso al frente, tome su rostro entre mis manos y estampe mis labios contra los suyos sintiendo la suavidad de los mismos aunque estaban resecos. 

Mis labios reconocieron su tacto sintiendo la familiaridad. 

Sin embargo JiMin me alejo... 

Sostuvo mi rostro entre mis manos y la incertidumbre y el miedo de que me rechazara me inundo. 

Pero tan pronto como tomo mi rostro entre sus manos, volvió a unir nuestros labios en un beso desesperado. En un beso que sabia a nostalgia, que sabia a emociones, sabia a ese sentimiento de amor genuino que siempre sentía cada vez que lo besaba. 

Sus labios se movieron contra los míos con esa familiaridad a la que ya había estado acostumbrada. Mis manos subieron a su cuello abrazándome del mismo y esté me rodeo la cintura con los brazos. 

Pronto una de sus manos bajaron a mis muslos donde me tomo y me alzo. 

Los dos estábamos deseosos de más pero debíamos de detenernos.   

Mis piernas se abrazaron a su cintura y este camino al sofá donde tomo asiento quedado yo sentada a ahorcajadas. 

Pronto el beso disminuyo el frenesí y al separarnos unimos nuestras frentes. 

—No sabes cuanto te extrañe —susurro contra mis labios antes de dar un corto beso que me hizo derramar otra lágrima. 

—Yo también te extrañe, y sé que estuve equivocada jamás debí dejarte —me lamente mientras que más lágrimas bajaban de mis ojos. 

—Shh... No hablemos de eso —respondió acariciando mis cabellos—. Lo que importa es que ya estas aquí. 

—Lo lamento mucho... 

—Yo también cometí errores, te mentí, me aproveche de tu inocencia, yo no merezco que hayas regresado, lo siento —confesó mientras que alejaba nuestras frentes y nos mirábamos directo a los ojos demostrándome su arrepentimiento genuino. 

Aunque yo ya sabía que se había aprovechado de mi inocencia, agradecí que se estuviera disculpando. 

—Los dos cometimos muchos errores...

—Los cuales nos convirtieron en unos pecadores... 

—Pero unos pecadores que aman serlo.

Y sin más volvimos a besarnos. Juntamos nuestros labios volviendo a sentir la familiaridad. Estos se movían frenéticamente sobre los míos y con desesperación me despoje de mi blusa y JiMin de la suya volviendo a unir nuestros labios. 

Su lengua entro a mi cavidad bucal recorriendo cada centímetro como nunca antes.   

Nuestros cuerpos se extrañaban, nosotros nos deseábamos como nunca y que mejor que una reconciliación de bienvenida. 

—No sabes cuanto soñé con estar así... —Susurro JiMin entre besos mientras que desabrochaba mis Jeans y me ayudaba a quitármelos junto con la ropa interior.

Acto seguido comencé a desabrochar los suyos sin importar que estuviéramos en casa ajena y que muy posiblemente Taehyung nos encontraría en cualquier momento. 

Al hacerlo tome su miembro erecto entre mis manos y lo coloque en mi entrada y sin esperarlo me senté por completo volviéndome a sentir llena. 

Sin embargo algo se apodero de mi que me hizo tomarlo del cuello y tumbarlo por completo en el sofá quedado yo sobre él. 

La sensación de tener poder sobre él me abrazo haciéndome sentir más excitada de lo normal. 

JiMin me observo con deseo mientras que yo me arqueaba y comenzaba a moverme. 

— ¿Te gusta? —le susurre mientras que apretaba su cuello provocando que soltara un gemido ronco. JiMin asintió. 

—Me estás volviendo loco... —susurro y volví a moverme, este cerro sus ojos extasiado mientras que comenzaba a mover su pelvis en búsqueda de más sin embargo me detuve.

— ¿Quieres que siga? 

—Si... 

—Entonces quiero que reces... 

PECADORES. | PJM | BTS | +18 LIBRO 1 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora