Cap 2 (+18)

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ATENCIÓN: Si no te gusta leer escenas de sexo explicito los capítulos 2, 3 y 4 están redactados también de forma censurada, puedes leerlos aquí https://www.wattpad.com/180249593-%C2%BFoficial-o-delincuente-cap-2-4-con-censura

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Caitlyn, sin soltar mis labios comenzó a frotar lentamente su pierna acariciando mis partes íntimas y mi corazón se aceleraba más y más. Tanto que era capaz de escuchar mis propios latidos. -Oh ¿ya te estás excitando peliazul? Si solo acabo de empezar- Sus palabras hicieron que, mi tan acelerado corazón, se parase de golpe. Dios si la deseaba, nunca había visto una mujer así. ¿Por qué tenía que ser la sheriff? Quizá eso era lo que más me ponía.

-Ni por asomo. No creas que puedes calentarme solo con eso- Giré la cabeza realzando mi negación. Sabía que mentía, y realmente yo tampoco intenté ocultarlo. -Una cualquie...- interrumpí mi frase ya que posiblemente mi comentario solo lograría que me llevase otro rodillazo en el estómago. -Necesitas mucho más que una cara bonita y unas tetas apretadas para seducirme- En realidad no, ya me había engatusado desde el primer momento que la vi. Pero no iba a dejar de resistirme.

-Oh ¿así que la peliazul no está excitada? Eso habrá que verlo- La morena se agachó y comenzó a quitar mis cinturones tirándolos al suelo.

-Eh oye. Caitlyn, ¿qué haces? Para.- Si llegaba a esa zona no podría controlarlo más, ¿iba a consentir que me violase una agente de la ley? Quizá en otras circunstancias no me habría importado, al fin y al cabo nadie deseaba más que yo fundirse con esa chica. Pero ahí... en vez de una delincuente, fuerte y temida parecía una cría débil e indefensa. -¿No te han enseñado a tratar bien las cosas de los demás? Como rompas uno de esos cinturones...-

-¿Nunca te han dicho que hablas demasiado?- Dijo mientras bajaba mis pantalones. -A demás, eres la menos indicada para dar consejos sobre respetar las cosas de los demás- Acercó su cara a mi vientre y lo besó. Mi cuerpo se estremeció haciendo que mi pálida piel ahora fuese roja. Notaba como el calor emanaba de mi cuerpo. Vergüenza ante mi desnudez y la excitación que me estaba causando aquella chica provocaban el descontrol sobre mi cuerpo. Ya no era capaz de pensar con claridad, ya no tenía nada más en mi cabeza que la sheriff arrodillada ante mi entrepierna desnuda. -Oh vaya... por un momento te había creído, pero tu cuerpo dice lo contrario.- Comentó acariciando mi vientre hasta llegar a mi, ahora húmeda, vagina.

-No...- Me mordí el labio al notar el tacto de su piel sobre esa zona tan delicada- ¿Qué quieres de mi?- Noté un escalofrío y apreté un poco las piernas.

-Que confieses- Se levantó manteniendo su mano entre mis piernas. Mientras con la otra me desabrochaba la parte superior de mi ropa.-Estas aguantando bien peliazul- Tras estas palabras, con una sonrisa, se aceró a mis pechos ahora también desnudos y comenzó a lamerlos.

-¿Qué es lo que quieres que- noté su lengua dibujando círculos sobre mis pezones y solté un pequeño gemido -confiese?- Comenzó a mover lentamente la mano que había dejado entre mis piernas lo que provocó que soltase otro pequeño gemido. -Te deseo, no puedo soportarlo más, tu mirada, tus curvas realzadas por el uniforme, tus firmes pechos, tu suave piel... ¡Caitlyn deseo probarte desde la primera vez que te vi!- Acabé confesando mi inexplicable deseo hacia ella. -Joder no sabes cómo me calientas- Me maldecí por dentro al decir eso y la sheriff sonrió ante mis palabras victoriosa. -Pero después de esto serás mía. Mía y de nadie más, me desharé de todas las cadenas y no podrás impedirlo- Amenacé. Entonces dio un pequeño mordisco a uno de mis pezones y suavemente introdujo uno de sus dedos en mi vagina, por lo que no pude evitar gemir, esta vez algo más fuerte.

-Así que la pequeña delincuente tiene sentimientos ¿eh?- Acercó su rostro al mío y, mirándome fijamente volvió a besarme. Cerré los ojos por instinto, quería disfrutar hasta el último segundo de ese beso. Un beso mucho más apasionado que el primero ¿quizá ella también me deseaba? ¿Su principal intención no era que confesase mi lujuria ante su presencia? Quería abrazarla, despojarla de su ropa y acariciar su cuerpo desnudo durante horas, pero las cadenas me lo impedían, forcejeé de nuevo intentando soltarlas pero resultó inútil. -No lo intentes- dijo mientras se agachaba de nuevo -Esas cadenas son irrompibles- Abrió delicadamente mis piernas cerradas e introduciendo su cabeza en ellas comenzó a lamer mi zona íntima. Notaba cada movimiento de su lengua: en círculos, horizontal, vertical, sentía cómo aceleraba o descendía el ritmo. Movía mi cadera, y quizá todo mi cuerpo, al ritmo que marcaba la morena. Notaba cómo pequeños gritos de placer y gemidos de diferente intensidad recorrían mi garganta. Nunca antes había sentido nada igual. Parece que atrapar criminales no era la única cosa en la que Caitlyn destacaba.



¿Oficial o delincuente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora