Cap 5

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Tras salir de la celda de la peliazul me dirigí a las duchas que teníamos en la comisaría. Dejé mi ropa en mi taquilla del vesturaio y entré en las duchas, como aun era temprano los agentes aun seguían patruyando por la ciudad así que tenía el vesturario para mi sola. Entré a la ducha central, sabía que en esa el agua salía algo más caliente que en las demás, y estuve un buen rato enjabonandome y dejandome llevar por mis pensamientos: Todo lo que había pasado ahí, un par de pisos más abajo, con esa delincuente de pacotilla... también empecé a pensar en todo el papeleo que me esperaba al salir de la ducha y decidí quedarme cinco minutos más, realmente lo único que me apetecía era llegar a casa y dejarme caer sobre el sofá.

Salí de la duha y quité la humedad de mi pelo con una toalla. Me puse el uniforme llevando la gorra en la mano ya que mi pelo seguía mojado y no quería que se humedeciese. Llegué a mi despacho colgando aquella gorra en el perchero y justo cuando comencé con el papeleo llegó mi compañera Vi.

-Caitlyn, ¿qué ha pasado? ¿has conseguido sacarle algo a esa peliazul o tengo que ir yo?- dijo golpeando sus puños. Solté una pequeña sonrisa, no sabía muy bien que decirle pero no quería que la tocase, hace un tiempo no me habría importado pero ahora...

-Está todo controlado, sabes que no se debe hacer uso de la violencia a no ser que sea necesario. Así que si has acabado tu ronda puedes irte ya a casa, yo debo quedarme a acabar todo el papeleo, estoy pensando en trasladar a Jinx- Confesé parte de mis planes, aunque no le dije lo más importante. Pensaba en obtener su custodia y encerrarla en mi apartamento durante una temporada, quizá podia hacerle cambiar de idea y que dejase las armas o que al menos solo cometiese delitos menores como sus ya conocidos grafittis, o si no tendría que desterrarla de Piltover y entregarla de nuevo a Zaun, cosa que no me apetecía demasiado.

-Contra esa delincuente la violencia es justificada- Refunfuñó mi compañera volviendo a chocar sus grandes puños mecánicos -A demás, ¿no crees que será peligroso trasladar a la peliazul?- Negué con la cabeza mientras rodeaba mi mesa para invitar a mi compañera a salir del despacho para que se fuese a su casa.

-Todo está controlado- dije antes de darle con la puerta en las narices, tenía prisa, quería dejar todo listo para el día siguiente y largarme a casa lo antes posible. Así que a toda prisa y con una buena taza de café en el escritorio me puse con el papeleo. Cuando acabé dejé todo encima del escritorio, eché el cerrojo de la puerta y me cambié quitandome el uniforme y poniendome mi usual vestido con mi gran sombrero de copa, agarré mi rifle y salí dirección a mi apatamento.

Una vez en casa dejé mi rifle apoyado meticulosamente sobre la parez y colgé el sombrero junto a los demás, me descalcé y me puse una camiseta gande que solía utilizar para dormir, una vez que había recogido todo me permití caer sobre el sofá encendiendo la tele. En las noticias no paraba de aparecer la ansiada detención de Jinx y el buen trabajo que hacía el cuerpo de policía, también me nombraron un par de veces, normalmente suelo llenarme de orgullo, pero esta vez estaba tan distraida que apenas estaba prestando atención a los alagos que decían por la tele.

Al paecer me había quedado dormida y me desperté a las 3 de la mañana, había soñado con aquella maldita delincuente, ni siquiera se por qué hice lo que hice, ni por qué la quiero en mi apartamento, ni por qué no puedo dejar de pensar en ella -Maldita sea- me enfadé conmigo misma así que decidí tomarme un vaso de leche caliente antes de acostarme de nuevo, esta vez en mi cama. Ahora no conseguía conciliar el sueño, un montón de preguntas y dudas rondaban por mi cabeza. Es cierto que de mi apartamento no podría escapar ya que estaba bastante bien progegido y con mucha seguridad, pero.... ¿y si lo destrozaba todo? negué con la cabeza, por su bien espero que no. También pensé varias veces cómo organizarme, solo tenía una cama a pesar de tener dos habitaciones, quizá pueda dormir conmigo hasta que compre otra... -No puede ser- solté en voz alta. Dormirá en el sofá, será lo mejor...

No quería admitilo pero me había enganchado a ella, por suerte al final conseguí despistarme de aquel pensamiento y caí en un profundo sueño.

¿Oficial o delincuente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora