Me desperté con dolor de cabeza, miré el reloj ¡Me había dormido! era demasiado tarde así que agarré el teléfono que tenía en la mesilla y llamé a comisaría diciendo que tenía un resfriado y no podía ir a trabajar, cuando colgué el teléfono cerré los ojos e intenté recordar qué había pasado la noche anterior. Jinx y yo fuimos a un bar, no era mi estilo pero era un lugar agradable para mi sorpresa, bailamos, bebimos... De repente noté que algo me agarraba, abrí los ojos y vi a Jinx, aun estaba dormida, y desnuda. ¡Mierda! Los recuerdos que me faltaban volvieron a mi mente. No podía creer que hubiese caído en el juego de la peliazul, «no puedo confiar más en ella» me dije. Me quede pensativa mirando cómo dormía, no parecía tan mala en realidad, más bien era como una niña perdida. Instintivamente pasé mi mano por su pálida piel. No podía culparla a ella por algo que yo también había hecho, fue cosa de ambas, aunque no pueda volver a repetirse.
Con cuidado me zafé de su abrazo y me levanté, no sin antes besar su mejilla. Me puse una camisa ancha y salí al salón. ¿Qué iba a hacer ahora? No podía enamorarme de Jinx... eso no... No pasó mucho tiempo hasta que me di cuenta de que Jinx me observaba desde la puerta de mi habitación.
-¿No has ido a comisaría?- Dijo la peliazul con un tono entre culpa y sorpresa.
Negué con la cabeza -Creo que aun me dura la resaca de ayer- Sonreí.
-Voy a hacer algo de café, ¿quieres?- Preguntó, realmente no parecía Jinx, la notaba diferente.
Me quedé tirada en el sofá inmersa en mis ideas, no podía ser cierto, mi cabeza se estaba dando cuenta de que todo este tiempo había estado negando algo demasiado evidente, estaba enamorada de Jinx y era algo que no podía evitar. Por eso la había traído a mi piso, por eso no dejé que nadie más se acercase a ella, no quería reintegrarla para la Liga, ni era solo un capricho, siempre fue algo más que eso por mucho que lo negase.
Jinx apareció con una taza de café y me la ofreció, me levanté y me senté en el sofá dejando que ella se sentase a mi lado.
-Caitlyn yo...- Comenzó a decir la peliazul.
-Me gustas- le corté antes de que pudiese decir nada más. La cara de Jinx mostraba sorpresa, aunque no se si era por mi confesión o porque una lágrima caía por mi mejilla mientras lo decía.
-¿Por qué estás llorando? No soy tan fea...- Bromeó.
-Porque esto no está bien, no puede salir bien, míranos, soy la sheriff con más prestigio de todo Piltover y tu la delincuente más buscada de la ciudad. ¿Qué pensará todo el mundo? ¿Y tu hermana? Seguro que no me volvía a hablar, y mi carrera... estaría acabada Jinx- Sin darme cuenta comencé a llorar. La peliazul se acercó a mi sin decir ni una palabra, me abrazó y nos tumbamos en el sofá sin soltarnos. Dejé empapada de lágrimas la camiseta que llevaba puesta la peliazul pero parecía no importarle, no había dicho ni una palabra en todo ese tiempo pero tampoco me había soltado, quizá comprendió lo que le estaba tratando de decir.
Habían pasado un par de horas desde que nos tiramos abrazadas en el sofá y aun no nos habíamos movido, posiblemente no lo hubiésemos hecho si no fuese porque alguien llamó a la puerta.
-Caitlyn abre, soy Vi- Me levanté de un salto del sofá y salí corriendo al baño, no podía dejar que viese que había estado llorando. Escuché que Jinx abría la puerta y yo aproveché para lavarme la cara.
-¿Por qué llevas toda la camiseta mojada flacucha?- Escuché que le decía Vi a su hermana.
-Estaba... lavando los platos y me salpiqué sin querer- Dijo Jinx con desprecio. Me estaba cubriendo.
-¿Y luego la manazas soy yo, no?- Dijo burlándose de ella. -¿Dónde está Caitlyn?
-Aquí- dije saliendo del baño antes de que la cosa empeorase entre esas dos.
-¿Cómo te encuentras? ¿No te habrá hecho nada esta flacucha no? Ah, te he traído algo de comida- Dijo mostrándome unas bolsas que dejó en la cocina.
-Algo mejor, quizá solo haya sido un bajón de tensión o algo así, y no, Jinx ha estado cuidando de mi toda la mañana- Vi nos miró algo sorprendida -Y gracias- Abracé a la pelirrosa y la besé en la mejilla.
Vi se quedó a comer y estuvo poniéndome al día sobre todo lo que había pasado esa mañana en comisaría, parece ser que al día siguiente tendría un montón de papeleo para hacer, cosa que no me agradaba en absoluto. Cuando Vi se marchó de nuevo a trabajar Jinx y yo nos quedamos viendo la tele en absoluto silencio, ninguna de las dos sabía que hacer o qué decir. Hasta que de repente Jinx se abalanzó sobre mi y posando su mano en mi mejilla me dio un beso, un beso de esos que son tan bonitos que duelen en el corazón, de esos que harían cálido hasta el día más frío. Cerré mis ojos y disfruté de esos segundos como si fuese la primera vez que mis labios rozaban los suyos.
-Quiero intentarlo Caitlyn, creo que te quiero.
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Como siempre, siento la tardanza u.u pero al haber empezado ya las clases tengo menos tiempo e inspiración para escribir, pero como ya sabéis intento actualizar siempre que puedo.
Espero que os haya gustado este capítulo, es el más romanticucho y sentimental que he escrito hasta ahora pero llevo unos días bastante sensible y supongo que es lo que ha salido ^^
Cualquier comentario o crítica es bienvenido, también os agradecería la difusión de la historia. Muchas gracias a todos :3
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¿Oficial o delincuente?
FanfictionHasta a la delincuente más buscada de todo Piltover tiene una debilidad, algo por lo que dejarse atrapar. Pero eso no es todo, al igual que ella, la sheriff más respetable de la ciudad es capaz de caer en las garras del corazón más frío y vandálico...