Eso noche me colé de nuevo en la cama de Caitlyn, de nuevo no se dio cuenta. Me abracé a ella hasta que su alarma me despertó.
-Buenos días sheriff- Dije cuando ésta se levantó.
-Buenos días Jinx, tienes que dejar de colarte en mi cama o te tendré que esposar al sofá, ¿me has oído?
-Si si si- Balbuceé quitándole importancia al asunto casi ignorándola. -¿Puedo ir contigo a la comisaría?- La cara de Caitlyn fue un poema.
-¿Has olvidado que eres una de las delincuentes más buscadas y temidas? ¿Me estás diciendo en serio que quieres ir a comisaría? Por si no lo recuerdas ahí está tu hermana que, si no fuese por mi, te habría machacado ya varias veces con sus manazas. Por no hablar de que el resto de policías tampoco te tiene mucho aprecio...
-Pero Cupcake... si me quedo aquí encerrada otra vez me voy a volver loca del aburrimiento- No se muy bien por qué pero la sheriff comenzó a reír con ese comentario. -¿Qué te hace tanta gracia?
-Nada, es irónico que digas que te vas a volver loca cuando bueno- hizo una pausa -da igual, si quieres venir vístete, pero no vayas con esa ropa zaunita- «si es que se puede llamar ropa» añadió en voz baja, aunque pude escucharla. -Si piensas venir a comisaría tendrás que comportarte o te dejaré a solas con Vi, ¿entendido?- Asentí. -Ah y otra cosa, sin armas.
-Está bien, está bien. ¿Qué ropa me pongo si no tengo más?- Caitlyn rebuscó en su armario hasta que encontró algo.
-Toma, quizá esto te valga- Me lanzó una camiseta negra que dejaba el hombro al aire, era algo holgada y larga, me puse mis pantalones y mis botas aunque Cait no me dejó llevar todos mis cinturones. Cupcake se cambió en el baño y yo en la propia habitación, realmente no se por qué se escondía si ya la había visto desnuda.
Antes de salir tomamos una taza de café, Cait recogió todo lo que habíamos manchado y montamos en el coche camino a la comisaría, cuando llegamos fuimos directamente al despacho de Catlyn, me dejó ahí y cerró con llave. Comencé a cotillear todos los papeles que había encima de la mesa, había varios expedientes de criminales que conocía, también vi un caso en el que sospechaban de Ziggs, el pequeño yordle pirotécnico, de ser el proveedor de armas de varios delincuentes, y no iban desencaminados. Como me caía bien ese yordle decidí echarle una mano y quité algunas hojas de su carpeta y las tiré a la basura. Después me senté en la silla que había detras del escritorio colocando mis pies encima de este y me recosté un poco en la silla esperando a que Caitlyn viniese.
-¿Pero qué estás haciendo? Baja esas botazas de ahí inmediatamente- Me ordenó Caitlyn nada más abrir la puerta, parece ser que había ido a los vestuarios a ponerse su uniforme.
-Vale, vale, no hace falta que te pongas así- Contesté, supuse que me iba a echar de aquella silla así que me quité antes de que dijese nada y me senté en el suelo cruzando las piernas y apoyando la espalda contra el escritorio. Pasaba el rato y de vez en cuando me levantaba a curiosear las estanterías y los libros que había en aquel despacho, todo era de policías, detenciones, leyes... también miraba lo que hacía Caitlyn y de vez en cuando soltaba algún comentario sobre el delincuente que estaba tramitando que la sheriff ignoraba.
De repente se abrió la puerta y entró Jayce, el "heroe" de Piltover.
-Caitlyn tenemos que ha- cortó su frase a mitad al verme sentada en el suelo. Sacó su martillo, escopeta o lo que quiera que fuese ese arma y me apuntó. -¿Qué está haciendo esa delincuente aquí?
Caitlyn se levantó y rodeó el escritorio, puso la mano sobre el arma de Jayce e hizo que la bajase cuidadosamente -Está en un programa de reintegración en la sociedad, y está aquí porque creo que soy la única que puede encargarse de ello.
-¡Pero es una loca psicópata que ha destruido Piltover varias veces!- Sonreí para mi misma al escuchar eso, estaba orgullosa de mis actos y de ser tan temida. -No puede reintegrarse, tiene que estar en la cárcel el resto de su vida- se quejaba Jayce.
-Ven- Le dijo Caitlyn señalandole la puerta, salieron dejándome dentro del despacho ¿por qué querrían hablar a solas? Me acerqué a la puerta y apoyé mi oreja para intentar escuchar la conversación.
-¿Por qué lo haces Caitlyn? Es una delincuente- Protestó de nuevo el estúpido de Jayce.
-La Liga ha pedido su entrada, y lo mejor para todos es que se reintegre antes de entrar. Ella aun no lo sabe, pero es mejor así. Creeme que no te gustaría tenerla en contra, y a mi tampoco. Si conseguimos que Jinx se vuelva "buena" podría luchar de nuestro lado y no por Zaun- Explicó la sheriff, yo no estaba segura de lo que estaba pasando pero la morena me debía una explicación muy gorda.
-Está bien- Cedió finalmente Jayce -Aunque ella no me inspira confianza, en ti si confío- Me asomé por la ventanita que tenía la puerta, aunque no se veía bien pude ver como Jayce retiraba un mechón de pelo de la cara de Caitlyn y se lo colocaba detrás de la oreja. -Por cierto... tengo reserva en uno de los mejores restaurantes de la ciudad, y sería todo un honor que me acompañases- Dijo Jayce por último, notaba fuego en mi pecho, cada vez más fuerte, Caitlyn no podía cenar con ese creído repelente.
-No se Jayce, está Jinx y...- Jayce la cortó.
-Venga será divertido, ¿vas a dejar tu vida de lado por ese esqueleto con peluca?
« Yo lo mato, lo voy a matar, como vuelva a decir algo así o a tocar a Caitlyn juro que lo mato.»
-Vale, pero no podré estar mucho rato- Accedió Caitlyn finalmente, se despidieron y yo volví a mi sitio antes de que Caitlyn abriese la puerta. El resto de la jornada la pasamos totalmente en silencio.
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¿Oficial o delincuente?
FanfictionHasta a la delincuente más buscada de todo Piltover tiene una debilidad, algo por lo que dejarse atrapar. Pero eso no es todo, al igual que ella, la sheriff más respetable de la ciudad es capaz de caer en las garras del corazón más frío y vandálico...