Incidentes

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-Oye

-¿Qué?

-¿¡Quieres salirte de aquí!?- Camie se revolvía debajo de las sábanas para hacerme salir de su cama.

-¿¡Dónde quieres que duerma!? –reclamé mientras la abrazaba más.

-¡En tu cama maldita sea!

-Pero es que...¡Está ella!

-Himiko-chan....¡Hace unos momentos ibas a acostarte con ella, ¿¡Y ahora no puedes verla!? –entre todo su ajetreo, logró botarme de su cama, solo la miré con un puchero- que cobarde eres.

-No me lo digas, ya es suficiente con repetírmelo de vez en cuando.

-¿Qué te da tanto miedo? Ella vino buscando ayuda, no está con Midoriya, y, se ve desde lejos que le interesas muchísimo, antes, a pesar de estar con él, le brillaban sus ojos si se trataba de ti.

-Es difícil, ¿Sí? He querido contarle miles de cosas, pero simplemente no puedo, me gusta que esto empiece "de a poco" –hice las comillas con mis dedos, ya que prácticamente lo de hace un rato no fue como para un primer encuentro normal- ¿Quién sabe? Si logra recordarme, puede que me odie, o puede que quiera volver a lo de antes, o simplemente puede alejarse, no lo sé.

-Le estás dando demasiadas vueltas al asunto –ella alargó su mano para acariciar mi cabello- estoy segura de que, en esa habitación, no ha podido pegar un ojo esperando a que aparezcas.

-Sería divertido –sonreí- espero poder dormir esta noche.

-Tienes que dejarme dormir, tengo que volver a casa mañana, así que, diviértanse, con responsabilidad y dejando dormir al prójimo.

Solté una risa ante eso para dejarla descansar, salí de la habitación siendo más nervios que persona, no quería entrar solo de vergüenza, quizás ella estaba igual. Abrí un poco la puerta para asomarme y para mi sorpresa, estaba dormida, entre sus brazos estaba el peluche de conejito y se veía que estaba teniendo un sueño placentero, me senté a la orilla de la cama para verla un poco más de cerca, acaricié sus castaños cabellos con una sonrisa, no iba a dejar de decir que me encantaba todo de ella.

-¿Dormirás conmigo? –su voz hizo que me sobresaltara, no pude escapar ya que me envolvió con sus brazos- pensé que no vendrías.

-No quería incomodarte –aparté la mirada algo avergonzada, habíamos quedado recostadas una en frente de la otra.

-No me incomodas, es lindo estar contigo –ella sonrió algo adormilada mientras cerraba sus ojos, no pude dejarla así y en un acto rápido me acerqué para depositar un casto beso en sus labios.

-Que duermas bien, cutie pie.

[...]

Mi mañana fue bastante entretenida, al despertar de un sueño reponedor, me topé con la sorpresa de que Uraraka me había dejado desayuno y una nota, en ella ponía que tenía que volver al trabajo pero que volvería a casa después de todo, Camie no estaba, suponía que se había marchado a casa. Me vestí para tomar mi desayuno, un té chai verde con un par de tostadas, ¡Había sido el mejor desayuno de la vida! Y lo mejor de todo, es que ella volvería a casa, nada podía hacerme más feliz.

De camino a la agencia, repasé las labores que tendría que hacer hoy, probablemente tendría que patrullar o quizás solo trabajo de oficina, aunque prefería mil veces lo segundo, patrullar sola no tenía ningún sentido. Iba por la calle principal cuando escuché la alarma de incendios y como unos carros de bomberos iban a toda velocidad, no pude no seguirlos, desplegué aquellos ganchos para intentar ir por los aires y ver donde era el incendio, pude notar que era varias cuadras más allá de la agencia y era una casa bastante grande.

"Búscame"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora