¡De prisa!

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Estaba por tomar aquella radio que nos habían dado para poder comunicarme con Camie y me ayudara, pero, sentí un fuerte golpe en mi mano que me hizo tirar la radio, había sido una roca, giré en dirección de donde venía, y vi a aquellos chicos otra vez, pero con una máscara para evitar el gas, una apta para este caso, ya que, la mía no servía para nada.

-Hay que llevarla a la otra sala -dijo uno de los chicos.

-Si, pero recuerda lo que nos dijeron...

El otro, se acercó a mí y aprovechó para golpearme en el rostro, caí hacia atrás, mi máscara se había soltado y podía sentir como mi labio ardía, el chico se acercó otra vez y puso una mano por encima, creí que iba a golpearme otra vez, pero, vi como con una navaja cortaba su palma y la sangre que brotaba de ahí, la arrojaba hacia mí.

-Ella tiene debilidad por la sangre, aunque no quiera admitirlo.

-¡Idiota! -solté intentando contenerme- estás haciendo eso en vano, yo nunca...

-No queremos que la utilices -me interrumpió el otro- solo vamos a inculparte.

-¿Qué?

Ambos chicos reían, de más atrás de ellos, pude sentir como otras pisadas se acercaban, y había un ruido más, como si estuviesen arrastrando algo. Cuando se acercaron lo suficiente hacia nosotros, vi que un tercer tipo traía consigo lo que parecía ser un cuerpo de alguna otra persona, se removía dentro de lo que podía, lo arrojaron como cualquier cosa cerca de mí, intenté levantarme para salir de allí pero mis piernas no respondían y mis sentidos estaban más agudizados, ¡Estúpido gas! Todo era más sensible, podía sentir como nunca el olor de la sangre del chico en mi ropa, también, la del tipo que habían traído, comencé a reír otra vez mientras me acercaba a este último, mis manos temblaban, quería ayudar, pero no podía hacer nada, en vez de eso, mis ganas de obtener toda su sangre eran aún mayores, y su expresión de miedo, solo me hacía desearlo más. Sentía las risas de los chicos, pero, no me importaba, yo estaba interesada en "mi presa".

-¿Tú también te verás bien si estás cubierto de sangre? -hablaba como si fuese a obtener respuesta, el chico estaba con cinta en su boca y solo lloriqueaba, eso solo me hacía reír más.

-Diviértete -hablaron por última vez mientras tiraban al suelo un cuchillo, uno que conocía a la perfección, uno de los tantos que utilizaba en los viejos tiempos, después de eso los chicos me dejaron a mi suerte, desaparecieron por completo.

-No son divertidos -susurré mientras alcanzaba el cuchillo- ¿Estás bien? Esto no te dolerá solo...será un poco...-con firmeza empuñé tal arma y lo levanté por sobre mí cabeza, sonreía y sentía a la vez que unas lágrimas recorrían mi rostro- ¡Veamos si tu también te ves bien cubierto de sangre! ¡Espero que seas igual de hermoso que Ochako-chan e Izuku-kun!

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Caminé por los largos pasillos de aquel maldito lugar, había reaccionado totalmente del gas y solo quería escapar, toda mi ropa teñida de sangre sería un problema, pude luchar contra lo que era un maldito instinto de quirk y dejar ir a ese pobre sujeto, pero me estaba pasando la cuenta, no sabía por dónde me había metido, y la radio no conectaba con nadie, intenté llamar a Camie pero nada sucedió, también con el odioso de Bakugou, pero fue imposible, las chicas probablemente se habían reunido y me estarían buscando, no lo sé, solo estaba clara, que si me veían, podían culparme de todo, aunque no le hubiese hecho nada a nadie, los pasillos de aquel lugar se me hacían eternos, no entendía como nos habíamos separado de esta manera.

"Búscame"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora