Noche de chicas (pt I)

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Cuando terminé mi turno corrí a casa, Mina había propuesto que fuese en nuestra casa, ¡Camie se pondría celosa! Pero, para cuando vuelva, tendremos que hacer otra noche así y eso lo compensará todo. Me sorprendí cuando llegué a casa, había sido la primera en llegar, con un poco de miedo fui a mi habitación temiendo que sus cosas ya no estuviesen, pero, seguían ahí, así que, pude relajarme.

Me dediqué a ordenar un poco el lugar, preparé un poco de pasta para recibirla con algo de comer, seguramente llegaría exhausta, ya eran las 7.30 de la tarde y todavía no llegaba, tenía que decirle también que esta noche nos acompañarían las chicas, aunque, depende de cómo estuviese su ánimo, diría si es que realmente permitía que las chicas viniesen.

Los minutos pasaban y solo podía caminar en círculos como gato enjaulado esperando por ella, unos ligeros golpes en la puerta me hicieron correr a esta como una niña, era obvio que tocara, no tenía llaves de nuestra casa, quizás debería darle una copia. Abrí la puerta con entusiasmo la puerta para encontrarme con mi chica de cabellos castaños.

-¡Bienvenida cutie pie! –sonreí como nunca, pero paré en seco al ver que venía un poco lastimada y algo sucia, mantenía una sonrisa mientras me miraba y en su mano traía una rosa.

-Fue un día ajetreado, perdón la demora, pero, estoy en casa Himiko –ella extendió la rosa hacia mí con sus mejillas más rosadas que de costumbre, algo avergonzada la tomé, no me salían las palabras, solo actué por impulso y la besé.

-¡Estaba preocupada! –me separé y no me percaté que algunas lágrimas habían caído por mis mejillas, solo cuando sentí su mano en mi mejilla al limpiarlas pude reaccionar- digo...tampoco es como si te estuviese esperando tanto, yo llegué hace un rato.

-¿Y alcanzaste a preparar la cena y todo en un solo rato? Que mala eres mintiendo –ella rió para alborotar un poco mi cabello.

-No eres graciosa.

Tomé su mano para que entrara y así pudiese irse a cambiar, me sorprendía como podía tener tantos trajes para ir a trabajar, siempre que la veía en las noticias terminaba con su traje rasgado o arruinado, pero siempre que iba por un nuevo día, llevaba su traje impecable, era raro y me daba curiosidad.

Sentí el sonido de la ducha y me sonrojé en demasía, ella no era la misma Uraraka de la escuela, siempre me lo dijo, no era un conejito asustado, y podía esperar cualquier cosa de este momento. Una vez que puse aquella rosa en agua y en un lindo lugar, me dediqué a servir los platos para que comiéramos, intentaba sacar cualquier pensamiento de mi cabeza, ya cuando no sentí el agua caer, sabía que había terminado, solo esperaba que saliera vestida de aquella habitación.

-¿Qué preparaste de comer? –su voz me sobresaltó un poco, estaba de espaldas hacia a ella pero no quería voltearme.

-Hice pasta, es mi favorita, espero que a ti también te guste –sonreí por inercia, pero no quería voltearme.

-¿Quieres que te ayude a llevar eso?

-Está bien –respiré intentando estar calmada para darme la vuelta finalmente y darle uno de los platos para ir a comer, mi rostro se enrojeció de inmediato, solo llevaba un pantalón corto de pijama y aquel peto que usó la otra vez para dormir, dejando su abdomen al descubierto acentuado sus atributos y dejando al descubierto aquel tatuaje- conejo subdesarrollado, ¡Sal de aquí ahora mismo! ¡Tengo platos con comida caliente!

-¿¡Qué!? ¡Pero si yo...! ¡No hice nada! –ella salió riendo de la cocina mientras llevaba su plato, ¡No era divertido! Quizás no lo hace a propósito, pero me pone en situaciones difíciles.

Con un puchero llegué a su lado en la mesa para comer, ella todavía mantenía una sonrisa mientras comía lo que había preparado, podía sentir como mi rostro todavía seguía rojo, pero ahora no sabía si era de molestia o porque la había visto así, sus bromas no eran divertidas.

-Cambia esa cara, enojada te ves distinta, Himiko –su voz me hizo salir de mis pensamientos, tomé una cucharada grande de pasta y me la llevé a la boca- ¡Más despacio!

-¡Ño quiedo! –hablaba casi con la boca llena- hoy fue un pésimo día, solo quiedo cumed.

-Eres una glotona, pero, ¿Qué ocurrió?

-Me desvié –comenté mientras limpiaba mi rostro por la pasta- iba a la agencia y unos bomberos se dirigían a un lugar en llamas, fui a ayudar y creo que vi a una persona que me dejó un poco desconcertada.

-¿Quién era?

-Nadie importante, solo una niña que me mencionaron por ahí –sonreí para intentar zanjar el tema, después los otros me las pagarían- ¿Y tú qué tal? ¿Qué hiciste hoy?

-Fui de apoyo a la agencia de Bakugou –comentó- digamos que no estoy de ánimo para ver a Deku-kun.

-Wow, que duro, ¿Estás segura que eres la Uraraka tierna y amable que alguna vez me dijeron? Eso fue totalmente frío.

-¿Debería volver corriendo a sus brazos como una niña? –ella rió- ni loca, me gustó por mucho tiempo, pero, todo lo mágico se fue desvaneciendo, nuestra discusión no terminó bien, así que, no quiero verlo por ahora.

-Qué miedo.

-Así que, tú no me hagas enfadar, o quizás pase algo similar.

Eso último lo dijo con tanta seriedad que me congelé ahí mismo, su risa después de su cara tétrica no me calmó del todo, si fue una broma, ¿Por qué no la sentí como tal? Sé que no sería así conmigo pero...¡Era tan confuso! Sentí su mano en mi mejilla otra vez tranquilizándome, su expresión esta vez sí era sincera y verdadera, eso pudo calmar todo mi ajetreo interior.

-¡Ah! –solté- ¡Casi lo olvido! ¿Tienes ánimos esta noche? Mina me mandó un mensaje, dijo que era la noche perfecta para una noche de chicas, ellas vendrían, pero si estás muy agotada, puedo decirles que no.

-¡Sería genial que vinieran! Hace un tiempo que no voy a visitarla, Hagakure debe estar ansiosa.

-¡Claro! ¡Será divertido!

El resto de nuestra cena se concentró en risas y otras cosas, todavía no terminábamos de comer cuando sentí unos ligeros golpes en la puerta, me levanté para ir a abrir y me llevé un eufórico abrazo por parte de la pelirrosa además de mi chica invisible favorita, ellas habían dicho que intentarían contactar a Yaomomo y Jirou para que estuviesen, aunque fuese por videollamada, ya que, su agencia estaba en un lugar rural a las afueras de la ciudad.

-¡Me asfixian! –solté riendo.

-¡Es bueno juntarnos de vez en cuando! ¡Traje muchaaa....¿¡Qué!? –Mina abrió los ojos como platos al ver que la castaña estaba aquí- ¿¡Ochako!?

-¡Qué bueno verte, Mina! –esta sonreía ampliamente mientras abrazaba a Hagakure y luego a ella.

-Tú, yo, tu habitación, ¡Ya! –la pelirrosa me arrastró a la habitación algo impactada todavía- ¿Me explicas que está pasando?

-Te lo resumo así nada más, rompió con Midoriya, se está quedando conmigo unos días, fin del asunto.

-¿Rompieron? ¿Qué? Bueno, era algo que veía venir después de todo.

-Es loco, ¿No? –sonreí- vino a mí buscando ayuda, ¡Es tan linda!

-¿Bakugou sabe?

-Después te daré los otros detalles, pinkie pie, por ahora vamos a beber y pasarla bien, ¡Es noche de chicas!

Salí corriendo de la habitación para evitar cualquier interrogatorio, vi que las chicas estaban ordenando la comida que habían comprado y los bebestibles también, esta noche sería divertida. 



**Holi:3 gracias por leer criaturitas del bosque, pasen a la siguiente nwn**

"Búscame"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora