"Búscame"

A la normalidad

Era un tipo que no había visto desde que desperté, las enfermeras eran las únicas que frecuentaban por aquí, con el tema de los diagnósticos, medicamentos e incluso la comida, pero él, era todo un desconocido para mí.

-¿Quién carajos eres? -me temperamento estaba cada vez peor.

-Tú médico de cabecera, no nos habíamos visto desde que ingresaste hace unas semanas en estado crítico.

-¿Qué le hicieron a Himiko? -Uraraka tenía una expresión sombría, Mina y Camie se pusieron a su lado solamente para intentar sujetarla si algo llegaba a suceder.

-Por el estado de sus heridas, debimos esperar a que despertara para poder estudiarla como tal, ella tiene un quirk excepcional, posee una habilidad de regeneración con su propia sangre que intentamos investigar. Hace 4 días ella hizo lo que estaba esperando con ansias, que se lastimara para poder ocupar su sangre y curarse, o más bien, desaparecer aquellas cicatrices, pero, desgraciadamente, no obtuvimos nada, pedí que la sedaran lo necesario para poder hacer las pruebas pertinentes, pero nada ocurrió y la regeneración no se llevó a cabo, como lo lamento, aunque, después de eso, ha presentado un avance en su estado y podría salir de aq...

Aquel charlatán de médico no pudo terminar todo su famoso discurso, ya que, la castaña en menos de 2 segundos ya lo tenía colgando desde su camisa, lo tenía desde el pecho y lo había levantado para intimidarlo, Camie y Mina intentaban calmarla y hacer que no le hiciera daño, eso representaría un problema y lo medios hablarían hasta más no poder. Estaba atónita y nuevamente me sentía utilizada, ¿Por qué creen que puedo ser su rata de laboratorio? ¡No los dejaré experimentar como lo hizo Miss Curious! Tiré aquella aguja que todavía estaba en mi brazo, ya no la iba a necesitar más, caminé al lado de la castaña con algo de dificultad para poder tomar su mano y hacerla reaccionar, ella me miró molesta, pero entendió la situación, bajó a aquel hombre y las chicas pedían las disculpas pertinentes.

-Nos vamos de aquí -sentenció Uraraka mientras me tomaba en sus brazos, eso hizo que me sonrojara- ya está, hicieron todos sus malditos experimentos y ahora jamás le volverán a colocar un dedo encima, su estado mejoró, pude hacer el reposo necesario en casa.

-Debe entender, heroína Uravity -hablaba el doctor mientras se acomodaba su corbata- que lo hicimos con fines de ayudarla.

-¿Ayudarla? ¿¡Ayudarla!? -ella había levantado un poco su voz- ¿Desde cuando drogan a sus pacientes para experimentar con ellos sin su consentimiento? ¿Quién les dijo sobre su quirk? ¿Por qué ella tendría esa habilidad? ¿¡Por qué suponen las cosas!?

-Ella fue una de las villanas más buscadas en la ciudad -siguió él- nos interesó, como grupo de investigación, su quirk, ya que, a pesar de presentar múltiples heridas y demás, siempre aparecía como nueva, intuimos que ella podría tener esa capacidad de regeneración si utiliza su propia sangre, ahora que su estado había mejorado, vimos la oportunidad y la aprovechamos.

-Ella es una heroína reconocida, no una villana -sentenció la castaña con firmeza, luego le dio una mirada a las chicas- saquen las cosas que sean de Himiko, nos iremos a casa.

En un par de minutos, las chicas tenían todo lo necesario, tampoco es que haya tenido tantas cosas, pero, en los días aquí, me habían traído algunas cosas para entretenerme de vez en cuando, algunos libros y revistas, películas, entre otras cosas, Uraraka había optado casi instintivamente llevarme en su espalda como hace mucho tiempo atrás, a pesar de que le dije que podía caminar, no lo aceptó. Tomamos un taxi hasta llegar al departamento que compartíamos con la pelinaranja, ella volvió a cargarme en su espalda, saludé con suma felicidad a los guardias y recepcionistas, que, con enormes sonrisas se acercaban a nosotras para expresar su alegría de volver a verme, me sentía un poco avergonzada, ¿Así es cuando la gente de verdad te aprecia? Se sentía bastante bien.