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girlwonder Capítulo diez
Cuando volvemos al convento, ya hay decenas de bomberos corriendo por el lugar.
Es un lugar casi totalmente diferente al que vimos hace apenas treinta minutos. Una parte entera de la fachada del edificio ha volado, sustituida por humo y cenizas. La madera carbonizada cubre el aparcamiento frente al edificio.
- Mierda – murmuro, de pie ante el montón de escombros.
- Debe haber perdido el control – sugiere Dick. Sus ojos están más abiertos de lo normal.
- Tal vez ella todavía está aquí – dice Kory.
Dick se da la vuelta y empieza a correr hacia donde un paramédico está ayudando a la misma monja con la que él y yo estábamos hablando antes.
Se aferra a una manta con fuerza, con los ojos vidriosos y los rasgos llenos de terror.
La monja se queda sin aliento, temblando mientras intenta hablar. – Ella se fue. Corrió.
- ¿Qué pasó? – pregunta Kory, poniendo una mano reconfortante en el hombro de la monja. La monja agarra la mano de Kory con las dos suyas con fuerza.
- Sóloqueríamos mantenerla aquí, mantenerla a salvo, eso es todo. Donde nadie pudierahacerle daño y ella no pudiera a nadie – la monja se apresura a ponerse en pie.– Ya no hay quien la pare.
- ¿Detener qué? – Dick exige.
- Ya no hay quien la pare – el paramédico regresa, alejándola mientras ella comienza a murmurar para sí misma. – Oh, Dios. Dios, perdóname. Dios, perdónanos a todos.
Dick gira sobre sus talones, dirigiéndose a la dirección opuesta.
- ¿Por qué la dejaste aquí? – Dice Kory
- ¿En un convento lleno de monjas? Sí, parecía muy peligroso. Y ya sabes, tú eres la que robó mi coche y se marchó - dijo Dick
- Sí, pensé que podrías manejarla durante unos minutos, pero debería haber sabido más teniendo en cuenta que la abandonaste en D.C.
Dick suspira con fuerza. – No quería abandonarla, ¿vale? Estaba intentando...
- No podías manejarla, así que la dejaste con tus amigos. Es patético.
- Oye – exclamó. – Todos estamos del mismo lado aquí, y creo que todos estamos de acuerdo en que lo único que importa ahora es encontrar a Rachel. Así que los dos, dejad vuestras discusiones para más tarde.
