Twenty one

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girl wonderCapítulo veintiuno

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girl wonder
Capítulo veintiuno


No pasa mucho tiempo antes de que los imponentes rascacielos de Chicago se vean a lo lejos y Dick y yo estemos en los pintorescos suburbios.

Dick me lleva por una calle tranquila y de repente se detiene ante una puerta. Se detiene, con el rostro preocupado mientras contempla algo, ya sea qué decir o si debe siquiera llamar a la puerta.

Con un suspiro, golpea con el nudillo la puerta. No sé a quién esperar. En absoluto. Por eso, cuando sale una mujer joven, me llama la atención su pelo negro, que contrasta con su piel pálida, y sus ojos dorados, llenos de sorpresa. 

-Renuncio-, le dice Dick antes de que ella pueda siquiera reunir un saludo.

Los labios de la mujer se estiran inmediatamente en una sonrisa, como si hubiera estado esperando que esas palabras salieran de su boca. 

-Yo también me alegro de verte-, bromea. -Llego tarde-. Pasa junto a Dick y a mí, corriendo por el camino antes de darse la vuelta. -¿Vienes o no?-

Después de que Dick nos presente, me quedo un poco detrás de ellos, dándoles espacio para que nos alcancen.

-Pensé que ya habías dejado a Batman-, dice Donna.

-Esta vez no es Batman. Robin-.

-Bien... ¿Qué pasó?-

-No podía controlar la violencia. Se estaba agravando-.

-Es difícil de imaginar-.

-Lo sé. Me he quedado sin blanca. Quemé el traje-.

A Donna se le cae la cara. -Vaya. Eso es dramático. El mío está en el armario. Esas cosas son caras-.

-Entonces, ¿cómo lo hiciste? -

-¿Hacer qué?- Pregunta Donna.

-Renunciar -.

-No lo dejé-, le corrige ella. -Sólo... dejé de intentar-.

- ¿Qué diferencia hay? -

-Lo descubrirás. De verdad. Lo más difícil es que sólo lleva tiempo-.

Dick asiente, considerando sus palabras por un momento. Cuando se vuelve para mirarme, le envío una sonrisa tranquilizadora. - ¿Te importa si nos quedamos un rato en tu casa?-

-Quédate todo el tiempo que necesites-, insiste Donna, haciendo una pausa y deteniéndose frente a un callejón. -Mientras aún tengas juego-.

Lo siguiente que hace es despegar en un sprint, saltar a la parte delantera de una furgoneta aparcada y elevarse varios metros antes de aterrizar en el otro lado.

Me quedo con la boca abierta y, cuando me doy cuenta de que es una amazona como yo, suelto un grito ahogado. -¿Crees que puedo hacer eso? -

No espero la respuesta de Dick. Antes de que se dé cuenta, me levanto del suelo y me lanzo al aire, imitando a Donna. El suelo se balancea un poco después de que mis pies aterricen.

girl wonder | dick grayson ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora