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girlwonder Capítulo dos
PUNCH.
Melissa Daniels.
Un puñetazo.
Lily Mitchell.
Un puñetazo.
James Sinclair.
Un puñetazo.
Un puñetazo.
Un puñetazo.
- Muy bien, es suficiente – La voz de mi padre me obliga a alejarme del saco de boxeo. Un puñetazo más y habría salido volando de sus bisagras – Te estás conteniendo.
- Siempre lo hago. Es para mejor – digo.
Papá resopla, irritado – Tienes que dejar de practicar con sacos y empezar a practicar con gente de verdad.
Suspiro, poniendo las manos en las caderas.
- Sabes que no puedo.
- Sí, puedes – insiste papá. Camina hacia mí - Natasha, el mundo te necesita. No sabes el poder que tienes.
- ¿Y tú? – Mi voz sale más fuerte de lo que espero.
- No. Pero puedes averiguarlo.
- Tal vez no quiera descubrirlo. Además, el mundo está bien sin mí – Le doy un codazo y me tapo la cabeza con una sudadera con capucha, luego me agacho para recoger mi bolsa de viaje del suelo.
- ¿Crees que Bill estaría bien sin ti?
Me detengo en seco. No le había dicho nada de eso.
- Aquella anciana a la que casi asaltan, pero tú evitaste que ocurriera, ¿crees que también estaría bien
- ¿Cómo supiste lo de Bill?
- Encontré un artículo sobre ello. Pero eso no es importante. Sé que no era el fin del mundo, pero Bill todavía tiene su dinero, y su vida. Todos los que has ayudado y salvado, están un poco mejor gracias a ti.
- No es un gran problema. Cualquiera podría haberlo hecho. Nos vemos en casa – es todo lo que digo sin escuchar más a papá. Es una maravilla cómo me quedé en el gimnasio tanto tiempo.
Cuando salgo a la calle, todo está tranquilo, excepto por el balanceo de los árboles y el zumbido de una moto en la distancia. Es viernes por la tarde y el gimnasio está situado en una calle tranquila en medio de un barrio bastante grande, así que me espero el silencio.
