Capitulo IV

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Llego el esperado día, estaban los invitados, no eran muchos pues ambas no querían mucha gente, sólo las personas importantes para ellas. Rosé estaba muy nerviosa, estaba a punto de arrepentirse, su conciencia la estaba acusando, no quería casarse así, en eso llego Jimin.

Jimin: ¿Qué te pasa?

Rosé: No puedo con esto, me supera, cómo haré esto, fingir por tres años, no logro procesarlo, voy a pararme frente a las personas que conozco y quiero y prometerle a Lisa fidelidad, amor, mi vida; sin ser cierto, cuando ni su amiga soy, ¡tengo que besarla por Dios!. ¿ Dime cómo lo voy a hacer?

Jimin: Cálmate, ya llegaste hasta aquí, no puedes retroceder, vamos que tan malo puede ser, mira Lisa, no es como te imaginas, te darás cuenta de eso, pueden convertirse en grandes amigas, sólo date la oportunidad de conocer a una gran persona, yo te puedo decir que toda la imagen que tienes de ella, se te caerá al piso, créeme, cásate y no por ti sino por tu hijo.

En eso entro su tía diciéndoles -Ya es hora, el juez los está esperando y por supuesto Lisa y los invitados.

Empezó la marcha nupcial, Lisa estaba vestida con un sastre blanco, sobria y elegante, esperándola al final del pasillo, ella llevaba un vestido color ocre entallado, su embarazo no se notaba, por el contrario. Lisa pudo ver su hermosa figura, pensando al menos es linda, eso hará más facil estos tres años. La ceremonia continuó hasta el momento en el que el juez dijo - Puedes besar a la novia - Lisa se acercó, besó sus labios de manera sencilla, pues comprendía que no era fácil para Rosé, asi que la beso rápido, pero con energía para no levantar sospechas. Rosé por el contrario, no pudo ocultar su nerviosismo, no se esperaba tal sencillez de ese beso, esperaba que Lisa la besará apasionadamente, pero se equivocó una vez más con ella y más cuando le dice al oído.

Lisa: No te preocupes, de aquí en adelante, te besaré en la mejilla para que no te incomodes.

No pudo menos que sonreír y decirle:

Rosé: Gracias por tu comprensión.

La fiesta estuvo muy amena y divertida, ambas la disfrutaron. Llegó la hora de despedirse, el padre de Lisa les regalo un viaje a Tahití de luna de miel, Rosé estaba encantada siempre quiso ír y Lisa era experta buceando, así que le venía de maravilla. Fueron dos semanas de ensueño para ambas, no convivieron mucho, ambas hicieron planes por separado, se vinieron poco ni siquiera habitación compartieron; eso sí, se tomaron fotos juntas y las enviaron a los amigos. Llegó el día de su regreso, su padre y suegro las esperaba en el aeropuerto.

Lisa se dio cuenta que su padre estaba extraño y le preguntó.

Lisa: Papá ¿Qué pasa?

Papá: Nena, la junta quiere que te reúnas mañana con ellos parece que desconfían de la premura de su matrimonio.

Lisa: ¿Por?

Papá: Investigaron a Rosé y parece ser que no salió muy bien de su último empleo, su jefe no da buenas referencias de ella, creen que es una caza fortuna. Lo siento Rosé, no dudo de ti, pero explícame que fue lo que te paso, por qué te despidieron.

Rosé no podia creer lo que estaba oyendo, se lleno de coraje e ira, que iba a contestar a su suegro, tenía que decir todo, no sabía qué hacer.

Rosé: Seños -empezó- fui despedida de mi antigüo empleo por falsos rumores de mi jefe, no quise acostarme con él y le ofendió mucho, invento faltas a mi trabajo, cosa que nunca fueron ciertas, cuando salí, intente buscar trabajo y el con sus referencias lo entorpecía, eso fue lo que paso, no es más.

Lisa se dio cuenta que el tema la lastimaba así que intervino.

Lisa: Ya déjala, mañana yo me reúno con la junta y aclaró lo sucedido, llévanos a casa, Rosé está algo indispuesta.

Cuando llegaron a la casa de Lisa, Rosé aún seguía muy contrariada, asi que ella intento animarla:

Lisa: Vamos, no te preocupes, yo me encargo, no pasará de allí.

Rosé: No es eso, me molesta haber sido tan idiota con él, cómo puedo hacerme esto.

Lisa: Si no es indiscreción ¿ Es el papá de tu hijo?

Rosé: Si, para mi desgracia.

Lisa: No te afanes, piensa que no te mereció nunca y que a tu hijo no le va ser falta un hombre asi que vamos y te enseño tu casa.

La casa era bonita con estilo y minimalista, muy acogedora, grande y bonita; tenía piscina y los espacios estaban bien distribuidos. Le gustaba, asi que le dijo a Lisa.

Rosé: Tienes muy buen gusto, tu casa es preciosa.

Lisa: Gracias, pero de aquí en adelante, también es tu casa, tu eres mi esposa y aunque no en todos los sentidos, mi papá me enseño que uno debe asumir las responsabilidades y tu eres mi resaponsabilidad y tu hijo también.

Eso no se lo esperaba, la tenía por irresponsable e intracendente Rosé descubría poco a poco, a una persona diferente a la que decía conocer, así que sólo atino a decir:

Rosé: De verdad, creo que no te conozco, ya tendré tiempo para hacerlo.

Lisa extrañada solo dijo: ¿Eso es bueno o malo?

Rosé: Me creerías si te dijera que ni yo misma sé...

MATRIMONIO  (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora