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Ese toc-toc, que incrementaba más con cada segundo que pasaba, era el único sonido de esa mañana que había perturbado su mal dormir. Sintió su boca algo seca y, en su rostro, algunas lágrimas igual de secas, poniendo de manera rugosa su piel. Sonó nuevamente el molestoso toqueteo en la ventana. Dejó escapar un gruñido cuando intentó abrir sus ojos y todo le dio vueltas. Se levantó molesto, para poder despertar con totalidad, sintiendo un mareo al hacerlo y bostezando. Después sólo se limitó a caminar hacia la ventana.

Abrió de ésta con agresividad, sin importar si es que llegaba a golpear a alguien al hacerlo. Chocó con la luz del día, que relumbró sus ojos como un espejo, haciendo que se quejara y frunciera su ceño. Después de masajear sus sienes, pudo admirar a Jimin frente a él, con una estupenda sonrisa. Éste lo recorrió de pies a cabeza, sin hablar.

—¿Qué ocurre? —Dijo, con su voz irritada después de todo. Dejó que el frío aire chocara con su calidez corporal, despertándolo.

—¿Mala noche? —Jimin le dijo. Jungkook suspiró para relajar su tensión, pasando sus manos por su rostro. Esa mañana regalaba un Sol muy bello que iluminaba todo el cielo. Él no se sentía de la misma forma. Suspiró una vez más, mirándolo. Muy al fondo, admiró cómo las personas transitaban por las calles del centro. Jimin movió su cabeza en negación e hizo leves sonidos con su lengua, curvando otra sonrisa cuando lo volvió a mirar.

—Vi a tu madre dirigirse hacia la iglesia con una gran caja de libros —Jungkook levantó su semblante mañanero, poniendo atención a sus palabras, pero sin querer recordar nada de su día anterior—. Le presté de mi ayuda, pero me la rechazó con una amable sonrisa. Sólo me saludó algo extraña y me dijo que aún estabas dormido.

Después de escuchar aquellas palabras, quedó muy pensativo. Arrugó su frente y sólo se limitó a sobreponer su mirada en el rubio, recorriéndolo de pies a cabeza.

—¿Tú qué haces tan temprano por aquí? —Preguntó. Jimin soltó una pequeña carcajada, palmeándole los brazos. Jungkook aún llevaba esa camisa de dormir, por lo que dejaba su pálida piel a la vista.

—¿Temprano? Jungkook, son más de las nueve de la mañana.

Se quedó estático por algunos segundos, como si le hubiesen salpicado agua helada en su rostro. Después sólo se adentró con bastante rapidez en su habitación, casi asustando a Jimin por sus acciones tan repentinas.

—¿Dormiste mal nuevamente? —Le preguntó éste una vez que levantó la sedante cortina de la ventana, mostrando solamente su pequeña cabeza dentro del cuarto. Probablemente, si fuera más alto, sus brazos alcanzarían a acomodarse perfectamente en el marco de ésta.

—Eso no importa, estoy llegando tarde por tercera vez en un mes y ya no es gracioso. —Jimin abrió sus ojos y soltó un resoplido, mientras veía graciosamente cómo Jungkook extraía su ropa de un cajón bastante antiguo. Éste se detuvo un momento, dándose la vuelta y mirando a su amigo de una extraña forma. Sus ojos se desviaron hasta sus pies, para morder sus labios y volver su mirada hacia él.

—Sal de la ventana, me vestiré. —Dijo, con su ropa tímidamente apegada en su pecho, a la vez que juntaba sus piernas, haciendo que jimin arrugara su frente con diversión.

—Y qué, somos hombres —Dijo entre risas.

—No me interesa, sólo vete.

—Bien, bien, estaré esperándote frente a la puerta —Rodó sus ojos, retirándose con un leve suspiro entre sus labios, dejando oscilar la cortina ante el fresco aire de la mañana.

The Truth Untold (Vkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora