Era un mundo lleno de prejuicios. Estereotipados, tachados, inculcados en cada persona. Para aquel que iba en contra de cada uno, se le miraba, hablaba o hasta mataba de la peor forma. Así eran los tiempos y Kim Taehyung era una persona tachada por...
Se sobrecargó en el marco de la ventana, para poder admirar la fría y oscura noche. El sonido crujiente de la madera fue lo único que profanó, en su totalidad, al solitario lugar. El lejano eco fue escuchándose de apoco, siendo lo único que retumbaba en el vacío.
Taehyung admiró las flores, estancando sus oscuros ojos en el precioso color de ellas. Llevaba minutos observándolas, detrás de su blanca máscara. No se podía oír ni muchos menos apreciar algo sobresaliente de los árboles o del mismo camino. Todo se asemejaba a un desierto y esa extraña sensación en su pecho aparecía nuevamente.
Al girar su cabeza, concentró su mirada en la opacidad negra de la casa. Volvió su mirada hacia las flores. Suspiró de manera dócil, con su pecho contraído.
Había pasado más de un mes.
Jungkook no había vuelto.
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