16

20 1 0
                                    

16

Todo había terminado armoniosamente, precisando cada acorde, junto a los ruidosos aplausos que el gentío producía. El día estaba un poco más caluroso, la primavera ya comenzaba a dejarlos, cada vez, más atrás. Las calles podían apreciarse con un poco más de color. El ambiente permanecía algo más alborotado, ya que estaban dando por terminado la tan relevante presentación que tenían que realizar en una plaza de la ciudad. Jungkook bajó el violín de su hombro, al mismo tiempo que bajaba el brazo contrario de manera lacia. Aquél sostenía del arco con el que armonizaba al instrumento. Después de eso, quedó admirando a toda la multitud. Recorrió cada rostro, de manera determinante, con sus redondos ojos. Todo parecía realmente hermoso, pero la ansiedad carcomiente en su mente hizo que pasara por alto a todo el lugar. La atención la enfocaba en cada persona.

Su mirada vacilaba en cada rostro. Sus labios los mantenía entreabiertos, como si su concentración lo dejara ido. Buscaba con sigilo al enmascarado, pero, entre más tiempo sus ojos recorrieran las calles, lentamente iba sintiendo una pequeña e incómoda sensación en su pecho. Eso provocaba la triste desesperanza.

Él no había ido.

Y por más que buscara con su mirada, no podía poner cosas en su imaginación para sentirse mejor ante todo aquello. Pues Jungkook sentía que sólo había estado en aquel lugar por esa pequeña razón, pero ilusionarse ante eso siempre había sido en vano. El remordimiento no lo atacó, sólo una triste decepción lo inundó. Aquella invitación iba dirigida con la misma intención que todas las anteriores: que Taehyung pudiera salir, distraerse de su propia cueva y oscuridad, que dejara los pensamientos opresores atrás. Pero si aquél no lo deseaba así, no tendría por qué obligarlo tan exigentemente. Aunque en su interior querría, de una forma casi ambiciosa, que eso fuera diferente.

Destensó sus hombros con pesadez. Caminó hacia abajo del pequeño e innecesario escenario que anteriormente ocupaban. Los aplausos ya estaban cesando, las personas se estaban distorsionando por las calles. Cada una, después de todo, continuaba con sus quehaceres, o aun celebraba del sencillo espectáculo. El profesor Lee felicitó a todos sus estudiantes con una ligera palmada propinada en sus espaldas, junto a una sonrisa grande y complaciente. Sabía que, después de todo aquello, estaba la posibilidad de que le aumentaran el salario. Eso era siempre lo que más se esperaba.

Al admirar a toda la multitud a su alrededor, Jungkook no tuvo alguna expresión en particular. Levantó su mirada, observando el gran Sol que permanecía entre la cúspide del azulado cielo. Entrecerró sus ojos por el gran brillo que lo encandilaba. Su cabeza bajó solamente por el contacto que su espalda hizo ante un toque suave y preciso. Se dio media vuelta, con su corazón acelerado, encontrándose con Jimin. Éste le regaló una mirada cálida junto a una bella sonrisa.

—Lo hiciste bien, Kook. —Le dijo, con la sonrisa aun persistiendo en sus labios. Jungkook resopló, bajando su mirada. No supo responderle en el instante—. ¿Sucedió algo? ¿Estabas muy nervioso?

Levantó nuevamente su mirada. Ésta se apreciaba indiferente ante el malestar que aun rondaba en su cabeza, como cosquillosas hormigas molestándolo por todo el cuerpo.

—No, sólo que.... —Admiró las vacías calles, persistiendo su brillante mirada en cada una de ellas. Movió su cabeza acorde pasaron los segundos, negando vagamente—. No es nada, ya está. —Recibió la seria mirada de Jimin. Éste no supo qué decir después de su extraña actitud.

El menor volvió a desviar su mirada hacia las calles. Después de toda aquella multitud, que se acoplaba como un montón de masa abultada en un par de callejones, se podían apreciar las calles más vacías. Los caminos se asemejaban bastante solitarios. Casi nada de personas transitaban por éstos, ya que la atención de la ciudad estaba posada en ellos y en las calles principales. Retuvo así su mirada en esas calles. Dejó sus pensamientos y su concentración a la espera de algo o alguien. Entre muros y sombras, pudo divisar prendas negras y finas, oscilando con ritmo al viento, como si desprendieran de lo que sea que estuviese escondido detrás de las paredes. Era como ver a un gigante animal ocultarse detrás de hilachas de ramas, descuidado totalmente.

The Truth Untold (Vkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora