X: A través del bien y del mal.

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5 de abril del año 2042.

Me puse en pie y me sacudí la ropa. No me gustaba nada. Lo que no podía evitar era tocarme el pie. Me seguía escociendo y doliendo incluso con más intensidad que antes. Fijé mi vista en los alrededores. Calles limpias y bien cuidadas, casi tanto como sus edificios, bancos, árboles, arbustos e incluso una fuente a lo lejos junto a la entrada de un edificio altísimo de centenares de ventanas.

Se trataba de un banco, el más ilustre, viejo y grande de toda la ciudad. En él depositaban todos sus ahorros sin darse cuenta del timo que sufrían. No todo el mundo era consciente de ello, pero cuando tú guardabas tú dinero lo que hacías es servirle al banco en bandeja toda tu fortuna.

De tu dinero cogían lo que necesitaban para hacerlo un préstamo a otro que necesitara el dinero, aunque si tú ibas a tu cuenta podías sacar el importe original e íntegro de tu dinero. Hasta aquí ningún problema. ¿Qué pasaría si todos fueran a la vez a retirar su dinero?

Que el banco no podría satisfacer a todos ellos porque no dispone de tanto dinero. Ese era, y seguía siendo el juego de los banqueros y comerciantes del Mercado. Y el hecho mismo de estar rodeados de edificios bonitos y elegantes, de bancos y empresas, me hizo darme cuenta que nos hallábamos en el distrito financiero. Territorio del Mercado.

De nuevo volvíamos a encontrarnos con otra facción que no haría más que introducir obstáculos en nuestro camino. Nunca había visto ni conocido a ningún mercader o miembro del Mercado, pero se contaban buenas historias sobre él. Mi tío Guillermo conoció a algunos miembros y fue a través de él como conocí quiénes eran, donde residían, y a qué se dedicaban.

Él me decía que era una asociación de mercaderes que lo único que quiere es ganarse la vida con los intercambios y el comercio. Él y algunos más en el centro comercial que conocían al Mercado contaban que era la reencarnación de la Democracia en este desgarrado mundo. Pero su gobierno y economía no podía regirse por las normas de antes.

Así fue como desarrollaron un nuevo liberalismo —tanto político como económico— que pudiera garantizar sus derechos, su defensa y sus intercambios de productos. Consiguieron conquistar y hacerse con algunas zonas industriales arrebatadas a la Confederación, pero sobre todo al Amanecer Imperial.

Su economía se basaba en la poca industrialización que poseían, en la agricultura, pero sobre todo en el comercio. Su pilar más importante. La agricultura les proporcionaba comida, pero el comercio era lo que les suministraba el dinero, y por consiguiente el poder. Ya que poseen muchos y profesionales soldados.

Su centro más importante era el mercado de San Agustín, en el centro de la ciudad, antiguo, de la Edad Moderna pero grande y espacioso. Una posición privilegiada por la que se matan las tres facciones. Su capital sin embargo se hallaba en la lonja de la ciudad. De estos dos lugares salían y se unían numerosas rutas comerciales por toda la ciudad custodiadas por patrullas, e incluso puestos.

Con todo esto, el Mercado ocupaba una posición capital en la ciudad, pues estaba conectado con casi todos los lugares habitados, seguido de la Confederación, y el Amanecer Imperial. También contaban que la pertenencia y entrada a los territorios del Mercado, el comercio, la residencia y el trabajo estaban reguladas. Es decir, solo determinada gente podía comerciar con el Mercado, usar sus rutas, o entrar en su territorio. Como casi todas las facciones, más pequeñas o más grandes.

Tras deleitarnos con los hermosos y altos edificios repartidos por todo este elegante y cuidado distrito, nos sentamos en un banco cercano. Teníamos que parar un poco, unos minutos, antes de continuar tras el sobresalto y la desagradable sorpresa que nos había hecho correr hasta el agotamiento más absoluto. Cuesta creer que haya calles tan bien cuidadas como ésta, y otras hechas un verdadero asco con restos de objetos, escombros, incluso cuerpos.

El camino de IvánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora