II: El Encuentro.

706 13 7
                                    

Me hallaba en el parque que siempre imaginé. No había nadie, pero estaba todo muy limpio. Me veía las manos, veía el suelo, los árboles, todo era de color gris. ¿Por qué el mundo había perdido todo su color? Una voz procedente de todos los lugares y de ninguno a la vez, me susurró al oído, como la brisa de aire que te da en la cara;

—Bienvenido —dijo la voz susurrando lentamente.

Yo llevaba mi traje nuevo, en el cuello, llevaba sujeto una mascarilla, una mochila a mis espaldas, y en mis manos un fusil de asalto. Comencé a caminar por el sombrío parque intentando averiguar qué ocurría, dónde estaba esa voz. Por detrás de mí, la voz se hizo notar de nuevo.

—Eres demasiado curioso.

Me di la vuelta y apunté por instinto con el fusil que llevaba, pero no había nada.

—Si esto es una broma no tiene gracia —dije yo con el sudor cayendo por mi frente, con la adrenalina, el corazón disparado y con los ojos bien abiertos cual depredador escudriña todos los lugares en busca de su presa.

—Chico, eres un privilegiado en este mundo de sufrimiento y codicia.

Eres un privilegiado, porque no estás pagando por los pecados y el egoísmo de los demás. Mira al fondo.

Miré lentamente y con cuidado hacia el fondo. Vi a un montón de gente con harapos sucios, desgastados, sudados y roñosos picando con un enorme y desgatado pico en enormes y brillantes piedras. Intenté acercarme para tocarlos, pero se desvanecieron tanto las piedras como los hombres, mujeres, y niños como si fueran arena.

—¿Qué está pasando aquí? ¿Quién eres? —pregunté yo con miedo y con las manos temblorosas, sin moverme apenas.

— ¿Quién soy y quién no soy? —respondió la voz con misticismo—. Tengo muchos nombres y muchas formas.

—No entiendo nada —dije mientras intentaba calmar a mi corazón, que se estaba acelerando.

—No tienes que entender quién soy ó quién no soy, qué hago ó no hago, solo debes entender quién eres, qué haces y porqué.

Vuelve a mirar allí. Son diferentes personas a las de antes, con la misma ropa, sirviendo comida en un gran banquete. Debes comprender el significado de estas acciones. ¿Creíais que tantos años de despotismo, avaricia, agresividad y egoísmo no iban a tener castigo? Pues estabais equivocados.

»Cuando morís se os juzga. Se os juzga en función de lo que habéis hecho en vida. No pretendo decir que tengáis que ser perfectos, todos habéis cometido alguna vez algo malo, incluso los más buenos, pero no puede tolerarse lo que algunos habéis hecho. Por eso estáis picando piedras, por eso estáis sirviendo, por eso estáis haciendo ahora lo que le obligasteis hacer a otros en su momento. Ese es el significado de lo que has visto. Tú estás a tiempo de salvarte, estás a tiempo de impedir que se emponzoñe tu corazón y alma.

»Todo lo que vivís ahora, os lo merecéis casi todos. Nunca tuvisteis en cuenta nada más que vuestro propio progreso sin respetar leyes más sagradas y reales que las vuestras. Para tu suerte no te dejaré caer en semejante abismo.

No puedo protegerte ni guiarte, puesto que no me está permitido, pero sí seguiré tus pisadas y tus actos. Y algún día, esto que en tu mente solo es un simple sueño, será una realidad, una realidad que ahora mismo es utópica. Algún día. Tú eres la llave del mundo, los demás son la cerradura y la persona que sostienen la llave y que pueden abrirla.

No eres igual a los demás, tampoco superior, pero sólo tú has podido vislumbrar lo que hay detrás de cada cosa, esa acción me ha permitido llevarte aquí. No te alarmes, no reniegues de mí como otros ya han hecho.

El camino de IvánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora