31. Malúm

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Coloque mi mano sobre el manto oscuro de esta y en ese momento terribles imágenes vinieron a mi cabeza, odio, dolor

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Coloque mi mano sobre el manto oscuro de esta y en ese momento terribles imágenes vinieron a mi cabeza, odio, dolor. Podía oír gritos desgarradores y ver personas mutilas y muertas con cortes similares a los que habían sufrido Federico y la primer victima encontrada en el bosque.

— Son sacrificios— susurre, moví mi cabeza hasta dar con mi novio— Érica tenía razón esta no es una virgen...

— ¿Te refieres a la historia de Malum?— pregunto.

— Esto es algo al que se le han hecho sacrificios humanos...— mire todo a mi alrededor, entonces vi el tapiz de una mujer encadenada— esto no es una iglesia cariño...— susurre.

Me pare frente al tapiz, la imagen era grotesca. La mujer encadena por sus brazos estaba cubierta de los pies a la cintura por fuego y el gesto de su rostro expresaba el dolor que estaba sufriendo. Abajo se encontraba bordada una frase, tome mi celular y la fotografié "Anima sola", conocía esta imagen, la había visto en uno de los libros de Eleanor. Sabía que era un alma sufriendo, ella representaba el purgatorio era un alma muy poderosa, de difícil invocación pero cuando se lo hacía, sus precios eran altísimos. 

— Vámonos...— murmuro mi novio al escuchar un sonido parecido al rechinar de los asientos.

Lo ignore y continúe recorriendo las imágenes, era extraño todas parecían imágenes religiosas pero tenían pequeñas diferencias con las originales que recordaba. Por lo que sacando mi celular comencé a tomar fotografías. Yo recordaba a San Jorge con un dragón bajo su caballo, pero en esta imagen había un hombre y su daga estaba incrustada en la cabeza de este.

Camine despacio hasta dar con una pequeña puerta, la abrí y me adentre. Podía escuchar a Fausto quejarse siguiéndome detrás, pero no podía detenerme. No ahora que había descubierto que este lugar no era más que una fachada.

Encendí la linterna de mi celular y los dos nos asustamos de muerte. En el recinto había decenas de estatuas, cubiertas por mantas. Desde nuestro lugar parecían fantasmas y daba la sensación de que en cualquier momento alguna se movería. El ambiente del cuarto era denso, era como si una energía muy pesada se moviera lentamente, como si el aire fuera espeso. Costaba respirar ahí dentro, pero podría atribuirse a la falta de ventanas. Aunque muy en el fondo sabía que eso no tenía absolutamente nada que ver. Al levantar levemente las mantas que cubrían las estatuas, estas parecían las típicas una iglesia, de santería, vírgenes y tales cosas... Caminamos un poco más hasta toparnos con una enorme bolsa de basura negra. La abrimos y en ella encontramos restos de velas, flores secas y muchas cosas que no pudimos distinguir, porque no permití a Fausto tocar nada de lo que allí había. En un estante casi destartalado vi una pila de papeles, los hojee y solo reconocí un símbolo en ellos, un símbolo que había visto en el estómago de Federico, una estrella de cinco puntas invertida. Podía ser coincidencia, pero algo me decía que no lo era.

Tome fotos de todo lo que pude, hasta que de pronto tres golpes sonaron desde algún lugar de la habitación. Los dos nos juntamos en un pequeño y oscuro rincón, con las espaldas pegadas a la pared. Fausto apago la luz de mi teléfono y llevo un dedo a sus labios en señal de silencio. Pero no había movimientos. Otros tres golpes sonaron, pero esta vez fue exactamente tras nuestras espaldas, desde el otro lado de la pared y en ese momento, mi novio tiro de mi mano y me arrastro consigo hacia fuera del terreno.

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