RESEARCH.

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Howard y Emma salieron del edificio hasta el estacionamiento. Al llegar un hombre alto de cabello corto y de porte refinado los esperaba junto al auto que los llevaría a la casa Stark.

-Jarvis- saludo cordialmente la pelinegra.

-señorita Coleman- saludo de la misma manera.

El hombre abrió la puerta en la cual invitó a la pelinegra a pasar; esta educadamente acepto y se adentro al vehículo. Howard entró detrás de ella e indicó a su asistente personal el lugar donde irían.

El viaje a casa del castaño fue tranquilo, el silencio reino en el vehículo por un largo tiempo. Emma solo se la paso admirando la vista de la ciudad a través de la ventana del auto. Creaba miles de historias en su mente y se concentraban a disfrutar el sentimiento de calma y paz que le producía el viaje.

Luego de unos cuantos minutos más, llegaron a su destino. Una inmensa casa con estructuras refinadas y de un color blanco como las nubes. El jardín alrededor de la casa causaba agradables recuerdos a la pelinegra pero se esfumaban cuando recordaba el propósito de su visita.

Entraron al hogar y fueron recibidos por la mucama que se llevó los abrigos y bolso de Emma. Howard la condujo hasta su oficina en la cual ya había una pizarra con una tabla donde recaudó la información básica que tenían.

-vaya, si que tuviste una placentera tarde- se burló hacia el castaño.

-sí, bueno- masajeao su barbilla pensando en las palabras correctas -luego de recoger a María del colegio, la lleve a casa y vine lo antes posible para comenzar- dijo encogiendose de Hombros.

-¿se molesto Maria?- preguntó, sintiéndose mal por acaparar el tiempo de su amigo.

-no- Emma enarco una ceja -bueno, tal vez me arrojó las flores que le compré. . . Pero, eres tu Emmy, nunca habrá nada más importante que ayudarte- dijo el castaño atrapando su mano.

Mierda.

Emma sintió como si le hubieran tirado un balde de agua fría. Cayó en cuenta de que su amigo, no había olvidado del todo, o eso creia. Sonrio algo incomoda y se sentio mal por Maria, aquella mujer se le veía feliz junto a Howard, y a Emma le agradaba.

-pero ella debería ser tu prioridad, es tu novia, además yo pude haber esperado- dijo jugando ansiosa con sus manos.

-Emmy, olvídalo, pongamos manos a la obra- Howard caminó hasta su escritorio y saco un pequeño cuaderno, el cual le dio a la pelinegra- apuntaremos más pistas- dijo al ver el ceño fruncido de la chica.

-Bien, el objetivo es saber quien me busca- dijo la pelinegra.

- y ¿por qué?; ¿Pistas de la investigación?- interrogó haciendo una mueca con los labios.

-sí, Theodore coleman- confesó apuntándolo en la tabla frente a ellos.

-¿tu hermano?- cuestionó Howard.

-tecnicamente no lo es.

-tecnicamente si, su padre te adoptó.

Emma rodó los ojos y asintió.

-Bien sí lo es, pero eso no viene al caso ahora. Las identificaciones que el oficial me mostró no eran tan conocidas como la de él, eso es como una pista- dedujo mordiéndose las uñas.

-¿que tal si el hombre le robó la identidad?- cuestionó buscando posibles variantes al tema.

-no, su foto estaba ahí. No creo que Theodore sea tan idiota como para dejar que le roben- se encogió de hombros.

-¿crees que la union sovietica tenga algo que ver?- preguntó mirandola a los ojos.

-no lo sé– suspiro -pero algo me dice que  Leviathan y el cuarto rojo sí– aseguró escribiendo sus nombres en una pequeña hoja y colocándole en la pizarra.

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