A: A precipitada propuesta

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A

Estaba nervioso, llevaba meses planeando esto, y al fin había llegado el día, si le hubiesen preguntado hace unos años atrás, el jamás habría pensado que esa bella chica sería su esposa. El día que había escogido era perfecto, el cielo estaba despejado, el sol brillaba como nunca, incluso podía asegurar que escuchaba a las aves cantar. Todo parecía demasiado perfecto para ser verdad, se angustió al recordar todas las veces que había soñado con este momento y que había sido despertado por el sonido de su celular.

Había organizado una fiesta sorpresa para celebrar su compromiso, todos sus amigos y familiares estarían ahí, incluso el padre de su futura esposa, que se había visto renuente a aceptar que su pequeña niña se casaría. Cuando se presentó ante Tom para pedirle la mano de su hija, no sabía cómo iba a reaccionar. Sabía que era muy sobreprotector con ella, pero jamás pensó que aquel hombre de casi dos metros de altura lloraría con aquella intensidad, le dijo que era de demasiado pronto, que su niña sólo tenía 20 años, que ella no estaba lista para dejarlo. Sin embargo, en cuanto le mostró el anillo que había mandado a hacer, su tristeza había desaparecido, el padre solo se limitó a asentir, y con ello entendió que tenía su bendición. El anillo era una joya delicada que tenía un pequeño diamante al centro y unos rubíes en forma de pétalos que hacían una preciosa flor roja, digna de su futura portadora. Quizá era un poco excesivo para sólo ser un anillo de compromiso, pero quería sorprenderla y que tuviera algo único.

Todo estaba listo, en un par de minutos pasaría por ella a casa de sus padres, habían quedado de comer juntos, como todos los días viernes. A penas la vio, sintió como si el mundo se hubiera paralizado un segundo, podía jurar que estaba más hermosa que nunca, llevaba puesto un hermoso vestido color rojo, que le llegaba un poco más arriba de las rodillas, su cabello estaba medio recogido, y casi ni llevaba maquillaje. La saludó con un pequeño beso en los labios, ella respondió con una sonrisa tímida.

⁃Te ves preciosa hoy- le dijo tomando su mano.

⁃Eso lo dices todos los días

⁃Eso lo sé, pero hoy particularmente estás radiante, soy muy afortunado.- La chica se sonrojó, y se puso de puntillas para besar la mejilla de su novio, pero él la tomó por la cintura y besó sus labios apasionadamente.

⁃¿Te parece si vamos a otro lugar?- Dijo temblando, si seguía besándola no se podría contener y arruinaría la sorpresa.

⁃¿Qué es lo que pretendes?- preguntó confundida. El chico solo se limitó a reír nerviosamente, mientras ella lo miraba extrañada.

Caminaron unos minutos en silencio tomados de las manos, hasta que llegaron a un extraño lugar, en donde había una pequeña puerta, tuvieron que agacharse para poder ingresar. Marinette miró con cierta curiosidad, el lugar estaba ambientado en Alicia en el país de las maravillas, parecía como si estuvieran dentro de la historia. Era un lugar muy peculiar para estar en el centro de París, pero supuso que a los turistas les gustaría un lugar así.

Se acercó hacía ellos un joven que llevaba puesto un disfraz de conejo blanco del cuento, le mostró un reloj, y les dijo que los estaba esperando. Marinette miró extrañada a su novio, quien la tomó de la mano y siguió al conejo. Todo era demasiado extraño para ella, pero pensó qué tal vez era por la temática del restaurante. Llegaron a una mesa, que estaba iluminada por una lampara que cubría solo su mesa, y todo lo demás estaba en absoluta oscuridad.

⁃¿Cariño, qué es todo esto?- Preguntó, aunque ya tenía una idea de lo que podría suceder.

⁃Pasa que ya estoy cansado de todo esto, ya no puedo seguir con las cosas así- dijo en forma sería, mientras la chica lo miraba confundida- Ya no puedo esperar un día más sin que seas mi esposa, Marinette Dupain- Cheng, quieres casarte conmigo?- Marinette palideció.

No, no podía ser cierto, no podía ser verdad, había soñado prácticamente toda su vida con este momento, su novio estaba frente de ella arrodillado, esperando una respuesta. Sus ojos se llenaron de lágrimas, sentía que se iba a desmayar.

⁃¿Marinette?- Preguntó el chico, asustado por lo pálida que estaba su novia, tal vez si se había precipitado, como le dijo el padre de la chica.

⁃Lo siento, no puedo hacer esto- dijo sollozando, mientras salió corriendo del lugar.

⁃¡MARINETTE!- gritó él, tirándose al suelo, pero ella no escuchó.

No, ella no podía haberle hecho esto, después de todos estos años, en que sus amigos le habían dicho que ella estaba loca por él, y luego de más de dos años saliendo, estaba seguro que ella era la mujer de su vida, que tendrían tres hijos y un hámster. No, algo tendría que haber pasado, ella jamás reaccionaría así, ella no era así, salió de sus pensamientos, al escuchar la voz de su amigo.

⁃¿Adrien, estás bien?- se acercó Nino, mientras todos los invitados seguían impresionados, por lo que acababan de ver.

⁃Dime que esto no es verdad, dime que es una pesadilla, dime que ella no me rechazó- dijo llorando, Nino lo ayudó a ponerse en pie y abrazó a su amigo.

La joven todavía estaba en shock, había pasado toda su adolescencia soñando con Adrien Agreste, pero sabía que no podía decirle que si, porque ella ya no estaba enamorada de él. Su corazón estaba ocupado por otro rubio, con quien luchaba todos los días. Las ironías de la vida, Chat Noir, le había rogado toda la vida por una oportunidad y Ladybug lo había rechazado, y cuando ella por fin se le había confesado, el héroe le había dicho que estaba enamorado de otra chica. Luego de eso, comenzó a salir con Adrien, porque aún se sentía cosas por él, después de todo estuvo enamorada de él muchos años, pero estaba segura que no podía casarse, si estaba enamorada de otro hombre.

⁃¿Tikki, qué hice?

⁃Acabas de rechazar al hombre de tu vida- dijo la pequeña kwami.

⁃Tikki, tu sabes que ya no estoy enamorada, fue un error salir con él tanto tiempo, sabiendo que mi corazón está ocupado-

⁃Marinette, no lo entiendes aún, acabas de cometer un grave error- Le respondió la pequeña criatura, rogando porque su portadora entrara en razón.

A veces cometemos errores, Marinette había cometido un gran error, que pronto le traería consecuencias.

Adrien volvió a su departamento derrotado, se había olvidado que tenía preparada una velada romántica luego de la propuesta, en su cama reposaban los pétalos de rosas rojas que había puesto antes de salir, rodeada por velas que estaban sin encender. Recordó aquella vez que intentó tener un cita romántica con su lady, y que ella le había dicho que estaba enamorada de otro chico. También recordó que esa misma noche había invitado a Marinette, y podía jurar que ahí fue cuando comenzó a sentir cosas por ella.

⁃¡Plagg, las garras!- Gritó, no podía estar en esa habitación, no en ese estado, y se transformó en Chat Noir. Tal vez si tenía suerte, se encontraría con su lady, y ella le diría que hacer.


....

Hola, este es mi primer fanfic en esta plataforma. Llevo varios meses leyendo fanfics de MLB, y hace tiempo quería escribir el propio, espero que les guste la historia, no pretendo hacerla muy larga. Como ya se pudieron dar cuenta, nuestros queridos héroes aún no descubren sus identidades, lo cual les traerá muchos problemas. Amo demasiado el cuadro amoroso, pero mi ship favorito es Marichat y por eso lo quise hacer mi ship principal. Al principio quise que no fuera tan explicito que quien haría la propuesta sería Adrien, espero haberlos confundido. Déjame tu cometario para saber qué opinas.

-Mrs. Fitzberry

A veces cometemos erroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora