Y: Y vivieron felices por siempre

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Y

Lila Rossi sonrió victoriosa ante aquella revelación, la mujer que más odiaba en el mundo era ella, Marinette Dupain-Cheng, y ahora sabía su secreto. Y no solo eso, también conocía la identidad de Chat Noir ¿Podía ser más perfecto? Claro que esos dos se la pagarían con creces, y ahora que podía utilizar lo que sabía en su contra, era mucho mejor.

Se dirigió nuevamente a la oficina de Gabriel, apretó distintas combinaciones, hasta que finalmente dio con la correcta. Al descender, un escalofrío recorrió su cuerpo, qué clase de sitio era ese, parecía un tétrico mausoleo, con algunas plantas y mariposas blancas revoloteando por todos lados ¿Qué tan desquiciado estaba Gabriel como para tener algo así? Al parecer, aún no había visto nada. Justo al centro del lugar había una gran caja de cristal que contenía un cuerpo, el hombre lloraba arrodillado al lado de la caja. Se acercó dudando si había sido una buena decisión contradecir a Gabriel, que estaba tan desequilibrado como para tener a su esposa muerta en aquel lugar.

Gabriel al notar los pasos que se aproximaban pensó que se trataba de Nathalie.

-Nathalie querida, lo he hecho todo mal- le dijo a la persona que se acercaba- ¿Alguna vez podré traerla de vuelta?- volvió a decir, pero al percatarse que su asistente no decía ninguna palabra, se volteó y la descubrió.

-¿Qué haces aquí?- le dijo anonadado.

-Te estuve esperando...- le respondió Lila temblando, una parte de ella solo quería correr de aquel espeluznante lugar.

-¿Cómo llegaste aquí?- le preguntó molesto.

-Te vi descender, me fue fácil llegar hasta ti- mintió, pero él no tenía porqué saber cuánto tiempo estuvo intentando.

-Te he subestimado- le dijo mirando a la chica con una sonrisa perversa- Creo que me serás muy útil para lo que viene- le dijo poniéndose de pie.

-¿Ah si? ¿Y cómo puedo serte útil?- lo miro desafiante, esto era todo lo que necesitaba, poder.

-Ya lo sabes, necesito a Ladybug- le dijo cortantemente. Lila sonrió maliciosamente.

-¿Y cómo lo hago?- preguntó fingiendo, sabía perfectamente qué pretendía, y eso era todo lo que necesitaba para su plan. -Toma, este es el miraculous del pavo real, con él y los poderes de Volpina, podrás hacer que tus ilusiones cobren vida, haz una ilusión, yo me encargaré del resto- le dijo entregándole el broche de pavo real que la chica colocó en su pecho.

-¿Y si lo hago qué obtendré a cambio?- No podía acceder tan fácilmente, así Gabriel no sospecharía de sus planes.

-Te incluiré en mi deseo- la joven sonrió al escuchar esas palabras, el diseñador estaba confiando en ella, pero no tenía idea qué es lo que ocasionaría su confianza.

-Está bien anciano, confiaré en ti, espero que esto no sea una trampa- le dijo mientras lo miraba de manera desafiante.

-Claro que no, puedes confiar en mi palabra, tendrás todo lo que quieres- la chica asintió.

-Lo quiero todo- le dijo, y claro que lo obtendría.

-Solo tienes que decir, Dusuu extiende mis plumas- la chica asintió y repitió las palabras que el diseñador le había dicho, transformándose en una villana de un vestido largo azul con detalles en violeta, ceñido a su hermoso cuerpo, su piel se había tornado del mismo color que su vestido, y sus ojos oliva, ahora eran completamente violetas. Gabriel sonrió al ver lo bien que se veía su joven discípula.

-¡Noroo, alas oscuras a mi!- gritó y en unos instantes apareció Hawk Moth. Tomó una mariposa blanca y la transformó en negra, apuntando en dirección a la chica. -¡Volpina, soy Hawk Moth, te daré el poder de la ilusión, desde ahora todas tus mentiras cobrarán vida!-

A veces cometemos erroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora