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Lila Rossi iba camino al teatro cuando recibió una llamada de un número desconocido, pensó qué tal vez se trataba de algún director, llevaba años asistiendo a audiciones, pero nadie la quería en ninguna producción. Estaba como vetada el mundo del espectáculo, ya que debido al trágico desenlace de Camile, y a todo lo qué pasó, la asociaban a un mal auguro, la misma suerte habían corrido todos sus compañeros de reparto. Hace un par de meses había conseguido un pequeño papel en una producción, pero tuvo que cambiar su nombre para que no la asociaran a aquel desastre. Contestó entusiasmada, quizá pronto tendría su gran oportunidad, pero lo que escuchó, la alegró muchísimo más, esa voz ya la conocía.
-Srta. Rossi, es un gusto comunicarme con usted.
-¿Gabriel?- preguntó con gran alegría.
-Necesito de su ayuda para un asunto urgente-le dijo directamente.
-Tú me dirás para que te soy útil- le respondió coquetamente.
-La próxima semana en mi oficina, a las cinco de la tarde- le dijo y colgó.
Lila se quedó pensando, llevaba años tratando de conseguir una oportunidad. Tal vez podría pedirle una a su antiguo aliado, después de todas las akumatizaciones que le había ayudado a causar, se lo debía. Siempre sospechó que Gabriel era Hawk Moth, pero lo confirmó aquel día en que akumatizó a Kagami. Le gustaba saber que podía ser una ayuda para él, y ser Volpina era una de las cosas que más disfrutaba. Aún no entendía porqué estaba tan obsesionado con los miraculous de Ladybug y Chat Noir, pero habían pasado tantos años desde la última vez que se le había visto en escena, que no creía que su cita fuera para eso.
Siguió su trayecto, mientras seguía pensando en la extraña cita de Gabriel Agreste, debía aproximarse a cualquier proposición que le pudiera hacer, con él nunca se sabía. Y como una aparición divina, vio aquel hombre que le había destruído su inexistente corazón. Sin embargo, a diferencia de la última vez que lo había visto, Michel venía caminando solo, sin la estúpida de Marinette ¿Acaso era una señal del destino? Lo siguió con la vista, tal vez si tenía suerte podía cruzarse 'casualmente' con él, lo vio entrar a una pequeña joyería, eso no pintaba nada bien.
Guardó una distancia prudente, pero sus ganas de saber porqué él se dirigía a esa joyería la estaban matando. Sin embargo, fue interrumpida por el sonido de su celular, que le recordó que iba atrasada, contestó preocupada, no podía perder esta nueva oportunidad.
-Boyer, te estamos esperando, si no llegas en cinco minutos pierdes tu papel- le dijo una voz masculina por el otro lado del teléfono.
-Lo siento, tuve que ayudar a un anciano que necesitaba encontrar una dirección, y no podía dejarlo solo- inventó como siempre lo hacía, esperaba que hubiese sonado creíble.
-No me interesan tus excusas, sabes que debes llegar a la hora, ya te lo dije, si no llegas en cinco minutos, mejor ni te aparezcas- le terminó de decir y colgó.
Tenía rabia, ella no merecía ese trato, no era una principiante, tenía casi diez años de carrera. Claro había tenido que cambiar su nombre, pero aún así, no era una novata. Se dirigió casi corriendo al teatro, ya se volvería a topar con su príncipe. Luego de veinte minutos llegó.
-Boyer, te lo dije, no llegaste a tiempo, quedas fuera- le dijo el director molesto.
-Por favor, no puedo perder esto- le rogó, pero el hombre la miraba despectivamente.
-No me interesa, yo te lo dije, necesito puntualidad, y con las divas como tú, no estoy dispuesto a lidiar, así que toma tus cosas y lárgate- le gritó, dejándola sola detrás del escenario.
Lila no aguantó y se largó a llorar, rara vez se quebraba de esa forma, siempre era ella quién hacía llorar al resto. Tal vez se debía a que había vuelto a ver al amor de su vida, después de tanto tiempo. Tal vez estaba cansada de la vida que llevaba, o tal vez solo estaba aburrida de ser la villana, y que todo le resultara mal. Pero no se pudo contener, toda aquella frustración y enojo, se materializó en ese llanto que salía de su pecho. Respiró profundo, intentó calmarse, no podía dejar que nadie la viera así, era Lila Rossi, o como la conocían, Anne Boyer, no debía mostrarse débil ante nadie. Recogió sus cosas y salió del teatro, nunca más volvería a permitir que alguien la humillara de esa forma.
Salió sin un destino fijo, tenía ganas de ir a un bar, alcoholizarse y olvidar todo, pero era muy temprano aún. Recordó algo pendiente que le había quedado, tal vez aún no estaba todo perdido. Fue a la joyería, esperando encontrarse con Michel, pero ya había pasado un buen rato desde que lo había visto entrar.
-Hola, hace una hora aproximadamente un hombre de unos cuarenta años, alto de cabello castaño, entró a esta tienda, ¿sabes qué quería?- le preguntó al vendedor que la recibió.
-Hola, no puedo revelarte esa información, a menos que seas policía o algo por el estilo- le respondió mirando con cierta extrañeza a la chica.
-Por favor, él es mi novio, y creo que me está engañando- dijo tapándose la cara y simulando llanto, como hace solo unos minutos había llorado, aún tenía los ojos rojos e hinchados.
-Aunque quisiera ayudarla, no puedo, habló con el diseñador, voy a ver si el puede hablar contigo- le respondió con preocupación.
-Gracias...- le sonrió secándose las falsas lágrimas.
-Señorita, pase, el diseñador la va atender- le dijo el vendedor indicándole una puerta, ella le sonrió.
-Hola- saludó tímidamente al diseñador, debía mantener el perfil de la dolida novia.
-Hola ¿cuál es tu nombre?- le preguntó.
-Anne- respondió dudosa, no sabía si decir su nombre real o el nuevo, pero prefirió el nuevo, así nadie sabría nada de ella.
-Tu novio estuvo aquí, y trajo esto- No podía ser cierto, ese anillo que había visto hace unos años en el dedo de Marinette, eso significaba que aún tenía esperanzas y él ya no estaba con ella.
-¿Me dejas verlo?- le preguntó en la misma posición sumisa del principio y acercando su mano al anillo, el hombre se lo pasó, y leyó el grabado que tenía el anillo "Por siempre tuyo A.A."
-Lo siento mucho- le dijo el diseñador, al ver la cara pálida de la chica.
-¿Qué significa esto?- preguntó saliéndose de su papel de víctima.
-¿No es obvio? Tu novio te engaña- le respondió con cierta perspicacia.
-¿De quién es este anillo?- Lila no quería creer lo que su mente le decía, era obvio de quién era el anillo, y sobretodo quién se lo había dado. Pero prefería no creerlo, no podía ser posible que Marinette tuviera tanta suerte, y ella fuera tan desdichada.
-Cariño, tu novio te engaña con esa tal Marinette- le respondió con tristeza.
-¿Puedo quedármelo? Necesito confrontarlo- le dijo esperando que aceptara.
-Me temo que no, este anillo solo se lo puedo entregar a Marinette o a Adrien- No, no, no, no, no. Se negaba aceptarlo, se negaba a creer que la maldita Marinette tuviera todo lo que ella siempre soñó ¿Acaso nunca la dejaría en paz? ¿No le bastaba con haberle quitado a Michel? No, no, no, no, no.
-No te preocupes ¿Por qué trajo este anillo?- le preguntó lo que aún no quería aceptar.
-Lamento ser yo quien te lo diga, pero le va a proponer matrimonio...- Lila no terminó de escuchar y huyó de aquella pequeña oficina y tienda.
No, no, no, no, no.
No, no, no, no, no.
No, no, no, no, no.
No, no, no, no, no.
No, no, no, no, no.
Es que no podía ser cierto, no podía ser que siempre Marinette lo consiguiera todo, no claro que no. Y volvió a recordar, lo mismo que se decía cada vez que se veía sobrepasada, ella era una villana, ella jamás conseguiría al príncipe, porque no estaba escrito así, pero se divertiría, y ya no esperaría más tiempo, pronto Marinette, Adrien, Michel, y todos esos directores, pagarían por todo lo que le habían hecho pasar.
Y así pasó una larga semana, ideando algún plan que la ayudara a lograr su cometido. Se dirigió a la mansión, con algo en mente, pensaba presionar a Hawk Moth para que trajera de vuelta a Volpina, con sus poderes podía crear alguna ilusión o algo para acabar de una vez por todas con Marinette.
Al llegar a la mansión Nathalie la recibió, con su pulcro aspecto y esa voz pasiva, cómo detestaba a esa mujer. Pero debía seguir con su papel si quería conseguir algo con Gabriel.
-Srta. Rossi, justo a tiempo, acompáñeme- le dijo y ella obedeció. Esperó afuera de la oficina, hasta que la asistente la hizo pasar. La conversación subió de tono demasiado rápido, pero debía ser audaz si quería lograr su venganza. Además si podía pescar a semejante hombre, no era algo que pudiera rechazar, jugó sus mejores cartas, pero el ilustre diseñador, se resistió a sus encantos.
-La cité aquí porque necesito que me haga un favor- le dijo finalmente luego de haber estado unos segundos tratando de pronunciar alguna palabra.
-Creo que ya quedó claro la clase de favores a la que estoy dispuesta a acceder- le sonrió coquetamente, claro que estaría dispuesta a todo lo que él le pidiera.
-No esa clase de favores, necesito encontrar a Ladybug- le dijo, Lila quedó impresionada, hace años no oía el nombre de Ladybug, y recordó la obsesión de Hawk Moth por los miraculous ¿cuál era la razón?
-¿Y cómo la voy a encontrar? Hace años que nadie sabe nada de ella, se esfumó de la faz de la tierra- le dijo tratando de pensar porqué estaba tan obsesionado con aquellas joyas.
-Precisamente por eso necesito de su ayuda, necesito liberar un akuma tan poderoso que no le quedé más remedio que salir de su escondite- le dijo el mayor. Lila estaba impresionada, jamás pensó que él le revelaría su identidad. Sus planes irían mucho mejor de lo esperado, liberar un akuma solo podría tratarse de Volpina.
-¿Y qué debo hacer?- le preguntó, esperando que le confirmara su gran regreso.
-Cuando sea su momento lo sabrás, luego de la boda de Adrien y Kagami, cuando ellos estén muy lejos, te necesitaré- Lila estaba sorprendida.
-¿Adrien se va a casar?- le preguntó exaltadamente.
-Si, lleva cinco años de novio con Kagami, ya era tiempo- la joven estaba tratando de digerir la nueva información que había recibido, si hace cinco años estaba de novio con la japonesa, eso quería decir que 'el bueno' de Adrien Agreste le había sido infiel a su noviecita. Vaya que se divertiría con esta información. Las cosas estaban tomando su curso mejor de lo esperado, y eso no podía alegrarla más.
-Es bueno saberlo, espero que tengan una bonita boda- sonrió cínicamente. Claro que se encargaría de Adrien, aún no olvidaba aquella mañana en que la trató tan mal, tan solo tenía que probar el engaño, y la boda estaría arruinada. El único problema era que su aparición como Volpina sería posterior a la boda, y no podía usar sus poderes para su cometido.
-Bueno, señorita Rossi, eso es todo, estaremos en contacto- le dijo el mayor caminando en dirección a la puerta.
Lila lo siguió, se despidió de él con un corto beso en los labios, lo que hizo que el cuerpo de Gabriel temblara completamente. Se dirigió en dirección a la salida de la mansión, en dónde estaba Nathalie, que la despachó. Sin embargo, la asistente no se percató que Lila jamás salió de la mansión, notó aquel gesto que el diseñador le hizo a su asistente, y quedó muy conforme al saber que tuvo que quitarse las ganas con aquella mujer.
La chica subió sigilosamente a la oficina de Gabriel, hoy tendría la respuesta de aquello que por tantos años le quitó el sueño, la razón porqué insistentemente necesitaba los miraculous, y se sorprendió al descubrir la verdad.
Encontró una tableta que contenía un libro que explicaba todo sobre los miraculous, similar al que le había visto a Adrien cuando eran adolescentes. Comenzó a revisarlo, tenía mucha información y códigos extraños, pero una de sus páginas era demasiado esclarecedora, al unir los miraculous de Ladybug y Chat Noir, una persona podía pedir cualquier deseo. Eso era algo bastante interesante, pero ¿qué podría desear un hombre que lo tenía todo? Hasta que vio aquel hermoso cuadro de la esposa del diseñador ¿Sería posible que Gabriel quisiera revivir a su esposa? No, claro que no, el poder de los miraculous no podía ser tan poderoso como para traer de vuelta a una persona muerta ¿o si?
Se asustó por lo descabellado que sonaba todo, tomó la tableta, se transfirió el archivo y salió de la oficina, probablemente Gabriel seguía entre los brazos de su asistente, así que nadie la vería, o al menos eso pensó.
-¿Srta. Rossi, qué hace aquí? Pensé que se había ido hace unas horas- le preguntó el mayor a la chica, que lo miraba asustada, no pensó que aquel asunto acabaría tan rápido.
-Olvidé mi bolso- le dijo improvisando, al ver que el mayor la miraba como si pudiera prenderle fuego con la mirada.
-Usted no trajo ningún bolso a mi oficina- le respondió con la misma mirada, la chica estaba temblando. No había sentido miedo antes, pero después de todo lo que había descubierto, y la locura que pasaba por su mente al recordar la posibilidad de que Hawk Moth quisiera revivir a su esposa de entre los muertos, sabía que él no tenía ningún límite.
-No lo viste, porque lo dejé en el pasillo- le respondió temblando.
-El pasillo es muy diferente a mi oficina- le respondió notando el nerviosismo de la chica.
-Si es que...- Gabriel la aprisionó a la pared, y tomó el cuello de la mujer, como si quisiera ahorcarla, Lila temió por su vida, no sabía lo demente que podría estar el diseñador para alcanzar su cometido.
-Escúchame bien, este teatrito te puede ser muy útil con todos los estúpidos con los que estás acostumbrada a tratar, pero conmigo esas cosas no funcionan. Ahora dime qué hacías en mi oficina- le dijo mientras seguía apretando el cuello de la joven.
-¡Ya te lo dije!- le gritó entre sollozos.
-Bueno, si así lo quieres- le apretó más fuerte el cuello, Lila estaba perdiendo la respiración.
-Está bien, te lo diré- le dijo con el poco aliento que le quedaba, al escucharla Gabriel la soltó y la chica cayó al piso.
-Ahora dímelo- le dijo al notar que se estaba recuperando.
-¿Cuál será tu deseo?- le preguntó poniéndose de pie y mirando fijamente al diseñador, no dejaría que la volviera a intimidar de esa forma.
-¿De qué hablas?- le preguntó dudando si la chica sabía o no de lo que hablaba.
-Sé que necesitas los miraculous de Ladybug y Chat Noir para pedir un deseo, ahora me intriga saber qué podría querer un hombre como tú que lo tiene todo- Claro que no se dejaría intimidar por él, si quería podía revelar su secreto a todo el mundo.
-No sé de qué estás hablando- Lila lo miró fijamente y se acercó a él.
-Claro que sabes de qué hablo, supongo que es por ella ¿le haz dicho a Adrien que pretendes revivir a su madre? - No, ya no se lo permitiría, ni a él, ni a nadie.
-Él sabe quién soy- le respondió notando las intenciones de la chica- Sabe que todo esto lo hice por ellos-
-Así que él lo sabe ¿Y cómo reaccionó ante tal noticia?- le preguntó sintiéndose victoriosa, lo estaba logrando.
-Bien, él sabe que todo era por nuestra familia- Lila no creyó una sola palabra que salía de la boca del diseñador, sabía que había algo más detrás de todo.
-¿Y si lo tomó bien, entonces por qué de un día para otro dejaste de perseguir a Ladybug y Chat Noir?- claro que algo raro tendría que haber detrás de todo.
-Solo me cansé, es todo- le mintió, ella no podía saber la identidad de su hijo.
-¿Y si es así, por qué necesitas que Adrien salga del país para poner tu plan en marcha? Además ¿No necesitas ambos miraculous para pedir el deseo?- le preguntó tratando de unir todos los puntos, pero ya tenía una idea de la razón detrás de todo.
-Para protegerlo, es mi hijo, no quiero herirlo- le respondió. La chica sabía que le mentía, con los años, luego de haber sido tan ingenua con los hombres, había aprendido a diferenciar perfectamente cuando le mentían.
-¿Adrien es Chat Noir, verdad?- al notar la reacción del diseñador, lo confirmó. -No te lo puedo creer- dijo mofándose- Así que el villano más grande de Paris es padre del ayudante de Ladybug- se sentía victoriosa, ya no necesitaba nada más, podría destruirlos a todos.
-Srta. Rossi, por favor...- Gabriel cambió el tono con ella, aquella chica era más astuta de lo que pensaba.
-Ahora cambiamos, me parece bien, ese es el trato que merezco, más te vale que me respetes- le dijo amenazandolo. Gabriel estaba confundido, no sabía en qué punto cambiaron los roles, debía haberla matado cuando tuvo la oportunidad.
-Lila, eres astuta, pero no te confundas, quién manda aquí soy yo, y si te entrometes en mis planes, créeme que me las pagarás- le dijo tomando la misma posición de poder que hace unos minutos había perdido. La chica lo miró, sabía que estaba asustado.
-Está bien anciano, si así van a hacer las cosas, será mejor que te olvides de esta aliada- le dijo y se fue. Gabriel la tomó del brazo, impidiendo su avance.
-Mírame niñita, harás lo que yo te diga, si no quieres arruinar tu vida- Lila se reía ante la cara de furia del mayor, lo que lo hacía enfurecer más.
-Será mejor que vuelvas a la cama con la señora 'Agreste', no vaya a sentir tu ausencia- Se soltó del agarre y se fue, victoriosa, todos se la pagarían, estaba segura de eso.
Gabriel se quedó callado ante la insinuación y dejó que la chica se fuera. Se dirigió a la habitación de su asistente, hasta que recordó que se había involucrado tantas veces con ella que había olvidado por completo que él ya tenía una señora Agreste, quien descansaba en su guarida esperando ser curada, y se fue a su habitación.
Lila llegó a su casa, y comenzó a revisar el libro que se había traspasado, si alguien pediría un deseo, sería ella, tendría todo lo que siempre soñó, y todos se lo pagarían, uno por uno.
El día de la boda había llegado, el plan de Lila era simple, haría un escándalo, le diría a todo el mundo que Adrien engañaba a Kagami, y conociendo a Gabriel, no desaprovecharía esa oportunidad, y akumatizaría a la novia, igual que años atrás cuando fue Oni- Chan, y entre la conmoción lograría que apareciera Ladybug. Como ella sería la víctima directa, la heroína trataría de protegerla y tomaría su miraculous. Con el miraculous de Ladybug en sus manos, sería un juego de niños conseguir el de Chat Noir.
Estaba preparando su mejor actuación, digna de una telenovela, Soraya Montenegro estaría muy orgullosa de ella. Sin embargo, sus planes fueron truncados al ver salir corriendo a la novia de la iglesia. Eso no se lo esperaba ¿Por qué Kagami rechazaría a Adrien? ¿Será que ya se había enterado de su infidelidad? Entró a la iglesia, y vio una imagen que solo terminó de enterrar su plan, Gabriel Agreste estaba consolando a su hijo que lloraba en sus brazos. Había llegado demasiado tarde, o tal vez no. Tal vez, solo tenía que cambiar el blanco.
Ahora Adrien estaba libre y vulnerable, como aquella noche de placer, tan solo tenía que jugar bien sus cartas. Se dirigió a la mansión, aprovechando que la atención estaba en la iglesia, convenientemente para la trama, Kagami, había ingresado hace unos minutos, así que pidió entrar para consolar a su amiga, nadie dudó de ella. Vio como la japonesa guardaba algunas cosas en una pequeña maleta, y lloraba al teléfono sin decir una palabra. Se conmovió al ver a la chica llorando, debía ser difícil descubrir que tu novio te engaña el día de tu boda porque ¿efectivamente era eso? ¿Qué otra razón tenía para rechazarlo?
Fue a la oficina de Gabriel, esperaría que llegara y le contaría su plan, ahora si que necesitaba su ayuda, claro que jamás le revelaría sus verdaderas intenciones, sino de ninguna manera la ayudaría. Estuvo varias horas esperando hasta que el hombre entró a la oficina, no se percató de su presencia y descendió por aquel extraño ascensor. Lila trató de recordar la secuencia que apretó, pero solo fracasó intentando, tal vez podía conseguir esa información del modelo.
Tomó dirección a la habitación del rubio, y escuchó unos gemidos, que solo aumentaron su curiosidad, jamás pensó que se encontraría con aquella escena, Adrien Agreste teniendo sexo con, nada más y nada menos que, Marinette Dupain- Cheng. Es que no podía ser cierto, cómo es que ella podía estar siempre un paso delante. Y recordó aquel maldito anillo, Marinette lo tenía todo, tenía a Adrien, tenía a Michel, y ella no tenía a nadie.
-¡No!- escuchó al chico gritar- ¡Dime que esto no es verdad! No puedes ser tú- Lila escuchaba atentamente ¿a qué se refería con que no podía ser ella?
-Yo quería decírtelo...-
-¡No, no, no, no, no! Esto no puede ser verdad- La chica quería entender qué es lo que estaba pasando, pero no tenía sentido nada de lo que escuchaba- No te bastó con rechazarme ¿querías destruirme? ¿Ese era tu plan?- ¿Qué plan?
-Tu también me rechazaste- Esto se tornaba mucho más interesante.
-¿Yo rechazarte? Eso nunca, te he amado toda mi vida... ¡¿Tú?! ¿Tú lo sabes? ¡¿Todo este tiempo lo haz sabido?! - Si no lo decían pronto ella saldría de su escondite y les pediría que le explicaran.
-No, yo no lo sabía, lo descubrí anoche, y por eso vine a verte antes de la boda, quería decírtelo todo, quería decirte la verdad, pero estabas tan feliz, que no quise arruinarlo- ¿Marinette no estaba de novia con Michel?
-¡YO NO ESTABA FELIZ! Todo era un plan para proteger a Kagami, ¡Todo era un maldito plan!- Lila estaba dichosa, aquella información era mucho más de lo que había esperado.
-Adrien, perdóname, no sabes lo mucho que he querido hablar contigo todos estos años...-
-No, ya te lo dije una vez, y te lo vuelvo a decir ahora, no quiero escuchar tus malditas explicaciones, toma tu ropa y sal de aquí-
Y frente a sus ojos, Lila Rossi vio como dos de sus peores enemigas se convertían en una sola. Ahora todo tenía sentido, la maldita Marinette Dupain- Cheng, era Ladybug, todo este tiempo había sido ella. Todos estos años, todas esas humillaciones, se reducían a un par, a Ladybug y a Marinette, y ahora que sabía que eran la misma persona, encontraría la forma de acabar con ella y vaya que se divertiría intentándolo.
A veces cometemos errores, y el error de Marinette fue entrometerse en el camino de Lila.
...
Hola a todos! ¿Cómo está su semana? La mía ha sido caótica, a ratos lloro, luego me calmo, y vuelvo a llorar. Probablemente este sea el último capítulo que suba antes de mi examen, hoy me acaban de decir los profesores que conforman mi comisión. Como el examen es oral, hay muchísimo espacio a la arbitrariedad, pero bueno, ustedes no están acá por mi vida personal.
Pensaba en este mismo capítulo poner el plan final de Lila, pero ya estaba muy largo, si pudiera nombrar a este capítulo de una forma sería "Convenientemente para la trama" habían muchas cosas que me quedan por unir, y necesitaba hacerlas calzar, espero que se haya entendido todo este enredo. Quedan solo dos capítulos, y no están preparados para el último, ni yo no lo estoy.
Muchas gracias a todos quienes están leyendo mis locuras, espero que les haya gustado esta telenovela. Volví a agregar otra referencia a telenovelas, Soraya Montenegro, es la villana en "María, la del barrio"¿Hay una actriz más icónica que Itatí Cantoral? Lo dudo. También el falso apellido de nuestra Lila, es el apellido real de Angelique Boyer, más conocida como Teresa, y entre ser y no ser, yo soy jajaja , ya les he dicho que amo a los villanos, y sobre todo los villanos de telenovelas que son pura maldad.
Bueno, hasta aquí los dejo, muchas gracias nuevamente. Que tengan un buen fin de semana.
Nos leemos luego,
-Mrs. Fitzberry

A veces cometemos erroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora