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Capítulo diecisiete [PARTE 5/6]: Los secretos de los Riox.

El cielo les gritaba sus nombres desolado, pero ellos estaban destinados a arder en el fuego del infierno.

✞

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ADES RIOX.

Mis dedos se apretaron alrededor del acelerador de la motocicleta, mi vista refinada sobre el edificio que se alzaba mientras más me acercaba a toda velocidad.

Entonces, de repente, me hice con el freno que me dejó de lleno justo en la puerta del gran edificio. Ese que conocía tanto, ese en el que había estado escondiéndome todo este tiempo.

Aquel que me permitió una nueva identidad, un nuevo comienzo.

Porque si. Me había convertido en un sicario de nada más y nada menos que La maldita Legión del Lobo.

Pero ahora que sabía que el jefe se estaba metiendo con mis primitos... se las vería seriamente conmigo.

Muy seriamente.

Y es que joder, nadie se metía con mis primos. No sin antes salir jodido por mis manos. Y eso era lo que se estaba ganando Trevor Colt, una jodida exclusiva por mis malditos puños y lo malditamente bueno que era con una pistola o cualquier arma en mis manos.

—Buenos días, Cal. —Saludé educadamente al seguridad que custodiaba la puerta y es que...los modales hacían al sicario, ¿No?

—Buen día, Hold. —Sonreí. Ese era el nombre que había tenido la oportunidad de elegir a mi gusto. No sabía que era lo que me gustaba tanto de él, pero cada vez que lo escuchaba me sacaba una sonrisa inconsciente. Quien diría que un asesino a sangre fría podría sonreír por la simpleza de un nombre, ¿Eh?

Sin embargo tenía que mantener mi máscara de chico duro, así que tuve que borrar la sonrisa y alzar el rostro con pulcra seriedad. Me había ganado mucho respeto y una posición alta en este lugar y no había sido a base de amabilidad, era porque era el sicario con más muertes exitosas cargadas en su espalda...

...vivo.

Porque había alguien con el seudónimo de DEADLY que me superaba por veintiséis cuerpos. Pero, lamentablemente, se había dado de baja. En la base de datos no estaba especificado si estaba muerto, retirado o encerrado. Lo único que se sabía era que ya no estaba activo en La Legión. Realmente, casi todas las casillas de su expediente estaban vacías, por lo que realmente no sabía nada, con excepción de su seudónimo, sobre esta persona.

—¿Donde está Colt? —Pregunté sin siquiera ver los rostros de alguno al entrar a la sala de control.

Larissa, algo así como una letal asistente, bajó sus lentes hacia la mitad de su fina nariz, me observó de arriba hacia abajo y luego, volvió su vista a la tableta que tenía en sus manos.

—Es información confidencial.

—No me toques los cojones, Larissa. No estoy jodidamente de humor.

La pelirroja soltó una risa vacía y negó en mi dirección. Se le notaba que no im me iba a soltar ni la hora si no me adelantaba y la manipulaba.

—Hold, lárgate. —Me pidió "amablemente" sin despegar la vista de lo que sea que veía.

—Suelta el porno un rato, ¿Si? Lo que sea que estés viendo estoy un doscientos por ciento seguro de que puedo hacértelo aún mejor. —Susurré, mientras me acercaba a su persona. Pude notar como sus hombros se encogieron un poco.

—¿Quien te crees que soy, eh? —Larissa levantó el rostro, la rivalidad plantada en sus orbes verdes. —¿Crees que vas a manipularme? ¿A mi?

Sonreí y tomé entre mis dedos uno de los mechones rojo vivaz de su cabello. —¿Hmm?

Entonces, sucedió lo que estaba esperando.

Larissa se sintió más que ofendida a que no le pusiera caso a su empoderamiento interno y suavizó, por un microsegundo, los dedos de la tableta. Lo suficiente para que me acercara a besarle los labios de improvisto y arrebatársela de las manos.

Su cuerpo y su mente quedaron en shock lo preciso para que pudiera salir y dejarla encerrada en la sala de control.

Quizás el beso no era necesario, pero jodidos que se sintió hasta bonito.

Entre a la base de datos y busqué el nombre de Trevor. No me aparecía ni mierda.

¿Y como no?

Si hackeaban La Legión se harían con el expediente y la ubicación del jefe, y eso sería muy estúpido y jodido.

¿Por que no lo pensé antes?

Joder...

Estaba a punto de rendirme. De dejar pasarlo por ahora y esperar que las aguas estuvieran mansas para romperle un poco la cara a mi jefe por mis primitos.

Hasta que, como si de un bombillo imaginario se tratase, algo en mi mente se encendió.

Trevor Colt no se movía de la organización sin antes estar respaldado por Hans o por la lesbiana
pelinegra, así quería sacarles información debería ir a por ellos primero.

Introduje el nombre y apellido de Hans en la base y su expediente salió exquisito. El chip rastreador tiraba ondas en un punto específico en...

...Turquía.

El mismo lugar en donde el rastreador de Nicole apuntaba.

Y si Nicole estaba en Turquía...y Hans también....por ende, Trevor tenía que estar.

Y si Trevor estaba en turquía...eso significaba que...

Phoenix también lo estaba.

Debía llevarle esta tableta a Abel a como diera lugar.

Presentía que para mañana, Phoenix Mountbatten volvería a las garras de los Riox.

Y rara vez mis presentimientos estaban equivocados.

La Legión del Lobo en multimedia.

Después del POV de Abel la cosa de viene fuerte.

¿Están preparadxs?

Preparen esas lágrimas, ese cambio de bragas para cuando
arruinen la que tienen puesta, y esa almohada para cuando quieran gritar de frustración.

Phoenix y los Riox van a crear CAOS.

B, Yil

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B, Yil.

Phoenix. © [DL #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora