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| Dedicación: smilexxlr, Aaeirelax, Pao_Styles289, Jack_Es_Mi_Esposo, La_Nalga_De_Eloah, quiero_ir_con_luke |

Capítulo treinta y siete: Consolaciones.

Y por ti, robaría hasta las estrellas.

PHOENIX MOUNTBATTEN

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PHOENIX MOUNTBATTEN.

Soy plenamente consciente de la pistola apuntando directamente a la sien de Ader. Plenamente consciente del silencio tenso que le sigue al sonido del seguro del arma siendo desbloqueado.

Pero, aunque quisiera, no puedo apartar la mirada de la nada.

Mi mente está encerrada. Encerrada en los recuerdos de mi infancia. Una total mierda de infancia. Mi mente está cubierta por los recuerdos de todo lo que tuve soportar, de todos los traumas a los que fui obligada a retener, de todo lo que una niña no debería haber estado haciendo.

Tenía diez años y asesiné a sangre fría.

Tenía diez años y aprendí a torturar, me aprendí cada truco sucio de cómo acabar rápida o lentamente con la vida de alguien, aprendí a no llorar, a no mostrar debilidad, aprendí a hacerme cargo de las consecuencias de actos que ni siquiera fueron míos.

No me enseñaron a defenderme, me enseñaron a ser el verdugo.

No nací para vivir, nací para matar.

—Padre... —El susurro contenido salió de Abel. Sus ojos viajan de Ader, a su padre, a Phoebe y luego hacia mi en un bucle ansioso. Él no sabía que hacer, y yo sabía que de alguna forma, él se sentiría responsable de cualquier cosa que llegara a suceder en los próximos minutos.

—No me gusta que arruinen mis planes. —Respondió Adrien, con simpleza, mientras hacia más presión contra la cabeza de Ader.

—¿Qué planes? Nadie ha dañado tus planes, papá. —Inquirió Aleph, cauteloso. Dio un paso hacia la caótica escena, y solo me dedicó una mirada de soslayo por precaución.

Por mi parte, escuchaba y veía todo, pero seguía siendo presa de la parálisis mientras las imágenes se repetían como una y otra vez en mi mente.

—Ader sabía lo que tenía que hacer, y no lo cumplió.

—¿Qué tenía que hacer? —Interrumpió Phoebe, parecía enojada mientras miraba directamente a Adrien.

—Mantenerla alejada de ti, Phoebe. —Admitió entonces Adrien, provocando que todos en la habitación nos tensáramos a la vez.

Phoenix. © [DL #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora