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| Dedicación: an0dehormiga, AnaCeciSv, carlis114, Zylith--, lAa_pErRaA_dE_aReS. |

Capitulo treinta y tres: Blancos.

Ella solo era dos cosas: Un Encanto. Y una maldita hija de puta.

PHOENIX MOUNTBATTEN

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PHOENIX MOUNTBATTEN.

Me duelen las putas piernas.

Pero es algo de lo que, más vale que rápidamente, me tengo que olvidar.

Para mi propio estupor, no estábamos llegando tarde a nuestra misión otra vez. Veníamos con el tiempo exacto que necesitábamos para nuestra próxima hazaña cruel, ni un minuto mas, ni un minuto menos.

Los miré a todos, justo antes de que entráramos en el ascensor que nos llevaría a una sala de reuniones submarina en donde nos encontraríamos con los criminales de la elite, los mas buscados y a su vez, los más peligrosos.

Nikole llevaba un vestido negro con unos tirantes minúsculos, un escote corazón promiscuo y una abertura en el muslo que le llegaba cinco dedos por debajo de la línea que dividía su cadera de sus piernas, su labial negro la hacía lucir como una completa diosa gótica Rusa.

Los demás llevaban los típicos trajes negros, con la distintiva excepción de Abel que llevaba una corbata rojo sangre, como mi vestido.

La parte superior era un corsé sin mangas que abrazaba mi piel y se adhería perfectamente a mis senos, mientras que la parte inferior se asimilaba a la del vestido de Nikole, con la diferencia que la abertura de mi muslo era lateral, y a su alrededor llevaba incrustaciones de oro y rubíes genuinos. Pesaban un poco, pero no era nada que no pudiera soportar.

Alejado de nosotros, en un costado, estaba Kerman con su vestimenta de camarero, estaría cerca de todos por si la cosa se ponía fea en algún momento de la dulce velada. Nótese el sarcasmo.

Cuando los seis estuvimos dentro del ascensor, hablé.

—Nombres. —Les pedí, sin siquiera mirarlos.

—Jasha Morozova. —Respondió Nikole, bajito, sin siquiera mover de más sus labios. El silencio que le siguió a Aleph me hizo sonreír, internamente orgullosa. Para ser una persona que hablaba hasta por los codos, fingía bastante bien ser mudo. —Y...Dmitri Morozov. —Agregó, divertida.

—Niccolo Mancini. —Le siguió Trevor, con un exquisito acento italiano.

—Luigi Greco. —Continuó Hans, también con un acento perfecto.

Phoenix. © [DL #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora