III

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*VALENTINA POV.*

Este es uno de esos momentos donde quiero detener el tiempo y sentarme a pensar todo detenidamente antes de tomar alguna decisión. Generalmente no puedo hacerlo, esta vez no es diferente y aquí estoy. Sentada en mi oficina luego de que Juliana y su hermana se retiraran, prometiendo llamar.

—¿Se puede? —Dijo una voz y levanté la cabeza para notar que era Camilo.

Había estado tan distraída que no noté cuando abrió la puerta. Y siempre soy atenta a ese tipo de cosas.

—Por favor... adelante. —Le dije y le sonreí como pude mientras me enderezaba en la silla giratoria—. Le ofrecería café pero creo que no tengo.

Aclaró su garganta mientras se sentaba y se recostó en el respaldo mientras su brazo descansó en el posa brazo con gentileza.

—¿Entonces? —Me preguntó y suspiré, eso le dijo todo porque sonrió—. Voy a tomar ese suspiro como afirmativo.

Volví a suspirar y miré al techo para cerrar los ojos un momento y luego bajar la cabeza para encontrarme con su mirada.

—Estoy tan confundida, Camilo... No sé qué hacer.

—¿No sabes qué hacer con qué? —Me preguntó y le hice un gesto con la mano sobre mi vientre, indicando un embarazo y asintió—. ¿La chica va a tenerlo?

—Sí, quiere tenerlo. Y por supuesto, le dije que me haré cargo.

Se quedó en silencio un momento, simplemente mirándome.

—No es que no sepas qué hacer, Valentina. Es que estás nerviosa y es entendible.

—No sé quién es esta chica... —Confesé y asintió, acomodándose en la silla.

—Exacto, no la conoces. —Me miró entre sus anteojos, levantando una ceja—. ¿No crees que deberías comenzar a acercarte para conocer a la madre de tu hijo?

Fingí esconderme debajo del escritorio y él se rio.

—Suena tenebroso cuando lo dices así.

—¿Qué tiene de tenebroso, Valentina? Vas a ser madre, eso es todo.

Largué aire como si estuviera soplando un globo mientras abría los ojos de par en par. Apoyé mi codo en la silla y lo miré.

—¿Tú tienes hijos, verdad? —Le pregunté y asintió—. ¿Cómo te preparaste para ser padre?

—Primero, haciéndome a la idea. —Pude observar el cambio en su voz, ya no me hablaba como mi jefe sino como amigo y hasta un padre—. Trata de estar presente en el proceso, muestra interés por su bienestar. No solo por el bebé, sino por ella. Las mujeres embarazadas se ponen sentimentales y necesitan apoyo. El cambio de traer una vida nueva al mundo es un proceso psicológico que no deberían pasar solas.

Asentí y suspiré.

—Es la cuarta vez que te veo suspirar. —Dijo y me reí—. Todo saldrá bien. Ve paso a paso.

—Gracias, Camilo. Es que estoy nerviosa, no sé cómo seguir.

Asintió y me sonrió con dulzura antes de ponerse de pie. Se acercó a la puerta y antes de irse, regresó sus ojos a mí.

INSEMINACIÓN ARTIFICIAL - JULIANTINA ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora