Sakura.

6K 277 106
                                    

El verano estaba terminando, los días se hacían fríos y con ello las hojas teñidas de un café claro caían de los árboles. Me senté a la orilla de la cama y abrí el cajón; ahí estaba todo, tal como lo había dejado. Cada recuerdo, cada canción, cada risa, incluso cada cirugía que habíamos compartido cuando nos volvimos inseparables.

Compre una caja pues los recuerdos ya no cabían en en la mesa de noche que tenía a lado de mi cama. Cada uno de los recuerdos que compartimos y que me atormentaban cada noche. Todo era igual que antes, las noches de café y lectura. Aún quedan cosas por guardar pero estoy pensando en deshacerme de todo.

Dicen que el amor es el sentimiento más confuso, que cuando te enamoras pierdes todo tipo de cordura y no haces más que cosas estúpidas.

¡Cuanta razón!

Pero yo que iba a saber, tenía apenas 25 años y nunca me había enamorado, al contrario me había dedicado en cuerpo y alma a mi carrera. Ahora era cirujana joven guapa e inexperta en el amor pero eso sí la más destacada cirujana. Me había mudado a tokyo hace poco, envié mi currículo al hospital universitario y me aceptaron, sería una adscrita y también daría clases a los residentes. No salía a fiestas ni tenía novio, nisiquiera tenía amigas o amigos bueno si tenia, un solo amigo.

Su nombre Sasuke Uchiha, dos años mayor que yo, tambien era cirujano y como buen cirujano tenia un montón de mujeres a sus pies y una ex que no podía superarlo. Media 1.90 cm una altura considerable para ser japonés, tenía el cabello alborotado de un color azabache precioso y sus ojos eran onix, claro que era guapísimo un sueño para cualquier mujer a excepción de mi. Trabajaba en el hospital al que me postule así que me hizo el favor de recomendarme con su jefe.

Ese día sasuke saldría de guardia temprano, me había mudado hace unos meses con él y aun tenia cosas por arreglar. Como era fin de semana seguramente saldría con alguna residente o enfermera así que me esperaba la saga de la teoría del Big Bang y un montón de frituras.

Era viernes por la mañana me puse una yukata para danzar libre por el apartamento, metí al horno un pedazo de pizza y destape una cerveza, luego me tire en el sillón para ver una película, iba a disfrutar mis últimos dos días libres.

Pero Sasuke intervino en mis planes.

-Estoy en casa.- saludo desde la entrada.

Asomé la cabeza por el borde del sillón y luego regrese a mi posición, adiós libertad. -¿Que haces aquí tan temprano?

-Te recuerdo que esta es mi casa. - me dijo con cierto recelo para luego tumbarse a mi lado y juzgar mi desayuno.-¿Enserio? ¿Pizza? ¿tan temprano?

-Comía cosas peores en el internado. Creí que saldrías con alguien ¿te cancelaron?

-Karin me llamo, quiere que volvamos.

-¿y eso no te alegra?

-No- se quejo y me quito la pizza para darle una mordida y luego beberse toda mi cerveza.

-Pero si es una lindura- le dije -a mi me cae muy bien. Hace buenos pastelillos.

-No molestes, haruno. - me interrumpió recargandose en mi hombro- ¿Saldrás?

-Nope, planeaba acabarme la despensa y hacer un maratón de películas, pero si quieres me voy. -Karin era la prima de su mejor amigo, estudio gastronomía en Londres y era una verdadera diosa haciendo postres. Ella quería mucho a sasuke pero él solo planeaba acostarse una y otra vez con ella, para después botarla.

Si algo sabía bien era que Sasuke no era alguien sentimental. De hecho jamás demostraba si esta feliz o triste. Por eso me era más difícil ayudarlo, eso sí su sarcasmo y mal humor siempre lo acompañaban. A veces creía que nisiquiera yo que llevaba tantos años de ser su amiga le importaba.

-¿Estas lista para trabajar?- me cambio el tema para luego acostarse en mis piernas.

-Sep, ya necesito estresarme con alguna cirugía - lo cierto es que amaba mi carrera y me gustaba el estrés de gritar en urgencias por qué alguien o estaba pariendo o se estaba muriendo. Fui la mejor de la universidad al graduarme con el Mejor promedio de todos y mención Honorífica. Luego pude ingresar a la residencia y él fue mi R mayor así que me enseñó muchas cosas haciendo que mi estancia fuera soportable.

-Será bueno tener a alguien competente en el hospital.- Me dijo tocando mi mejilla derecha.-No hay nadie mejor que tú -

-Lo dices por qué eres mi mejor amigo. - le sonreí.

Sasuke vivía solo desde la universidad, sus padres vivían en sapporo y casi nunca lo visitaban. Los míos estaban en Londres así que era buena idea que nosotros estuviéramos juntos.

El timbre sonó y entonces supe que era hora de ir a mi habitación.

-Quédate- me detuvo de la muñeca.

-Olvídalo, no quiero problemas.- el timbre volvió a sonar y Sasuke fue a abrir.
Yo subí a mi habitación y me quede hasta que escuché el llanto de Karin, me asomé para ver que sucedía y pude verlo. Ahí estaba otra vez, el frío y malvado Sasuke lastimando a esa pobre chica que tanto lo quería.

-Por favor no me dejes. - le repito envuelta en llanto. -Yo te amo-

-Ya te lo he dicho, yo no te quiero. Mejor vete y no vuelvas a venir.-

-Pero Sasuke yo..-

-¡Vete!- le grito.

Sasuke la empujo hasta la salida y luego la corrió cerrandole la puerta en la cara. Se quedó ahí recargado en el marco y luego subió hasta su habitación quise seguirlo pero lo mejor era dejarlo solo un rato.
Escuché que se había metido a bañar y luego se fue a dormir así que opte por prepar el miso con tomate que tanto le gustaba. Tal vez eso lo animaría un poco.

Me quedé un rato en la sala. La casa de sasuke era bastante tradicional y aunque vivía en tokyo la zona en donde estábamos era bastante tranquila y llena de naturaleza. Sin darme cuenta anocheció y con ello pude ver algunas linternas encendidas en el arco torii que estaba cerca de casa,

- ¿que se sentira enamorarse?-Pensé en voz baja.

La pobre Karin la pasaba mal cada que Sasuke la rechazaba, de hecho Sasuke había rechazado a cualquier mujer para una relación formal. Tomando cualquiera de esos ejemplos decidí quedarme sola un rato más. No me imagine casada o con hijos, a mi me gustaba estudiar y era bastante buena para eso.

Mis padres me habían pedido un nieto pronto, al ser hija única, se la pasaban presionando con ese asunto. Pero yo nisiquiera tenía novio. Los había tenido, y todos eran un sueño, por ejemplo Sasori y Kiba que fueron muy amables conmigo hasta detallistas, pero debido a mi estrés en la escuela decidieron alejarse pues nunca tenía tiempo para ellos. Nunca había tenido relaciones con nadie y no iba a fiestas sola, Sasuke siempre me llevaba con él a todos lados, por eso cuando se entero que me había postulado para trabajar en New York me consiguió un lugar en el hospital donde él estaba.

Todos decían que íbamos a terminar juntos, pero jamás lo había visto con ojos de amor. Lo quería por ser mi mejor amigo pero solo eso, y él jamás se me había insinuado.

También decían que yo era la única chica a la que nunca había tratado mal, pues todas sus ex novias se quejaban de que era muy brusco. Pero conmigo siempre fue muy sutil.

Licor De Cerezo Japonés Donde viven las historias. Descúbrelo ahora