Licor De Cerezo Japonés

Sasuke

Una hoja de bisturí  es fina, incluso si la vez de cerca puede ser hermosa, pero debe usarse con mucho cuidado pues es tan afilada que es capaz de rebanar cualquier órgano sin necesidad de presionar tanto.

Tal vez me hice falsas ilusiones, no sabia distinguir ciertas cosas gracias a que nadie me lo había enseñado.

Mi padre es uno de los hombres más ricos de todo Japón pero nunca estuvo en casa. Mi madre es una mujer dulce y dedicada, pero es escritora y tenía tiempo para todo menos para mi.

Me crié con mi hermano mayor hasta los 14 años, luego  murió de una enfermedad rara y gracias a eso decidí ser médico. Tengo 27 años y nunca me he enamorado, claro he tenido chicas por montón es de esperarse soy cirujano y tal vez uno de los mejores del país. Salí un tiempo con Karin Uzumaki pero resultó ser una rogona y eso me  molesta demasiado.

Me hice amigo de Sakura cuando me mude a Osaka, teníamos como 9 años y ella realmente era una tormenta.
Recuerdo que cuando ella estaba estaba quinto grado se lanzó de un árbol y se fracturó el brazo, luego en otra ocasión quiso atrapar un gato y el pobre le arañó la cara. Ella es hija única de empresarios ricos, y le encanta a meterse en problemas.

Hace poco que terminó la residencia y en espera de su título de especialidad decidió descansar unos días, el London Bridge Hospital la llamó para que trabajará con ellos pues habían leído sus publicaciones en revistas famosas de medicina. En mi desesperación por qué no se fuera le pedí a mi jefe que la contratará, por alguna razón es la única persona a la que tolero aunque debo decirlo a veces es fastidiosa y muy desordenada, pero igual la quiero.

Me había convertido en el jefe de cirugía y mi trabajo era coordinar el departamento para que la atención de los pacientes fuera de excelente calidad.

—¡A ver bola de imbéciles!- les grite para reunirnos, tratar bien a las personas no era lo mio. —En un rato va a presentarse una nueva Cirujana, es la mejor del país. Así que pido que la respeten y le obedezcan en todo, qué no me entere que no es así por que los hecho a patadas. —

—¡Vaya! ¿amanecimos de mal humor?¿Alguien tiene coitopenia o es que mi prima no te ha hecho un buen oral.? — me dijo Naruto el jefe de Ginecologia y Obstetricia. A decir verdad era la segunda persona que toleraba después de sakura. Tenía apenas un rato de conocerlo y nos volvimos inseparables.
Era un rubio atolondrado casi tan alto como yo igual de popular entre las mujeres y muy muy ruidoso.

—¿Que tal esta esa cirujana de la que hablas? ¿Enserio es tan guapa como se rumora?—

—Ya la conocerás, solo te pido que no la molestes. Ella es muy inocente.—

—¿Enserio? ¿Una cirujana inocente?—

Lo cierto que Sakura era la persona más pura y bella que conocía. Era demasiado hermosa para ser real. Su cabello era largo hasta sus gluteos, de un extraño color rosa tenue estaba un poco ondulado, me acuerdo que cuando eramos niños le pegue una goma de mascar y se lo tuvo que cortar. Esa vez mis padres me castigaron y ella se burló durante dos semanas. Sus ojos son verdes Jade y cuando los miras parecieran tener destellos que los hacían brillar como si fueran dos esmeraldas preciosas. Tenía un lunar en su frente en forma de rombo y decía que era su marca Indu, su cuerpo estaba bien dotado debo decirlo y su piel era blanca y suave. Sakura era un sueño hecho realidad, era inteligente trabajadora y muy alegre, la mujer perfecta para cualquier hombre, excepto para mí pues era tan desordenada que dejaba sus bragas en en el salón o acumulaba trastos sucios en su habitación haciendo que llenarán de hongos.

Yo nisiquiera sabía que tipo de mujeres me gustaban, había salido con muchas pero o estaban locas o me querían ensartar un hijo y yo no estaba dispuesto a perder mi libertad. Karin no estaba mal, de hecho era muy guapa, tanto que muchos hombres andaban atrás de ella, era una gran chef y hacia postres muy azucarados, a mi no me gustaban y terminaba dándoselos a Sakura.