Capítulo 15.
La lluvia caía, de la misma manera que las olas se movían con tranquilidad al ser mojadas, las flores recibiendo su grata frescura.
Pasaron meses, días, no años, pero había un deje de madures, la misma torre, esa la más alta de Harlem.
Cambio.
Y a través de la ventana la hermosa joven de tez clara, ojos tormenta y rostro idéntico a su madre escuchaba…
-Rice enfermo hace unos días, pero vosotros no preocupéis, cuando cayó en mis brazos la lleve a su reino donde la sanadora, dio gratas noticias-
Charlotte recitaba caminando alegremente por la sala.
Peter detuvo el Juego con Arlen y su hermano, Hera miraba las galletas con melancolía.
-Continua- insistió Venus.
-Ha quedado en cinta- la expresiones fueron de alegría otras de horror.
Se abrazaron sintiendo una inmensa alegría, era difícil, si pero así era la vida.
Eso le dijo la brisa al oído a Venus.
-Y? que más ha escrito- insistió Edam.
-Vahar le ha corregido y ha dicho que son 2 mellizos- continuo- gracias padre, gracias hermanos, y hermanas, pronto iré con mis herederos, les querrá por siempre Zares, Rey o casi rey, hombre. Los amo, gracias madre-
Hera no resistió y se apoyó en el hombro de Arlen, sollozando. Luego de un largo día, todos fueron a sus aposentos.
La luna se ocultó en nubes espesas y grises opacando la luz de ella, y las estrellas, acompañando a la familia real en sus sueños al igual que pobladores.
Pero una joven de cabello abanó, decidió como muchas otras noches, salir.
Alumbrando su estética figura, ritual muy menudo esos meses.
Salto de la muralla que fronteriza su reino cayendo de pie, al otro lado.
“Corre” dijo la voz tan conocida y celestial “no voltees solo siente”
Sus piernas se volvieron rápidas, sentía presencias, fuertes pesadas… y dañinas.
Al menos en ese momento.
Recorrió los millones de kilómetros que abarcaba la gran muralla, pero las presencias la tomaron del tobillo.
La arena le quemaba, tanto como si fuese hierro caliente.
Sus ojos estaban vendados, pero aun así, agito sus piernas, volvió a retomar su camino, cayendo.
Raspando sus rodillas a carne viva, una incitación la llevo a acuclillarse y tomar algo del suelo, y guardarlo en su traje.
“Sube a la orilla”.
Adelanto pegándose a la pared, oyó como la ventisca de arena la arropaba tratando de jalarla hacia el suelo.
En eso calcinaba su piel.
“No hables”
Gruño.
Aferrando sus dedos y palma a un orificio, luego a otro, al colocar en último tramo.
Una filosa flecha la perforo en la palma de la mano izquierda.
“¿No conoces tu reino?, recuerda la seguridad es casi máxima”
-¡Ahhh!-murmuro adolorida, sintiendo su sangre manchar.
Mordió su labio, con la derecha se apoyó, subiendo pero la ventisca la jalo, haciéndola retroceder, pero la flecha la sostuvo
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Harlem: Herederos Del Cielo
FantasyA esos que portan coronas, los que llevan espadas forjadas del mejor material... Que se encuentran en la cúspide de un castillo de mármol. Encima de Él Reino de Los Reinos de los Seres. Ustedes que ...Pisan encima de todos aquellos oponentes. Lucha...