//Entre tú y él//

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Dedicado a: GabrielaMillan2


Todo iba bien. En serio.

Todo parecía estar bien.

Su relación se había vuelto más fuerte, tenían una conexión envidiable que no muchos construyen en tan poco tiempo. Todos en la isla los consideraban como un viejo matrimonio por sus constantes discusiones sin sentido. Incluso parecía que estaba a punto de florecer algo entre ellos una fría noche, cuando ambos durmieron en la misma cama.

Ambos con sus piernas entrelazadas y sus rostros muy cerca. No había pasado más que roces de piel al moverse, pero el hecho de que el seal buscara su cuerpo entre las sábanas y lo abrazara con firmeza, indicaba algo más allá de la amistad.

Todo iba bien.

Hasta que ella llegó.

Su vieja "amiga" de la marina había llegado a la isla y de un momento a otro, su querido seal había cambiado. Cada vez que ella estaba cerca, coqueteaban y se besaban como si no hubiera un mañana provocando incomodidad entre todos en el equipo, y más en especial al detective que intentaba ocultar su deseo por separarlos.

No había ningún momento en el que no se pasaran las manos encima cuando el rubio estaba cerca. Querían que él los viera. Querían lastimarlo. y lo estaban logrando.

Cuando ella se iba, el seal volvía como un perrito emocionado a los brazos de Danny. Se resistía al principio, pero luego de unas palabras bonitas, volvía a caer bajo los encantos del moreno.

Y así, se volvió un ciclo tóxico que no se detenía. Ellos estaban bien, luego ella aparecía, se robaba a Steve, ambos mostraban su "pasión" de más frente a todos, y más frente al rubio. Ella se iba, Steve volvía con la cola entre las patas y Danny lo perdonaba.

Incluso días atrás, ella volvió. Al llegar saludó a todos con desinterés

Ya estaba harto.

Ya no seguiría soportando los cambios de actitud de ese seal loco cada que esa mujer regresaba a la isla. Y se lo hizo saber un día en la oficina, cuando Steve buscaba respuestas del por qué Danny había estado tan distanciado de él.

—No entiendo tu actitud, Danny.

—Claro que no lo entiendes. Es demasiado obvio para tu diminuto cerebro —respondió volviendo a los papeles en su escritorio.

—Entonces, explícame. ¿Por qué ya no quieres ser mi compañero? ¿Por qué cada vez que voy a tu casa, no estás? ¿Por qué me evitas? ¿Qué diablos te pasa?

—¡Ya estoy harto, Steven! —Alzó la voz el detective—. Estoy harto de ser tu diversión. De que tú y Catherine se metan la mano cada que pueden frente a mí.

—Vamos, Danny. Solo nos ponemos cachondos cada vez que estamos juntos. ¿A poco no te pasa cuando estás con una mujer hermosa?

"No, idiota. Solo me pasa contigo", pensó.

—A diferencia de ti, yo sí sé cuándo y dónde es el lugar adecuado para ese tipo de cosas. —Fue lo que salió de su boca.

—Si por eso has hecho tanto drama, no vale la pena seguir discutiendo. Es ridículo.

—No. ¿Sabes qué sí es ridículo? El hecho de que intentes ocultarte detrás de Catherine. Fingir que la amas y la deseas cuando ambos sabemos que eso es mentira. Y lo finges frente a mí. ¿Por qué? —El otro se mantiene en silencio—. Te haces llamar seal de la marina, pero eres un cobarde.

Y dejándolo con la palabra en la boca, salió de su oficina hecho una fiera.

Ya no estaba dispuesto a soportar que esos se burlaran en su cara. Si bien no sabían que él estaba enamorado de Steve, probablemente lo intuían y por ello empezaron con este juego estúpido.

One Shots - McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora