//Recuérdame//

1.7K 119 58
                                    

Continuación de Devuélveme el corazón...

________________________________

Los gritos eufóricos de su hija en aquel juego mecánico lo hacen sonreír. Su aún ex-esposa está junto a él tomada de su brazo, y aunque trata de ignorarlo, es algo que le provoca incomodidad. Cosa que no entiende.

Habían arreglado las cosas, incluso se habían besado en varias veces, sabía que podían volver a construir su hogar, y ahora no puede soportar el toque de la británica.

– Iré por unas papas fritas –. Anuncia antes de alejarse de ella, no sin antes que esta le plante un beso en los labios.

Ya habían pasado dos semanas desde que se había ido de Hawaii, y lo único que había querido desde entonces era olvidar todo y empezar de nuevo con su ex-esposa. Por lo tanto, su celular permanecía apagado.

Se quedaron un rato más en ese lugar hasta que la adolescente se aburrió. Al regresar a casa, ve su celular y crece una extraño impulso de tomarlo y encenderlo. Así que lo hace y se encuentra con miles de llamadas con el código de Hawaii. Se paraliza por un instante sin saber que hacer, entonces recibe una llamada del mismo número.

Sin que su mismo cerebro lo analice, contesta.

– ¿Danny? ¿Estás ahí?.

Es Lou.

– Lou, hola. Sí, soy yo –. Responde algo tartamudo.

– Mira, te llamo porque creí que debías saberlo –. Prosigue con un tono que no le agrada para nada al detective.

– Habla.

– Steve entró en coma –. Esas simples palabras dejan en shock al rubio –. Estábamos en un caso y recibió una bala en su cabeza, cerca del cerebro –. Se lleva una mano a la boca sin poder creerlo, libera un suspiro pasando su mano por su cara –. Perdón si te incomodé...

– No, no lo hiciste –. Le interrumpe –. ¿C-cuánto lleva así?

– Una semana.

– Ok, uhm... Gracias por llamar –. Y cuelga.

Sus ojos se pierden en algún punto del piso, no puede respirar bien. Lentamente llega hasta el suelo de la sala y deja caer su cabeza contra la pared. No entiende por qué se siente culpable. Él mismo le dejó en claro al moreno que entre ellos no habría nada. Le duele el pecho de recordarlo, ¿por qué?

– ¿Te sientes bien? – Pregunta su hija recostada sobre el marco de la entrada con su vista pegada al celular.

– Sí, no es nada –. Miente tomando aire y mirando hacia otro lado.

El sonido de su hija texteando desaparecido y la vuelve a ver. Ella lo está observando, a tal grado que lo pone nervioso. Guarda su celular y se acerca a él.

– Algo me dice que no estás diciendo la verdad, por algo soy tu hija.

Suspira derrotado mientras la joven se sienta a su lado.

– Steve está gravemente herido –. Suelta con más preocupación de la que debería –. Y bueno, estoy muy preocupado, pero no puedo dejarlas. A ti y a tu mamá.

One Shots - McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora