One Shots - McDanno

//Grita//

¡Holiwis! Nuevo shot, disfrútenlo :D

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El calor entre ambos cuerpos se hacía cada vez más fuerte a cada segundo y por cada caricia y toque que ambos se dan entre sí. El moreno cuela sus manos por la parte delantera de los pantalones del rubio quien se muerde el labio inferior para evitar que algún sonido salga de su boca. Después de todo, están en el estacionamiento y por lo tanto, cualquiera puede verlos o escucharlos.

¿Cómo acabaron así? Pues, venían de la playa haciendo una carrera con Chin y Kono para ver quién llegaba más rápido al cuartel. Danny estaba mojado y su ropa se le pegaba un poco marcando su cuerpo y eso ponía a Steve en una situación bastante complicada. Además, Danny no ayudaba con que sus shorts fueran súper cortos.

En el camino, Danny gritaba por momentos en los que creía que iba a morir por la manera en la que conducía el moreno. Este solo se burlaba.

– Eres un animal –. Le dijo el rubio cuando llegaron al estacionamiento.

– Y tú, amigo, no eres un hombre, más pareces un niño gritando como loco –. Dice Steve quitándose el cinturón.

– ¿Ah, en serio? ¿Y tú me enseñarás a gritar como un hombre? – Empieza Danny a decir moviendo sus manos –. Yo sí tengo sentido común, además...

Steve no dejó que el rubio terminara y simplemente lo besó. El beso se volvió más apasionado y demandante. Ambos buscaban más del otro y así es como han acabado sin ropa con Danny debajo de Steve sobre el asiento. Sin poder evitarlo, Danny termina gimiendo por los besos en su cuello y las caricias en las partes más sensibles de su cuerpo, y al escucharse se sonroja. Cuando Steve mete sus dedos en su trasero de una sola estocada casi violándolo con ellos, él grita de placer arqueándose en el proceso.

– ¿Ves, Danno? – Le susurra en su oído –. Así se grita.

Continúa moviendo sus dedos a un ritmo constante deslizándolos de adentro hacia afuera disfrutando de los sonidos que saca del más bajo. Rápidamente se baja los pantalones y en cuanto alinea su miembro a la entrada de Danny, entra de un  solo golpe sacándole otro grito.

– Eso, Danny, grita... – Habla el moreno excitado.

– Ah... Steve, ngh... ¡Ah! – Gime y grita un Danny sonrojado y lleno de placer.

Unos metros lejos de ellos, se puede apreciar un auto rojo entrar al estacionamiento que se detiene cuando mira a los dos hombres teniendo sexo en el Camaro.

– Jamás hablaremos de esto –. Dice el isleño retrocediendo.

– Si quieres tú vete, yo tengo que grabar esto –. Y seguido, la isleña sale del auto y se esconde detrás de otro con cámara en mano dejando a su primo en estado shock.